Scarlet

Capítulo 3

Scarlet

¿Por qué siento todo pesado?

Moví el cuerpo hacia otro lado, se siente tan blandito.

No.

Brinque del susto y salí de esa enorme cama, maldición. ¿Dónde estoy? Corrí hacia las cortinas y las abrí. Es de noche, no puede ser. A estas alturas Sunny ha de estar llorando, abrí la ventana para tratar de salir, hay una barrera que impide poner un pie fuera.
Es un idiota, en otra circunstancia habría estado feliz de encontrar a mi otra mitad.

Ahora solo estoy desesperada por volver. Los minutos se volvieron eternos que no pude evitar aventar los muebles.

Estoy al borde del colapso.

Escuche la puerta abrirse y voltee a ver si es él. Tengo intención de rechazarlo, se al final de mi existencia que el arrepentimiento terminará consumiendo todo de mí, pero, me necesitan.
No hay nada más importante.

Vi a una señora un poco mayor entrar con una bandeja en las manos, no tarde en oler la deliciosa comida, tanto así que mi estómago comenzó a doler.

—¡Hola, querida!— dijo amable. Caminó a una mesa para depositar ese manjar. Reacciona Rory, no te puedes dejar engañar tan fácil. —Te traje una rica carne con verduras bañadas en salsa. Espero que sean de tu agrado. Lamento el que estés aquí, iré hablar con Jackson. Mi nombre es Isobel, ¿cómo te llamas, cariño?

—¿Vas a dejarme salir de aquí?—pregunte ignorando su pregunta.

—Sé que esto no se hace, creme que ese jovencito terminará regañado. Solo por el momento quédate aquí, haré que venga a sacarte—dijo. Entonces es su madre. Si lo regaña es porque sí.

—No puedo quedarme, necesito salir de aquí— esas palabras sonaron desesperadas.

—Lo lamento pero por el momento no se podrá— dijo y supe hasta donde voy a tener que llegar.

—Entonces lárgate, te puedes ir a la mierda tú, el alfa y esta maldita manada—estoy enojada. Sé que eso no se dice pero se lo grite.

Salió del cuarto y volví a gritar frustrada. Estuve parte de la noche intentando salir, no quiero darme a conocer. Si quebró la barrera cabe la posibilidad de que me intercepten antes de salir.

Sentí una parecencia y hasta ese momento descubrí que me había quedado dormida en mis vagos intentos de salir de la habitación. Incluso pateé la puerta y nada.

Una joven entro dejando una charola de comida y llevándose la otra. Fue tan veloz a la hora de salir y ni tiempo de escaparme.

Tire la comida en la puerta estresada. Es de día y los niños pueden estar aterrados.

—¡MALDITO SEAS ALFA!— di un fuerte pisotón en el suelo.

Tendré que quebrarla.

No sé exactamente qué hora es pero por la ventana pude percibir como hay mucho alboroto frente la casa.

La puerta azotó contra la pared haciendo que brincara. Sin mucho que pedir dos hombres me obligaron a salir.

Por lo poco que entendí alguien importante va a llegar. Y ese idiota mando por mí. Vuelvo a decirlo, si fueran otras circunstancias estaría feliz de haberlo encontrado.

Trate de memorizar los pasillos de este lugar y solo hasta que salí descubrí que es una gran mansión, es inmensa. De piedra rústica en tonos cafés, esto tiene como cinco pisos de altura.

Algunas personas están reunidas cerca de la entrada, la mayoría son guardias y brujos. Dos carros entraron de repente y vi como venían hacia nosotros. Hice un conteo y vi todo el lugar buscando posibles salidas.