CAPÍTULO 10 "06 DE ABRIL"

4 1 0
                                    

Todo transcurrió con total normalidad desde el 27 de marzo, Yilberth cada día me demostraba mucho más su cariño, yo día tras día, me enamora más, sin duda él me gustaba y mucho, su forma de tratarme había hecho que sientiera cosas muy lindas por él, despertó todos los sentimientos que yo hacía muertos en mí.

El 06 de abril del 2022, sin duda marcará un día muy triste en mi vida, sin duda algo que jamás olvidaré, todo comenzó como una mañana muy normal, los mensajes de buenos días de mi pequeño no faltaron, nunca lo hacian, todos los días desde que empezamos hablar, su mensaje de buenos días alegraban mi vida incondicionalmente, y este día no fue la excepción.

—Buenos días mi niño precioso— escribió él.
—Buenos días mi príncipe— respondí.
—¿Cómo estás?— preguntó.
—Bien mi príncipe y ¿Tú?— respondí.
—Bien papito, Te amo— dijo él.
—Yo más— respondí.
—Que tu día hoy sea el mejor. Nunca olvides que te quiero muchísimo, además nunca olvides que te amo, eres lo más importante que tengo y siempre lo serás— comentó.

Y así continúo el día, con mensajes de él, mensajes lindos y explicándome cada cosa de su día, lo que me encantaba, quería solamente saber de él. Sin duda alguna este niño se había logrado ganar mi corazón, simplemente con los mejores gestos que alguien pudiera tener, el cariño, su demostración a diario de afecto era algo inexplicable que te hacía sentir únicamente amado, él se había encargado de hacer mis días más bonitos, que nada me preocupara y nada me importara. Había hecho que me encantara el hecho de chatear mucho con alguien a altas horas de la noche y que olvidara cada cosa que me pasaba, pues si tenía un día malo solo tenía esa ilusión de que cuando llegara a casa recibiría un mensaje de él y todo se acomodaría, esa ilusión siempre fue una realidad, él se encargó de hacer que todo fuera realidad.

Hablamos todo el día, pero cuando llegaron las 7 de la noche él dejó de responderme, la verdad me parecía muy extraño, pues siempre respondía rápido todos mis mensajes y a diario durábamos hasta tarde hablando, entonces que repentinamente solo dejara de responder y mis mensajes no le llegaran sin duda significaba algo. Era ese sexto sentido que uno piensa tener pero que no existe que me decía que algo pasaba. Le escribí a la única opción que tenía para poder saber de él, pues no tenía el número de ningún familiar, de ningún amigo o de alguien que lo conociera exactamente a él, solo me quedaba acudir a ella, Valeria. Le escribí, pues era mi amiga y también amiga de él, al final lo había conocido por ella. Solo le pedí de favor que lo llamara y viera si estaba bien, y si en dado caso le respondia alguien más, que preguntara por Yilberth.

—Mi niño, me respondió la Mamá de Yilberth, y me dijo que él está castigado, y no atenderá el teléfono— me dijo Valeria a través de un mensaje.
—¿En serio?— pregunté sin creermelo.
—Sí mi niño, eso fue lo que ella me dijo— respondió Valeria.

No podía creer lo que me decía Valeria, eso significaba que no hablaría con él por un buen tiempo, al menos hasta que le quitaran el castigo, y simplemente no quería alejarme de él, no quería dejar de sentir lo que estaba empezando a sentir.  O mejor dicho lo que estaba sintiendo, debería de empezar a dejar de negar tanto mis sentimientos.  No quería alejarme de ese chico que había hecho que creyera nuevamente en el amor, también quería saber ¿por qué lo habían castigado?, ¿qué era lo que había pasado?.  Pero no me quedaba de otra que solo tener esa ilusión de que él me escribiría nuevamente, en algún momento, en una parte del tiempo, solo esperaba que fuera pronto, no quería estar separado de él tanto tiempo, había decidido que cada día le dejaría un mensaje para que cuando volviera a tener su teléfono viera todos los mensajes que le había dejado y se alegrara.

Cada minuto de esa noche lo extrañé, extrañaba su forma cursis de amar, su manera de sacarme una sonrisa, extrañaba cada mensaje sin explicación, cada palabra de amor que expresaba repentinamente. Sabía muy bien, que estar alejado de él, sería muy difícil, ya lo quería lo suficiente como para separarme de él. Solamente quería volver a hablar con mi pequeño.

08 de abril.

Ya pasaban dos días desde que había tenido la última conversación con Yilberth. Y cada segundo del día solo revisaba mi teléfono con la esperanza de tener un mensaje, de encontrar ese buenos días en cada mañana o esas buenas noches de cada madrugada. O tal vez que, me llamara y me explicará todo lo que estaba sucediendo, que me dijera porque lo habían castigado y que me diera la increíble noticia de que ya le habían devuelto el teléfono. Pero como siempre digo, nada de lo que queremos es como lo queremos y el destino nunca será nuestro amigo.

—Hola, yo te voy agradecer que dejes en paz a mi hijo, que no le escribas más— decía el mensaje que me llegó del teléfono de Yilberth.
—Él solo que ofreció una amistad, no para que tú creyeras que él es igualito a ti, él es un hombre— volvió a llegar otro mensaje.
Yo no sabía que responder, y solo se me ocurrió poner, —okey—
—El okey, es para que lo entiendas, él no es lo que tú eres, y si le sigues escribiendo vas a ver las consecuencias— escribieron.

Yo no sabía qué pensar, no sabía cómo actuar, no sabía qué decir, no sabía qué responder, no sabía nada, tenía miedo de que cumplieran su amenaza, tal vez de que buscarán la forma de contactar a mi mami y le contaran todo, tenía miedo de que le hicieran daño a él, de que lo pusieran a sufrir, entonces por eso simplemente no respondía de la manera que quería responder, si alguien tenía que decirle sus cosas a su mamá era él y no yo.

¿Se había acabado?, ¿Ya no hablaría más con él?, ¿Esto fue todo lo que duró mi felicidad?, las dudas volvieron a invadir mi mente, la cual no sabía qué pensar, no sabía si llorar, si reír, o como sentirme, solamente necesitaba una explicación, solamente quería volver a hablar con él y que me dijera que estaba bien. Nunca tendré la duda de que Yilberth siempre fue el rayo de felicidad que alumbró tanta oscuridad, él era eso y siempre lo será, siempre fue el que había hecho que yo reviviera todos los sentimientos que había dados por muertos, siempre fue él, siempre fue único e inigualable, solamente él me daba la felicidad y lo había demostrado una y mil veces, entonces ¿se había acabado mi felicidad?, no sabía, solo renegaba una y otra vez contra el destino preguntándome ¿Por qué me hacía esto?, ¿por qué lo había dejado de mi?, ¿Por qué me hacía otra vez sufrir?,  ¿por qué hacía otra vez que la persona que amaba se fuera?, pero el destino nunca te da la respuesta que quieres oír, aunque le grites al viento las miles preguntas que se formulan a tu mente reclamando grandiosas respuestas que solo llenen el vacío de tu corazón, nunca tendrás una respuesta.

¿Amor o Ilusión? Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora