Capítulo 2.
Narra Isabella:
Me quedé confundida al ver como salía huyendo de la biblioteca, pero más confusión me entró al darme cuenta de la cercanía entre ambos. Esperaba llevarme bien con él, más con todo lo que ya sabía, pero no sabía que mi primer encuentro sería tan... Intenso. Si, esa es la palabra.
Remus Lupin es más que todo lo que me dijeron, es dulce, decidido, un completo caballero, respetuoso, divertido, y eso lo he notado en nuestra corta conversación.
Decido subir a mi habitación y en el camino me encuentro con los ojos grises que me observan divertido. - Así que conociste a mi amigo.
- Si Sirius y me gustó a decir verdad. - le fuí sincera, si sabía de alguien que no iba a juzgarme, era él.
Rió, pero vi mucha esperanza en sus ojos. - Eso es genial, por la forma en la que subió, sé que a él también le gustaste.
No comprendí su tono de voz, pero decido ignorarlo. - ¿Algo que deba saber de mañana?
- De hecho sí. - Rasca su nuca. - Como sabrás, desde el Ministerio, se quiere tener un control bastante exhaustivo de que estos matrimonios funcionen y no sean tapaderas. - Mi mente pensó que eso era lo que estábamos haciendo. - Quieren pruebas de la noche de bodas. - Mis mejillas se encendieron ante la idea, demasiado ignorante en el tema como para estar relajada.
- ¿Cómo harán para comprobar eso? - dije con demasiados nervios.
- Hay una poción, que está vinculada a un hechizo. Lo usaban los magos sangre puras en el tiempo de antes, para ver si se había consumado el matrimonio y para tener control en la descendencia y todo eso. - Rodó los ojos. - Como sabrás, hay muchos mortífagos involucrados y ellos propusieron que se utilice de nuevo esa manera.
- Okey. - lo miré procesando todavía. - ¿Remus ya lo sabe?
Rió. - De hecho, no. ¿Quieres decirle?
- ¿Yo?
Me miró divertido. - Si, después de todo, serás su esposa en unas horas.
- Okey.
Subí con más nervios que antes, no es que esperaba que no pasara nada, pero de alguna manera sí creí que sería más adelante, o eso esperaba.
Toco la puerta de su habitación y me abre al cabo de unos minutos en pijama, me pego mentalmente por mirar su cuerpo entero, la idea de lo que debemos hablar me juega malas pasadas.
- ¿Sucedió algo Isabella? - dice con evidente preocupación.
- Necesito hablar contigo, de algo que me dijo Sirius recién. - digo jugando con mis manos nerviosa. Él asiente, dándome espacio para entrar a su habitación. Repaso todo con mis ojos, tiene su mesa de luz llena de libros y uno está en su cama, veo el chocolate también, sonrío pensando en que soy amante de ello al igual que él.
- ¿Qué te dijo Isabella? - su voz suena justo detrás mío, me giro sin prever la poca distancia entre nosotros, quedando a centímetros. Sus ojos estudiando mi rostro y yo sin dejar de ver sus labios.
Me alejo buscando un poco de cordura y le cuento lo que su amigo dijo minutos antes. - ¿Tú que piensas Remus?
Estudia mi rostro y suspira. - Que si hay que hacerlo no hay muchas opciones Isabella. - Asiento intentando que no se me note que me afectaron sus palabras. - No es por lo que estás pensando.
Levanto la vista frunciendo el ceño. - ¿Qué cosa?
-La razón por la que no quiero es porque esperaba que si tenía que pasar, fuera cuando quisieras Isabella y no porque te obligaran. - Toma mi rostro entre sus manos y me mira directo a los ojos. - Eres hermosa, no creas ni por un segundo que no eres deseable a mis ojos. - Susurró, trago saliva. - Te lo digo asumiendo todo lo que ello conlleva. - ríe.
- Yo tengo un problema Remus. - le digo en un tono bajo, mientras agacho mi rostro. - Yo nunca he estado con nadie así. - El agarre en mi rostro se suaviza mientras que con su pulgar me recorre los labios.
- No es un problema Isabella. Te trataré de la mejor manera posible y haré que sea una experiencia agradable para ti. - Levanto mi rostro al escucharlo. ¿Es que no deja de ser un caballero nunca? - Aunque lamento que tu primera vez sea con alguien que no elegiste. - Noto el dolor en su voz al decirlo y me apresuro a responder.
- Remus, quizás no lo elegí, pero sé que no me voy a arrepentir en un futuro tampoco de ello. - Me mira con una mezcla de confusión y algo más que no logro reconocer. - Desde que nos conocimos me has tratado con respeto y cariño, es todo lo que necesito para saber que no me arrepentiré de lo que pase mañana.
- Gracias Isabella. - una sonrisa tira de sus labios.
- Gracias a ti Remus, me tranquilizaste en un tema que me estaba poniendo nerviosa. - río y él me acompaña.
Veo que su mirada recae en mis labios y cometo, quizás, la primera imprudencia con él. Me apoyo en su pecho y me doy envión para lograr pegar mis labios a los suyos. Él sigue sosteniéndome de las mejillas, pero cuando doy este paso, una de sus manos baja a mi cintura dándome equilibrio.
-Me encantaría darte un mejor beso, pero no tengo nada de experiencia. - digo apenas nos separamos, la vergüenza surca en mi rostro, porque sé que es muy caballero para quejarse al respecto. En lugar de responder, me acerca a él nuevamente, pegando sus labios a los míos, mientras se abre paso en mi boca con su lengua, enseñándome cómo se hace.
Mentiría si dijera que no disfruto del sabor de sus labios, ni de su cercanía. El beso se torna intenso y mis manos me pican por seguir repasando su cuerpo, pero me mantengo quieta para no pasar vergüenza. Él me acerca más y nos separamos solamente cuando necesitamos tomar aire.
-Hasta mañana Isabella. - me dice luego de unos segundos apenas susurrando.
- Hasta mañana Remus. - salgo lo más rápido que puedo y voy hacia la habitación que Sirius me asignó. Me encuentro con él en el camino que tiene una sonrisa en su rostro, una que claramente sabe lo que pasó en la habitación. Con más vergüenza que antes, me escondo rápido en la pieza para poder calmarme. Mañana a esta hora ya estaré casada... Y también ya habré estado con él en ese sentido.
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Sempiterno. - Remus Lupin.
Romance"Que durará para siempre; que habiendo tenido un principio, no tendrá fin."