CAPÍTULO 7 "¿QUÉ SIENTO?"

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Mi vida sin duda siempre tratará sobre cuestionarme, cuestionarme a mí mismo, cuestionar sobre todo lo que me pasa y cuestionar mi vida, de eso sin duda debería hablar yo, pues soy experto, siempre quiero cuestionar y buscar respuestas a todo lo que me pasa, a cualquier cosa de la vida. Y es que, la vida tiene forma de interrogación, y es mejor cuestionarla tú a ella, a que ella te cuestione a ti.

¿Qué siento por él?, era lo que repetía aquel domingo, después de haberme despertado de dormir, pues estaba amanecido de la fiesta de mi amiga. Y mi mente solo se repetía una y otra vez ¿Qué siento por él?, sin duda cuando él declaró sus sentimientos hacia mí, yo le dejé en claro que no sentía lo mismo, pues para ese instante no buscaba nada con nadie, solo quería ser yo mismo y estar solo, pero sus buenos tratos, su atención, su cariño, estaban haciendo que comenzara a sentir algo, pero en este punto era el momento donde esa pregunta se formulaba en mi cabeza ¿qué siento?.

Cada mensaje de él me hacía estremecer, me emocionaba y me alegraba el día sin importar lo que ocurriera a mi alrededor, no me importaba cuán cansado estuviera yo, solamente quería hablar con él, solamente quería que fuera él, pero tenía miedo a volver a pasar otra desilusión amorosa. Pero es que sentía que con él iba a ser diferente, Yilberth me trataba como si fuera lo único importante en su vida, me hacía sentir como ese niño pequeño que lo tratan con amor, cariño y ternura, y simplemente eso era lo que siempre había querido, quería alguien que su única atención fuera para mí, claro dándole su espacio personal, pero que me tratara como lo mejor que ocurriera en este mundo para él. Y con Yilberth tenía eso y mucho más.

—Oye, te quiero— le envié un mensaje.
—Yo más— respondió. —Y ¿eso por qué?— preguntó.
—Nada, simplemente te quiero— respondí.
—Esta bien— dijo, sin cuestionarme.

Simplemente todo con él era así de lindo, nunca me cuestionaba, nunca peleaba conmigo, siempre me daba la razón, siempre atendía a lo que me pasaba, siempre era cariñoso y me mostraba todo el amor del mundo. Cuando analizaba cada cosa de él, venía a mí el pensamiento de que tal vez, esto era lo que yo siempre había buscado, tal vez el destino me habia oido y había puesto en mi camino a alguien que me completaba al 100%.  ¿Yilberth me estaba gustando?. Y es que para ese momento no lo sabía, no sabía como darle una respuesta a esa pregunta, simplemente no sabía qué responderme a mí mismo, pero eso estaba bien, dicen por ahí que cuando el amor es real y bonito no se sabe, solo se siente y así era lo que me pasaba con él. Me sentía como el típico cuento de hadas, todo era perfecto y maravilloso, todo era genial y esplendoroso.

—Sabes deberíamos conocernos en persona— comenté.
—Si claro papito, tal vez ir a comer helados— respondió.
—Esta bien mi pequeño, pero ¿Cuándo?— respondí.
—¿Puedes el jueves?— preguntó.
—Sí, si puedo— respondí.
—Entonces nos vemos el jueves, y nos vamos a comer unos helados— dijo Yilberth a través de su mensaje.

Conocerme con él sin duda ayudaría a analizar mucho sobre lo que sentía, tenía claro que Yilberth me quería, se había encargado de demostrarlo una y mil veces, sabía que con él, tal vez podía tener una relación, pero necesitaba saber que sentía yo, y conocerlo en persona sin duda sería la prueba para ver si lo que estaba empezando a sentir por mensaje era lo mismo que sentía cuando lo viera.

Martes.
—Hola, buenos días mi papito hermoso, espero hayas dormido muy bien, ¿Cómo amaneciste?, te quiero mucho— escribió Yilberth muy temprano, acompañando cada mensaje con nuestro corazón para simbolizar nuestra amistad.
—Hola mi pequeño, buenos días, bien gracias a Dios y ¿Tú?, yo también te quiero— respondí.
—¿Tu me quieres?— preguntó.
—Sí, si te quiero— respondí
—Yo más— respondió.

¿Lo quería?, lo único que tenía claro en mis sentimientos era que lo quería, no sabía cómo, si tal vez con un amigo o como algo más, esa parte que aún no la definía, pero lo quiero, lo quiero de la mejor manera que alguien puede querer, lo quiero de la manera más extraña que alguien puede querer, lo quiero de la forma en el que el amor nace desde lo inexplicable. Y es que así había sido esto inexplicablemente extraño pero maravilloso.

—Papito— escribió.
—Dime— respondí.
—Eres demasiado hermoso— comentó.
—Gracias mi amor— respondí.
—Estaba buscando la manera de sacarte una conversación— comentó Yilberth.
—Déjame ver qué se me ocurre— volvió a comentar.

La verdad me había quedado dormido esa noche, así que no le respondí a Yilberth, solo tenía varios mensajes de él, a la mañana siguente.
—Bueno como creo que no estás despierto, me iré a dormir— escribió él.
—Descansa papito que sueñes conmigo, espero, y te quiero— insistió.
—Duerme bien mi niño— volvió a escribir.
—Mira mi amor te tengo una pregunta,  espero me la respondas mañana— dijo en su último mensaje de la noche.

Miércoles.
—Buenos días mi pequeño— le escribí al levantarme.
—Hola papito, buenos días, ¿Cómo estás?— respondió.
—Bien y ¿Tú?, lo siento anoche me quedé dormido, ¿Cuál pregunta tienes?— respondí.
—Bien, ¿Por qué me dijiste amor ayer?— preguntó Yilberth.
—La verdad no lo se, Yilberth seré sincero, me estás empezando a gustar, tal vez lo dije fue por eso— respondí con toda la sinceridad.
—Está bien, tranquilo, me lo puedes decir cuantas veces quieras mi amor— respondió.
—Esta bien, ¿Tienes clases hoy?, ¿A qué hora sales?— pregunté.
—No, mira yo salgo del liceo a las 1:30 pm, más o menos y entro a las 12:00 pm.  Lo otro es que solo voy los martes y los viernes al liceo mi amor— comentó Yilberth. —entendiste— luego preguntó. —O ¿te lo explico a besos?, haber si así entiendes mejor— dijo.

¿Beso?, sin duda ese mensaje me había hecho sonrojar, ¿Estaba siento nuevamente mezclas de emociones?, ¿él estaba logrando enamorarme?, Yilberth cada día hacia cosas que me gustaban y hacian que él me gustara un poco más.

—Bueno tal vez, deberías explicármelo así, a ver si entiendo mejor— respondí.
—Te quiero mi amor— escribió.
—Yo más mi príncipe— respondí.
—¿Tú me quieres?— preguntó.
—Shi— respondí. "Shi" es la manera tierna y cursi de decir que sí.
—Bueno tu me quieres, pero yo te amo— respondió.

¿Él me amaba?, sin duda este niño se estaba ganando mi corazón, estaba haciendo las cosas que nadie había hecho, y todo lo que yo siempre había querido. ¿Qué le respondo a ese mensaje?, no iba a negar que ya me estaba gustando Yilberth, pero de eso, a decirle que lo amaba, era muy diferente, aún no sentía ese amor para decírselo.

¿Amor o Ilusión? Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora