Sempiterno. - Remus Lupin.

19.

Capítulo 19.

Narra Remus:

Sé que soy arriesgado, pero no puedo permitir que algo malo le ocurra a mi mujer. Es por eso que aclaré que nosotros no íbamos a participar de la batalla, sin embargo, nos podemos hacer cargo de otros asuntos.

Así que ahora nos estamos preparando para un viaje largo. A espaldas de Isa guardé muchos medicamentos para embarazadas, porque estoy seguro que lo está.

Nos dirigimos a Rumania, donde está el trabajo de uno de los Weasley, debemos convencer a los hombres lobos del lugar de participar, ellos pueden llegar a tiempo a pelear por la libertad de todos.

- Mi amor. - giro para verla con el vestido que se puso, recorro sin ningún reparo su cuerpo, no sé si en algún momento me dejará de gustar, es preciosa. - Deberíamos salir en una hora.

- Si hermosa, - me acerco a ella dejando un beso en su frente. - Está todo listo ya.

- Perfecto mi vida. - me besa y enseguida busco introducir mi lengua, la necesito, nunca obtengo suficiente.

- Remus, puede entrar alguien. - su voz ya sonaba entrecortada. Sonreí en sus labios todavía.

- No me importa que alguien nos encuentre Isabella, eres mi esposa. - Seguí dejando besos en su cuello mientras la escucho estremecerse.

- Remus. - su jadeo me hizo poner más duro todavía. La alcé y levanté su vestido, ella tocaba parte de mi cuerpo mientras batallamos por tenernos. Hasta que un carraspeo nos hizo frenar. Ella escondió su cara en mi cuello.

- No pierden el tiempo algunos. - bufó Sirius.

- En serio tenías que interrumpir. - mascullé mientras acomodaba la ropa de mi esposa.

- Pueden seguir después. - dijo rodando los ojos. - Quería pedirles que se cuidaran en este viaje. - Lo noté nervioso y sonreí.

- Gracias Sirius. - dijo Isa abrazándolo, él correspondió mientras le daba un beso en su frente.

- Cuídate pequeña. - dijo con preocupación.

- Lo haremos. - dijo ella con una sonrisa.

Cuando ella se fue a buscar los bolsos, Sirius me miró interrogante.

- ¿Qué? - consulté.

- ¿Cuándo le dirás que está embarazada? - preguntó con su ceja enarcada.

- No lo sé, ella no lo ha notado. - dije nervioso. - No quiero que todo se complique.

- Cuidala Remus. - me dijo suspirando. - Y cuídate tú, son lo único que tengo con Harry.

- Lo haremos, pero tu prometeme cuidarte también. - dije mientras lo abrazaba.

Nos despedimos de todos los presentes en la casa de Sirius y emprendimos nuestro viaje, mis nervios en aumento al ver su pequeño bulto.