Llegar nuevamente a mi casa era algo que extrañaba, mi cama, mis cosas, mi zona de confort y cada lugar que me hacía sentir yo mismo, los cuidados de mi mami y el abrigo de mi familia, era algo que sin duda extrañaba. Llegue durmiendo estaba muy cansado, a la mañana siguiente me levanté y le conté cada momento del viaje a mi mami.
—Hola, ya te agregué— decía el mensaje que llegaba a mi teléfono de parte de Albert.
—Hola ¿cómo estás?— le pregunté.
—Bien y ¿Tú?, aún un poco cansado— respondió.
—Bien, así estoy yo, con mucho sueño— respondí.
—Hay que aprovechar de dormir todo lo que no pudimos— comentó.
—Así es, pero fue demasiado fino, ¿Qué haces?— respondí.
—Nada, estoy acostado— respondió.
—¿Te puedo preguntar algo?— le pregunté.
—Si claro, dime— respondió.
—No, mejor no, te lo pregunto después, aún no es el momento— respondí.
—Dime, no me dejes con la intriga, aunque yo creo que sé lo que me quieres preguntar— dijo Albert.
—Dime que crees— dije.
—Mis cosas, colores favoritos, donde vivo, ¿esas cosas no?— preguntó él.
—No, si te quisiera preguntar eso, lo haría, es otra cosa, pero luego te lo pregunto— dije.Albert sin duda me parecía muy lindo, pero necesitaba conocerlo antes de empezar a sentir algo por él, también en mi vida seguía estando Yosber, y de una forma lejana Yilberth. Aunque ya con Yilberth no era lo mismo, Yosber si estaba más presente, yo estaba claro que con Yosber nunca llegaría a nada, teníamos diferentes formas de ver la vida y el amor, él un chico muy despreocupado y ocupado a la vez, que tardaba mucho en responder mis mensajes, yo un chico muy consentido y caprichoso que solamente quería atención a cada segundo del día, entonces estar con él, era algo que no funcionaría, al menos habló conmigo durante el viaje, estuvo pendiente de como estaba saliendo todo, al menos los tres primeros días fue así, luego dejo de responder mis mensajes, siempre lo hacía.
Pasaron dos semanas desde que había llegado de Mérida y hablaba a diario con Albert, pero aún seguía hablando con Yosber, solo como amigos pero nunca le había aclarado que no tendríamos nada. Yo había descubierto que Albert tenía muchas cosas diferentes a mi, era un chico muy cerrado con sus sentimientos, pero muy atento, él trabajaba y cumplía años un día después que yo.
—Necesito hablar contigo— le dije a Yosber por mensaje.
—Dime nene, ¿Qué pasó?— preguntó él.
—Yosber, no se cómo explicarlo, yo te quiero mucho, pero creo que lo mejor es quedar solo como amigos, yo sé que nosotros no somos nada, pero tampoco quiero que andemos en el sentido de cuadres o algo así, prefiero quedar solo como amigos— dije.
—Pero ¿Por qué?, yo he intentado todo, pero tú nunca puedes salir, sé que no he sido atento pero es que también estoy ocupado— comentó Yosber.
—Yosber, no estoy buscando culpables, tu eres una gran persona, pero siento que no vamos a llegar a nada, pero quiero seguir siendo tu amigo, aparte estoy conociendo a otra persona, y no es justo tenerte ahí esperando mientras yo conozco a alguien más— le respondí. Tenía que aclararselo, pues Yosber y yo jamás tuvimos nada, pero era mejor dejar las cosas claras, él siempre será un gran amigo, con él podía hablar de cualquier cosa y no queria perder su amistad.
—Esta bien— respondió.Yosber había significado muchas cosas lindas para mí, pues había logrado hacerme reír a pesar de cada cosa que me ocurría, pero yo no había llegado a sentir ese amor intenso y con locura que se supone que debemos sentir cuando estamos realmente enamorados, él solo me llama la atención pero no había pasado de ahí solo fue un sentimiento estancado que no había surgido de ninguna manera, pero él también fue el primer chico que le presenté a mis amigas, Yarianis y Stefany, ellas lo conocían pues él trabajaba cerca de nosotros estudiábamos y cuando pasábamos por ahí, íbamos y lo saludábamos. Mi querido Yosber, gracias por entenderme en cada momento, sé que esto no llegó a nada pero fuiste un increíble amigo, tal vez ese era nuestro destino solamente quedar como amigos, fuiste la ilusión que en pocos meses logró llenar mi vida de risa, pero siguiendo esa ilusión decidí que no podía continuar con algo que sabía que no iba a pasar de eso, una ilusión, una ilusión de niño pequeño, una ilusión de sentimientos opuestos, pues tú tenías un camino y yo tenía otro y jamás se cruzaban ni siquiera en los senderos de la ilusión. Gracias por solo entenderme y seguir siendo mi amigo.
Yosber, había aceptado que no podríamos tener nada pues él también sabía que éramos polos completamente opuestos y que yo quería ir rápido, veloz como un carro que está en una carrera y él quería ir lento, lento como la tortuga que no sabe a dónde va.
—¿Te puedo preguntar algo— decia el mensaje que llegaba de Albert a mi teléfono.
—Sí, claro, dime— le respondí.
—¿Yo te gusto?— preguntó él.
—¿Por qué esa pregunta?, y no, no me gustas— le respondí, Albert me parecía un chico muy lindo y me llamaba mucho la atención, pero apenas llevamos tres semanas hablando y no podía decir si me gustaba o no, necesitaba conocerlo más, saber sus sentimientos y las cosas que a él le hacían felices, pues yo sí quería algo bonito y duradero y por primera vez había entendido que las cosas rápido no terminan en buen plan, entonces con él quería ir lento y apenas teniendo tres semanas hablando yo no podía decir si realmente me gustaba.
—¿No te gusto?, demuestras otra cosa, en el avión no parabas de verme, y todos estos días me has demostrado mucha atención, eso significa que te gusto— respondió.
—Me pareces muy lindo, pero tenemos poco tiempo hablando y no puedo decirte que me gustas— respondí. —¿Yo te gusto?— pregunté.
—Sí, si me gustas, pero tu eres un niño malcriado y no te gusta aceptar tus sentimientos— respondió.
—Me llamas la atención, no puedo decir si pasa algo más, llevamos muy poco tiempo hablando— respondí.¿Malcriado?, sí tal vez si lo soy, siempre he sido el niño consentido y caprichoso de mi casa, y quería tener una relación donde siguiera siendo el consentido, ese niño pequeño que necesitaba de atención y tratos increíbles para poder seguir.
Paso otra semana, ya era septiembre, lunes 4, las peleas entre Albert y yo eran a diario, ese chico estaba logrando entrar en mi corazón, peleábamos nos necedades, él estaba acostumbrado a que hicieran lo que él quiere y yo también estaba acostumbrado a lo mismo, así que él siempre quería tener la razón y yo no sé la daba. Este lunes tuvimos una pelea, ¿Por qué fue la pelea?, no lo recuerdo, se que duramos varios días peleados, casi ni nos hablábamos, cualquiera de los dos escribíamos y el otro respondía pero de la forma más seca que alguien podría imaginar, así transcurrió la semana, Albert era muy orgulloso, ya se acercaba mi cumpleaños y pensé que él no me felicitaría pues no estábamos en buenos términos y conociéndolo sería la persona más orgullosa y no me enviaria un mensaje ese día, él cumplia un día después de mí, yo había decidido que si él no me felicitaba yo igual lo felicitaría.
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¿Amor o Ilusión? Parte 2
Teen Fiction¿Alguna vez te has enamorado de verdad? yo sí, me enamoré dos veces, de las personas que menos creí, uno dulce, tan dulce como el azúcar, el chico de sentimientos lindos. Otro un tanto amargo, pero de buenos sentimientos, el chico de suéter azul. Si...