Capítulo 10

111 17 0
                                        

Jackson

Me había mandado a la mierda. Literal fueron sus palabras. ¿Me dolieron? Carajo, sí. Pensé que ya estábamos bien.

¿Qué fue lo que dije?

Se estuvo todo el día en el jardín hasta que decidió meterse y quedarse en la sala de video.

—Levantó las barreras, demasiado alto. ¿Me gustaría saber si le dijiste algo?— dijo Catlín de repente. Con una mira asesina, si fuera por ella ya estaría enterrando mi cuerpo. ¿Dónde está la dulce persona que dicen que es?

—Pregunto por Malec y se molestó—conteste. Ya sé cuál fue la molestia. Mierda.

—Pues suerte, porque no se molestó por eso— dijo.

Dicho y hecho se quedó la noche en esa habitación y no durmió nada.

A eso de las seis vi a Catlín deambular por los pasillos, algo en su mirada hizo que mi cuerpo estuviera alerta. No me miro pero supe que algo pasó.

Fui a la habitación y no había nadie, no hay rastro de ella ni los niños. ¿Dónde están? Avise a los guardias para que la buscaran.

La encontraron en el parque y todos corrimos para allá, el alboroto alrededor está causando pánico entre los integrantes de la manada. Parte del lugar está cubierto de llamas impidiendo que alguien se acerque. Los niños están sentados a su lado y la pequeña Elena está al frente de ella. ¿Qué mierda? La tiene rodeada de llamas.

Su madre grita desesperada al igual que algunos. Hasta que la vi pararse, está caminando. Joder, la niña está caminando. Son pasos torpes pero lo está haciendo.

—Mira mami, ya puedo caminar— dio pequeños pasos a ella, se acercó una vez que las llamas se disiparán.

Todos la veían con asombro o tal vez sean sus alas. No las saco como tal pero las llamas la rodean como su las tuviera. Tomo a los niños de las mando y empezaron a caminar de regreso a la mansión.

Se hicieron a un lado y a cierto tramo se desvaneció. Alcance a tomarla por poco. Habría sido un golpe horrible directo a la cara.

Supongo que se desmayó por la cantidad de magia y no entre en pánico porque Malec ni se inmuto.

—Una vez me rompí un tobillo— dijo mientras la acomodo en la cama. Voltee para ver como levantaba su pie— durmió todo el día después de curarlo.

Ambos niños se subieron y se sentaron, ninguno se movió de su lado. Ni cuando mi nana les dijo que comieran algo junto a ella en la cocina.

Al final si llame a un médico y no fueron tan buenas noticias. Gracias a la poca fiebre que tiene el pronóstico es de enfermarse.

No despertó en toda la mañana ni parte de la tarde, salí de la habitación porque deseaban hablar conmigo. Los niños se quedaron viendo una película en el gran televisor que puse en el cuarto. Sí, instale una anoche, ya que decidió quedarse en el cuarto de video viendo películas.

Llámenme idiota si quieren.

—Los de la manada están impresionados, Catlín hablo con ellos para que no dijeran nada en cuento a las alas de los niños—dijo Sacc de repente interceptándome.

—¿Así de fácil? —pregunte. ¿Entonces para que me hablan?

—No, los amenazó a todos. Dijo que si alguien difundía la voz lo expulsara de la manada y que rogara a la diosa para que otra los acepte—pare en seco. ¿Qué? Volteo a verme y también logré percibir confusión—dirás que estoy loco y hay veces que no la entiendo muy bien, pero la conozco y anda rara. No sé qué paso.

—Creí que era el único en darse cuenta— comente mientras bajamos las escaleras.

—No, Isobel también lo mencionó hace rato—dijo.

Reconocí a Hefesto, él es el doctor a cargo del caso de helena. Desde que nació la acogió para tratar de ayudarla, las operaciones han sido muy buenas pero no lo suficiente para que camine. Bueno, hasta hoy.

—Era imposible Jackson, lo sabes. Habíamos visto el pronóstico, Helena no caminaría. Al menos no en un tiempo definido—puedo observar la enorme frustración en su rostro.

Esta feliz porque la niña camine pero algo dentro de él no cuadra.

—Solo acéptalo, lo hecho. Hecho está— dije fastidiado— .¿Cómo está?

—La revisan, hay que hacer terapia muscular para que aprenda al cien por ciento— tomo asiento en un banco cerca de la estancia.—¿qué clase de magia es? Las brujas más poderosas no pudieron ayudar.

—No es una bruja, creo que todos lo vieron en el parque— conteste.

—Es imposible, no hay más especies en este planeta. Lo sabríamos—dijo.

Tiene razón, he vivido durante tantos años y jamás escuche sobre las hadas, ni siquiera por rumores. Aquellos hijos de puta se encargaron de exterminar o atrapar a todas las que nacieron.

Esto no va a quedar así. Intervendré y cuando la reina lo sepa, que la diosa les dé clemencia a esas personas. Ahora todo el mundo sabe que con ella no se juega. No juagas con la furia de un dios.

—Largo Hefesto, ve con la niña y asegúrate de que este bien. Deja de darle vueltas al asunto—llego de repente ordenando a todos retirarse. Desde esta mañana esta de un humor.

—¿Sucedió algo cariño?— Sacc se aventura a preguntar

—No—su repuesta fue cortante y distante.

Vi como Malec se acerca a nosotros, tomo mi mano y preguntó si podían darle algo de comer. Camine a la cocina con los otros dos detrás de mí.

—Es que no lo entiendo Isobel, yo vi las llamas, la magia que tiene. He visto la de los niños y sus alas. Hay algo que no cuadra en todo esto— dijo Safiye.
Ellas son las encargadas de la comida y de que nadie salga envenenado. Confío en ellas como la palma de mi mano, aunque Safiye no es igual que Isobel.

—¿Por qué tiene diferente magia sin son sus hijos? Me lo explicaste—volvió a preguntar. Excelente pregunta. Ninguna se dio cuenta de que estábamos escuchándolas.

—Sabes que Malec es su hermano menor y Sunny no tengo idea. Pero es bonito que pueda tener acceso a las flores—mi nana sabe perfectamente todo lo que ella nos dijo y supongo que se lo conto. Si acordamos en cuidarlos debía saber todo. Pero no hace preguntas incómodas.

—Rory solía decir que mamá era una sanadora, manipulaba el agua y con ella curaba a las personas. Yo soy igual y aunque mi hermana tenga llamas aun así tiene la esencia de mamá— Malec se acercó a mi nana para tomarla de la mano—supongo que Sunny tiene la magia de su mamá. Rory una vez comento que sus alas eran igual de verdes que las de ella. ¿Puedes darme un poco de pan y queso, por favor?

Todo quedo en silencio, cualquier rastro de sonrisa se esfumó. Les acaba de revelar que la niña no es hija de mi mate.

¿Y ahora?

—Dale lo que quiere, subirá a la habitación otra vez—ordene. Volteo a verme y yo solo asentí un poco.

Espero que Aurora no se enoje por lo que dijo. Subió las escaleras con mucho cuidado de no tirar los platos con comida. La niña está sentada en la cama viendo la tela, ayudo a acomodar los platos mientras sube también.

Varias horas pasaron y ellos no se movieron para nada. Catlín había insistido en que salieran un rato a jugar y se negaron en todas las ocasiones.

 Catlín había insistido en que salieran un rato a jugar y se negaron en todas las ocasiones

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ScarletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora