Capitulo 11: Consuelo

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Blu al llegar donde estaba la guacamaya de plumas multicolor, decidió tratar de entablar un conversación casual para entrar en confianza, mas que nada para saber si estaba bien.

El problema es que ambos estaban en silencio y Rita se quedo viendo a la luna sin despegar su vista de ella.

Para fortuna de Blu el silencio no se extendió al punto de ser incomodo. -Las estrellas- murmuro Rita viendo que había luna llena y las estrellas se veían en todo su esplendor, creando un paisaje fascinante.

-¿Las estrellas? ¿Que pasa con ellas?- pregunto Blu confundido.

-Es de las pocas veces que las puedo ver en todo su esplendor- contesto Rita aun manteniendo su mirada cansada en el cielo estrellada.

-Bueno, es normal, la contaminación de las ciudades hace que no se puedan ver del todo bien- explico Blu tratando de generar una conversación.

-Me encantaría que el este aquí- agrego Rita despegando la mirada del cielo para mirar a la rama donde estaban sentados ella y el guacamayo azul macho.

-¿El?- volvió a preguntar Blu otra vez confundido.

-Mi esposo- respondió tratando de ignorar el sentimiento de culpa que la llega invadir.

-Oh, claro, es obvio que estas casada ja ja- rió nerviosamente Blu creyendo que metió la pata muy feo.

-Estaba, el esta muerto- aclaro Rita mirando al guacamayo nervioso con una mirada apática, si, misma mirada cuando la conoció por primera vez pero en este caso mezclado con cansancio.

-Oh... lo lamento mucho por su perdida- se disculpo Blu sin saber como reaccionar ante tal aclaración, pero había visto cuando el abuelo de Linda fallecio, sabe el dolor que puede causar perder a un ser querido.

Bueno para ser justos, es normal que no supiera que ella perdiera su esposo hace tiempo.

-Gracias, me recuerdas un poco a el ¿Sabes?- comento la madre soltera con una leve sonrisa.

-¿En serio?- pregunto Blu un poco asombrado de ese comentario.

-Si, mi esposo, Peter era un guacamayo bastante dedicado hacia las aves que amaba e incluso si eso lo perjudicaba, hasta el ultimo de su días siempre pensó en mi y en nuestra pequeña hija- confeso riendo levemente al recordar a esa ave que la enamoro.

-Suena como una gran persona- dijo Blu siendo honesto y mas por que se nota que aquella ave amaba a su esposa.

-Lo fue, dio su vida por mi y Kiwi, no lo hubiese querido que se sacrificara pero aprecio demasiado todo lo que vivimos juntos y en el hermoso regalo que me dio- explico aun manteniendo una triste sonrisa.

-¿Y que te dio?- pregunto curioso el guacamayo azul.

-Libertad de vivir- resumió con sencillez.

Blu se quedo callado, no sabia que responder.

-Eres un gran padre Blu, se nota que tus hijos te aman y que cuando crezcan serán unas aves maravillosas- animo sabiendo que el guacamayo azul por lo que vio de su suegro no la estaba pasando bien.

Menos Blu fue capaz de responder al recibir tal cumplido.

-Y te debo una disculpa, se que debí haberme comportado mejor con tu suegro, por mas que me sacara de quicio- se disculpo por sus comportamiento, era lo mínimo que podía hacer.

-Tranquila, se que Eduardo puede ser un poco duro y mas cuando se trata de forasteros- dijo Blu negando con la cabeza aunque no estaba seguro de lo que dijo.

-Dejaremos eso a interpretación- fue lo único que dijo Rita con una mueca de molestia.

-Ademas quien merece una disculpa eres tu, lo que te hizo Roberto no fue correcto y pudo haberte matado- afirmo Blu sabiendo que lo que hizo Roberto fue terrible.

Madre e hija y Blu || Fanfic de Rio ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora