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Tennessee entró a su habitación donde encontró a Theodore sentado en su cama mientras leía un libro que también era de ella. La pelirroja frunció el ceño y cerró la puerta.
—¿Que haces aquí?— preguntó ella, acercándose.
—Dormiré contigo hoy.— dijo.
—Ah, ¿y te invitas solo ya, verdad?
Theodore rió. —yo sé que te da miedo dormir sola.— Tennessee rodó los ojos. —¿Donde estabas?
—En la biblioteca, estudiando.— dijo ella acomodando sus cosas.
—Déjame adivinar, ¿con Riddle?— dijo el castaño observándola.
—Si, Tom es bastante bueno en pociones y me tiene mucha paciencia mientras me explica, soy un poco tonta.
—¿Ahora te pasas mucho con él, no? Digo... no olvidemos que él era el único que te trataba mal de nosotros.
Tennessee se quedó en silencio por un momento, acomodando sus cosas en el escritorio. Finalmente, se giró para mirar a Theodore, su expresión seria.
—Sí, lo sé. Pero... no sé, últimamente ha estado diferente. Es como si intentara... no sé, ser amable. O al menos, menos desagradable.
Theodore levantó una ceja, dejando el libro a un lado. —¿Menos desagradable? ¿Estamos hablando del mismo Tom Riddle?
—Sí, del mismo.— dijo Tennessee, suspirando. —Y no es que confíe completamente en él, pero ha sido útil con los estudios y... bueno, se disculpó hoy por lo de Adrián.
Theodore frunció el ceño. —¿Disculpas? Tom Riddle pidiendo disculpas. Eso sí que es nuevo.
Tennessee asintió, sentándose en el borde de la cama. —Sí, lo sé. Fue extraño, pero... lo acepté.
Theodore la observó por un momento antes de hablar. —Solo ten cuidado, Tennessee. Tom no es alguien en quien confiar ciegamente.
—Es tu amigo, Theodore. Y es el hermano de tu mejor amigo.— respondió ella, mirándolo con seriedad.
—Exactamente. Por algo lo digo, ¿no lo crees? Yo lo conozco, tú no.
Theodore suspiró, su expresión suavizándose un poco. —Solo quiero que estés bien, Tennessee. A veces, Tom puede ser complicado.
—Lo sé.— respondió Tennessee, sintiendo una mezcla de gratitud y frustración. —Aprecio que te preocupes, Theo. Pero no estoy confiando ciegamente en él. Solo trato de aprovechar la ayuda que me ofrece.
Theodore asintió lentamente. —Está bien. Solo... mantén los ojos abiertos. Y si alguna vez necesitas hablar o cualquier cosa, sabes que puedes contar conmigo.
Tennessee le sonrió, sintiéndose reconfortada por sus palabras. —Gracias, Theo. De verdad.
Hubo un momento de silencio entre ellos antes de que Theodore se levantara de la cama y se acercara a Tennessee. —Bueno, ¿dormirás en la cama de Pansy?— le preguntó ella.
