Una chica de 19 años con traumas psicológicos desde su infancia, con una personalidad bastante audaz, franca y sin miedo a expresar su opinión llegando a ser ligeramente cruel de vez en cuando, se une a la tripulación de los Sombrero de Paja.
¿Qué...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En lo que Jinbe se encargaba de llevar a todos a Marineford, una vez que acabaron de soltar lágrimas por el sacrificio de Bon-chan, Luffy se acerca a Hela quien se encontraba afilando sus dardos y se estaba preparando para la guerra contra la Marina. La pelimorado alza la mirada al presenciar a su capitán que caminaba a paso lento, deja de hacer sus cosas para prestarle toda su atención al chico de goma.
—Qué sucede, Luffy? —Hela notó algo extraño en el moreno, se le veía distraído, preocupado y triste.
—Hela... —Traga saliva para acomodar sus palabras—. Tenemos que rescatar a Ace cueste lo que cueste. —Repite nervioso pero fiel a sus palabras.
Le regala una leve sonrisa—. Y lo haremos, Luffy. No permitiré que la Marina se salga con la suya.
Los puños de Luffy se cierran con fuerza temblando del coraje—. No puedo perder a Ace, Hela. Me niego a perder otro hermano más! —Confiesa.
—Te refieres a Sabo? —Hela se permite hablar del hermano difunto de Luffy ganándose una mirada de sorpresa por parte del sombrero de paja—. Ace me lo dijo todo, sobre como llegaste a la casa de Dadan, sus aventuras en Mt. Colubo, la muerte de Sabo. —Indaga con delicadeza para no lastimar a Luffy—. Luffy, te prometo que volveremos a reunirnos con Ace lo más pronto posible.
—Te tengo a ti, Hela. Confío en que con tu ayuda lograremos liberar a Ace y saldremos de esta. —Admite Luffy honesto—. Y después continuaremos nuestras aventuras con los demás. —Revela con anhelo al extrañar al resto de sus nakamas—. Espero que no les importe que hemos tomado un desvío de nuestro destino.
—No. Nosotros mejor que nadie entendemos lo importante que es Ace para ti. Estamos dispuestos a esperar y hacer lo que nuestro capitán comanda. Te has ganado nuestra lealtad y respeto, Luffy.
—Pues no debería ser así. —Luffy quería llorar al recordar lo que sucedió en Sabaody—. No pude protegerlos cuando el enorme oso los alejó de mí. Me fueron arrebatados con facilidad! Y me odio por eso!
—Oye! —Hela no iba a permitir que Luffy se echara todo el peso en sus hombros—. En ningún momento fue tu culpa. —Lo tomó por sus brazos para mantener su mirada en los ojos de su capitán—. Estoy seguro que las cosas pasaron por alguna razón. Puedo decir que no fuimos enviando al azar a un lugar cualquiera, si Kuma hubiera deseado que la Marina nos capturara en aquel entonces, lo hubiera permitido. Sin embargo, yo creo que nos ayudó a escapar de su amenaza. Aún no me queda claro el porqué, pero pronto lo averiguaremos.
El discurso de Hela logra hacer entrar en razón a Luffy—. Tienes razón, Hela. Nuestros nakamas saben protegerse. —Revela orgulloso de ellos—. Me alegra saber que me has acompañado en nuestra misión de rescate, alguien quien siempre me hace abrir los ojos y enseña a ser mejor pirata.
Las palabras conmueve a Hela—. Me preocupo por ti, Luffy. Eres mi capitán y amigo.
Se quedan mirando un par de segundos más hasta que Jinbe llega a interrumpirlos indicando que están a punto de llegar a Marineford y necesitan de un plan para atacar a la enorme flota marina. Luffy sale de la habitación emocionado mientras que la estratega y el gyojin se quedan a conversar.