CAPÍTULO 6 "LA FIESTA DE MI AMIGA"

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Llegó el 19 de marzo, el día en que celebramos el cumpleaños de Yunna, pues ella había cumplido el 14 de marzo y en su casa se lo celebrariamos hoy 19, como cosa muy rara mami me dejó, me había dejado ir a la fiesta y quedarme donde Yunna, la verdad creo que era porque conocía a la familia de Yunna desde hace mucho tiempo. Desde temprano había organizado todo, el regalo que le regalaría a mi mejor amiga, bueno a mi hermana que la vida me regaló, la ropa que me pondría, hasta había ido a afeitarme para estar listo para la noche, la fiesta empezaba a las 7:30 p.m, Keiver me había escrito para cuadrar y conseguirnos en la plaza que está cerca de la casa de Yunna para luego llegar juntos a casa de mi amiga.

Todas las expectativas estaban puestas en esta fiesta, quería poder disfrutar un momento con amigos, aunque iban a haber personas que yo no conocía quería que fuera un momento chévere, pues mi amiga no había podido celebrar sus 15 años por culpa de la pandemia y esta sería su fiesta de 16 y sabía que lo iban a celebrar a lo grande, pues Yunna siempre había sido la niñita consentida de su casa, tal vez en eso nos parecíamos. Siempre me he caracterizado por ser el niño consentido de mami, el delicado y que nunca lo dejaron ni siquiera rasparse las rodillas, en parte para mí está bien, no me quejo de eso, al contrario amaba ser el niño consentido. Ese niño interior que sin duda extrañaré toda la vida.

-Hola, ¿Vas a venir hoy?- escribió Yunna.
-Hola, sí, mi mami me dejó- respondí.
-Que bueno, te espero en la noche entonces- respondió.

Y es que hasta ese día creíamos que no me dejarían ir, pues a mi mami no le gustaba mucho la idea de que me quedara en casa de alguien más, pero ya estaba creciendo ¿no?, ella debe entender que ya no era ese niño, pues los dolores que me había causado cada situación me decía diario que ya no era un niño. Mi mami había sido muy clara con las cosas de esta fiesta, me había dicho que me portara bien, que no tomara, que tuviera cuidado, que aunque a ella no le gustaba la idea me dejaría ir porque Yunna era mi amiga y ella conocía a su familia, y de igual manera allá estaría una amiga de ella, solo por eso me dejaría ir.

-Buenos días, ¿Cómo estás?- escribió Yilberth..
-Hola, buenos días, bien y ¿Tú?- respondí.
-Bien, hoy es la fiesta ¿No?- preguntó.
-Sí, es hoy, voy a salir a comprar unas cosas con mi mami y en la tarde trataré de dormir para poder amanecer- respondí.
-¿Amanecer?, ¿La fiesta es hasta la mañana siguente?- preguntó.
-Sí- respondí.

La fiesta de Yunna era hasta el día siguiente, pues la mamá no quería que nos fuéramos a horas de la madrugada solos, buscando peligro, sería la primera vez que me quedaría en casa de Yunna, normalmente iba a su casa para hacer tarea y hablar con mi amiga, pero jamás me había quedado en su casa.

6:30 pm
-¿Qué haces mi niño?- escribió Yilberth.
-Me voy a comenzar a arreglar, para ir a la fiesta de Yunna- respondí.
-A bueno está bien, entonces te dejo para no molestar- respondió.
-La verdad es que no molestas, así que puedes seguir escribiendo, así me acompañas mientras me arreglo- respondí.

Me bañé, me peiné, me vestí y me arreglé, para ir a la fiesta de Yunna tenía la alta expectativa de que esta noche fuera la mejor pues pasaría tiempo con algunos amigos y aunque estarían amistades de Yunna a las cuales no he tratado mucho, igual quería pasarla bien pues era el cumpleaños de la hermana que la vida me dió y aparte estaría keiver, un gran amigo que aunque nunca lo supo lo he considerado un buen amigo e incluso como un hermano.

7:30 pm
-Hola, voy bajando- escribió Keiver.
-Hola, está bien, yo voy saliendo de mi casa, te espero en la plaza- respondí.

7:45 PM
Recibí una llamada de Keiver.
-Hey ¿dónde estás?- dijo apenas atendí la llamada.
-Te estaba esperando en la plaza pero no te vi, estoy en la entrada del edificio de Yunna- respondí a su pregunta en la llamada.
-Yo tampoco te vi, espérame ahí, ya voy para allá- dijo para luego colgar la llamada.

Esperé a Keiver en la entrada del edificio, él llegó con su mamá, pues su mamá lo había acompañado para que no bajara solo y luego ella se iría, sin embargo mi mami aunque era sobreprotectora no lo había hecho, me dió toda la confianza de que me fuera solo y la verdad para mí estaba bien. Luego subimos al apartamento de Yunna apenas llegamos nos abrió la puerta su mamá, la cual ya conocíamos había sido nuestra profesora de inglés en primer año y siempre que íbamos a casa de Yunna a hacer tarea ella estaba. Ahí estaba su primo, el que también conocíamos, había una prima de Yunna llamada Sofía, que la conocíamos porque estudiaba nuestro mismo liceo, estaba la hermana de Sofía, una amiga del primo de Yunna, que estudiaba con nosotros, pero con ella no teníamos trato, y algunos familiares de mi amiga. La verdad toda su familia que estaba yo la conocía, pues había ido en repetidas ocasiones a donde Yunna y poco a poco me fue presentando cada uno.

9:00 pm
-Hola, ya estás en la fiesta- preguntó Yilberth.
-Hola, sí, se me olvidó escribirte apenas llegue, lo siento- respondí.
-Está bien, tranquilo- respondió él.
-¿Qué haces?- pregunté.
-Nada, estaba en el trabajo de mi mamá, ya me voy a mi casita, y ¿Tú?- respondió Yilberth.
-Nada, sentado hablando con mi amigo, y tomando una estilo tisana con licor, que me dió el papá de Yunna- respondí.
-Esta bien mano- dijo.
-Por favor no me digas así, no me gusta esa palabra- comenté

Y es que nunca me han gustado las típicas palabras de heteros, "mano", "Bro", "manito", "compa", "convive", eran términos que no me gustaba que me dijeran a mí, el que me conocía bien sabía que prefería que me llamaran por mi nombre o simplemente utilizaran el apodo que teníamos. Pero es que en el caso de nosotros nuestro apodo no era algo que cualquier persona diría a la otra, "el mejor", daría mucha flojera repetir a cada rato ese apodo, pues simplemente sonaría como algo raro y de gente presumida. Nosotros dos nos habíamos puesto ese apodo para no tenernos agregado con nuestros nombres, pero no era así como nos llamaríamos.

-Entonces, ¿Cómo te digo?- preguntó.
-Como quieras, pero no me digas mano, no me gusta- respondí.
-Pense en llamarte friend o Bro- respondió Yilberth.
-¿Por qué esas?, y Bro no, no me gusta- respondí.
-Friend, me gusta porque suena como tú nombre- respondió.
-Bueno puede ser, y ¿Cómo te llamo yo?- pregunté.
-Tienes 15 años ¿no?- preguntó Yilberth.
-Sí, ¿Por qué?- respondí.
-Bueno yo tengo 14 y tú 15, me puedes decir peque- dijo él.
-Te diré, mi pequeño, eso de abreviado no me gusta- respondí.
-Esta bien, ¿Cómo te digo yo?- preguntó.
-Ya dijiste como me ibas a decir- comenté.
-Pero dime papito ¿Cómo te digo?- dijo.
-¿Papito?, amaría si me dijeras asi- dije de la forma más tierna posible.
-Entonces te digo así, Papito- respondió él.

Sin duda amé y amaré por siempre nuestro apodo, el hecho de que él me dijera papito era algo que me hacía sentir muchas emociones en el momento, era como que olvidara todo lo que había mi alrededor y me concentrara solo en su boca diciéndome esa palabra. Luego procedimos a cambiar nuestros apodos de cómo nos tenemos agregados en WhatsApp él me agregó como: El mejor, mi papito. Y yo lo agregué como: El mejor, Mi pequeño. Y ambos pusimos nuestro corazón, que era lo que simbolizaba nuestra amistad.

La fiesta transcurrió de la mejor manera, yo disfruté la fiesta tanto como mi amiga, sin duda será un momento que recordaré en los próximos años venideros, durante la noche comimos muchos pasapalos, hasta perros calientes, contamos nuestras cosas, jugamos algunos juegos, entre esos, verdad o reto, que probabilidad hay, y otros más. Mientras jugaba Yilberth me acompañaba con cada conversación, pues se quedó toda la noche conmigo, aunque tenía que salir al día siguiente a él no le importó, simplemente me quería acompañar y así lo hizo. Ya cuando eran las 5:30 am, me dijo que se acostaría, pues tenía que pararse en un rato porque iría al trabajo de su mamá y luego irían al río. Yo me despedí de él, deseándole que durmiera lindo, y luego me acosté, ya los demás tenían un rato acostado, yo tenía que esperar que se hicieran las 6:30 am, para irme a mi casa.

¿Amor o Ilusión? Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora