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En la biblioteca de Hogwarts, la luz suave de las lámparas iluminaba las estanterías repletas de libros. Tennessee y Helena estaban sentadas en una mesa apartada, rodeadas de pergaminos y textos de Encantamientos. La conversación había comenzado con temas académicos, pero rápidamente se desvió hacia otros asuntos más personales.
—Entonces, ¿cómo te ha ido con los Encantamientos?— preguntó Tennessee, mientras pasaba las páginas de su libro.
—Bastante bien, gracias por preguntar.— respondió Helena con una sonrisa. —Me alegra tener a alguien con quien hablar sobre estas cosas. A veces siento que los estudios pueden ser un poco solitarios.
Tennessee asintió, comprendiendo. —Sí, es cierto. Es bueno tener a alguien con quien compartirlo. Y hablando de compartir, ¿cómo es que sabes tanto sobre mí?— preguntó con curiosidad, recordando su conversación anterior.
Helena rió suavemente. —Bueno, es difícil no saber sobre ti cuando andas con los chicos de Slytherin. Son bastante conocidos, ¿sabes? Todos aquí saben sobre ellos y... mira, Todos ustedes son adinerados, de familias de sangre pura y con apellidos conocidos... los Riddle... son los Riddle... hijos de tu ya sabes quien y... es bastante obvio que todos saben sobre ellos. Y tú andas una cierta cantidad de Tiempo con Tom... Tom el que odia a la gente y mira a todos con cara de desprecio, al mismo al qué incluso sus amigos le tienen cierto miedo.
Tennessee asintió, scones el ceño fruncido. —Sí, lo sé. A veces siento que estamos bajo una lupa, que todos nos observan y juzgan. Pero, al mismo tiempo, he encontrado en ellos una especie de familia. Son... son complicados, pero los quiero y yo... soy importante para ellos, siempre están ahí para hacerme sentir bien y protegida, aunque... son muy celosos.
Helena sonrió comprensiva. —Eso se nota. Pero, ¿qué hay de Tom? Siempre parece tan... distante. ¿Cómo es realmente cuando no está actuando como el desprécienle Tom Riddle? ¿O... si es así?
Tennessee rió suavemente. —Tom es... complicado. Puede ser muy reservado y, sí, tiene esa mirada de desprecio que a veces da miedo. Pero también tiene un lado más suave. No muchos lo ven, pero está ahí. Él se preocupa profundamente por sus amigos, aunque no siempre lo demuestre de manera obvia, lo hace...
Helena inclinó la cabeza, intrigada. —Eso es interesante. ¿Y los demás? ¿Qué hay de Theodore y Mattheo?
Tennessee sonrió. —Theo es... bueno, es... con el Que mas me llevo por así decirlo. Es bastante dulce, un idiota, pero muy gracioso. Siempre está ahí para mí, me ayuda y me cuida. Mattheo, por otro lado, es como un torbellino. Siempre está lleno de energía y haciendo idioteces. Pero no lo malinterpretes, también tiene su carácter.
—¿Y los otros? Draco, Enzo, Blaise, Regulus...?
Tennessee se tomó un momento para pensar. —Draco es... complicado también, es muy gracioso, aunque a veces puede ser un poco... egocéntrico. Enzo es muy inteligente y es el más dulce de los siete, es un amor y tiene un sentido del humor seco que adoro. Blaise es un loco, es igual a Mattheo, a veces no los soporto cuando están los dos, es un chismoso, pero muy perceptivo. Y Regulus... es un enigma. Silencioso, pero cuando habla, es porque tiene algo importante que decir.
