Capítulo 7 - Salt in our Wounds

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Pasaban los días, el programa del Demonio de la Radio era un éxito, como bien dijo Alastor era un espacio para dar vuelo a la imaginación con historias perversas pero a la par de su éxito estaba la controversia, de donde venían esas historias tan macabras, tantas torturas narradas, relatos de actos desalmados y peor aún, de donde salía la inspiración de Alastor para transmitir esa inmundicia, todas las madrugadas Alastor estaba fuera y todas las noches había un relato más sangriento que el anterior y cada que había una nueva transmisión había una vida que se extinguía. Alastor gustaba de narrar sus crímenes y matanzas, le producía cierta excitación que los demás pudieran escuchar de lo que era capaz, cuál sería el problema, quien podría sospechar que esas historias bárbaras no eran ficticias si no una completa realidad.

"El macabro hombre mutiló los dedos de la pobre mujer y a continuación siguió con su lengua ya que le era molesto que estuviera tratando de gritar, la sangre era una cascada rojo carmesí y las manos del autor estaban bañadas en el vital líquido, le gustaba sentir la sensación de como resbalaba por sus manos"

"El artista de la navaja comenzó con los pequeños cortes superficiales en los brazos del desgraciado prisionero, le gustaba ir lento, amenazando con ir cada vez más profundo hasta que la sangre terminara por correr"

"Cuando ya no soportaba más dolor decidió clavarle las cuchillas en la sienes mientras lo veía a los ojos dándole muerte al instante y llenándose de emoción al ver que sus ojos se inyectaban del color rojo y quedaban fijos capturados en ese siniestro instante"

Esos eran extractos de las inquietantes narraciones que el conocido como "El Demonio de la Radio" llevaba cada noche a los radioescuchas, una nueva narración, un nuevo crimen. Charlie no gustaba de estas historias sin embargo cada noche escuchaba a escondidas las transmisiones siniestras, entre más las repudiaba más intrigada quedaba de como Alastor podía imaginar esa cantidad de horrores. Cada día que pasaba su inquietud aumentaba, sentía que ahora en verdad Alastor era un completo desconocido y había tomado algo de distancia lo cual a Alastor parecía tenerle sin cuidado.
Era de noche y Charlie llegaba a la Abadía después de una productiva clase de arte y una tranquila tarde con Vaggie, al parecer las cosas entre las chicas mejoraban, Charlie fue a prepararse algo de cenar pero se encontró con la cena ya hecha y a Alastor en la mesa.

-Dulzura llegaste, que tal tu día.

-Hola Al, genial, que tal tú.

-No me quejo, siempre pasa algo interesante en una morgue.

-Sí lo imagino.

-Linda la cena está lista, te sirvo?

-No te molestes Al, de hecho no tengo mucho apetito, muchas gracias, pero se ve deliciosa.

-Charlie querida, si no tuvieras apetito no habrías venido directo a la cocina o sí?

-Bien, sí, sólo un poco por favor.

Alastor había cocinado lomo de venado con especias acompañado de vino tinto. Llevó a la dulce Charlie hasta la silla y en un gesto de caballerosidad la acomodó para ella, cual si fuera una doncella Alastor le llevaba la cena hasta la mesa servida en una bella vajilla de fina cerámica , sirvió el vino en la elegante copa y se sentó frente a la chica.

-Gracias Al, eres muy gentil.

- Oh no me des las gracias cariño, me encanta cocinar, es bastante relajante y si alguien como tu aprecia mis platillos para mí es de lo más gratificante.

-Está realmente delicioso Al, ahmm tu no cenarás?

-Ya lo hice linda, pero te acompañaré si me lo permites, quiero ver como disfrutas de mi platillo, espero en verdad te guste pues quiero verte devorar.

Charlie se sonrojó un poco, sus mejillas ya de por si rosadas la delataban, era tan bella y delicada que a pesar de las graciosas mordidas que daba se seguía viendo encantadora, Alastor la veía fijamente con una pequeña sonrisa, Charlie se había olvidado de que él la observaba pues estaba ocupada disfrutando de la obra culinaria de Alastor, realmente era delicioso. Alastor mantenía fija la mirada en ella, más en específico en un dije que llevaba en el cuello, un símbolo formado por la fusión de un corazón y una estrella invertida, ese era el símbolo de los Morningstar que Charlie portaba en todo momento, era como un amuleto para ella, su símbolo de protección y linaje, Alastor se puso de pie y rodeo la mesa, se posicionó tras la silla de Charlie y rodeó su cuello de manera delicada pero los reflejos de la chica fueron más rápidos para evitar que tocara su dije que ni siquiera pensó en que eso implicaría tomar la mano de Alastor y así fué, Charlie estaba ahí, tomando la mano de Alastor y más temprano que tarde se dió cuenta de lo que pasaba y lo soltó, él por el contrario no lo hizo, al menos no de golpe y retiro su mano lentamente deslizando sus dedos por el escote de Charlie lo cual hizo que a la chica se le erizara la piel.

-Lo siento querida, solo que tu dije es muy bello y me llamó la atención, le queda exquisitamente bien a tu cuello.

Charlie se sintió un poco extraña, por que se había atrevido Alastor a tocarla de esa manera? Si su intención era dar un cumplido al dije por que tendría que tocarla? Eran cosas que ella se preguntaba.

-Gracias Al, lo siento, no quise tomar tu mano, en verdad perdón, solo que nunca habían intentado tocarlo.

-No te disculpes dulzura, al contrario, perdón por mi atrevimiento, y dime tiene algún significado? Nunca había visto ese símbolo en ningún otro lado.

-Es el símbolo de la familia Morningstar, mí familia, nunca había querido usarlo, temía que se maltratara o algo así, me lo dejaron mis padres, antes de... Bueno, tu ya sabes eso.

Charlie se mostró triste, siempre que recordaba ese detalle respecto a sus padres para ella era inevitable que sus ojos se humedecieran un poco. Alastor tomó la mano de Charlie y con la otra aparto el cabello que caía sobre el ojo de la chica.

-Charlie, cariño, no hay razón para ponerte así...

-Al, pero mis padres, si ellos estuvieran aquí...

-Si ellos estuvieran aquí no querrían ver a su dulce jovencita de esta forma, así que mi bella y encantadora Charlie, sonríe, nunca estás completamente vestida sin una sonrisa, recuerdalo siempre.

Dicho ésto Alastor dio un cortés beso a la mano de Charlie, deteniendose por un segundo para grabar en su olfato el perfume a avellanas, cereza y casis que llevaba Charlie en su piel y luego levantó la mesa dejando a Charlie aún más confundida de quien era Alastor realmente, como podía ser así de agridulce.
Ya en su habitación Charlie cepillaba su largo y dorado cabello cuando le llegó el olor a humo de cigarrillo, eso significaba que Alastor ya se encontraba también en su habitación, Charlie salió al balcón y se encontró con que Alastor estaba en su respectivo balcón, se vieron por un momento y Alastor cerró las cortinas para que Charlie no mirara más, ella decidió que era hora de estudiar sus diarios pero se quedó pensando en lo que había pasado anteriormente con Alastor en la cena, cosa que la llevó a pensar en sus padres y la inquietud entró en ella, fue por uno de los grimorios de su madre, uno muy especial que hablaba de magia muy avanzada y Charlie no había leído mucho pues aún no entendía del todo ese tipo de magia.

RAZORBLADE ROMANCE (Charlastor +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora