Capitulo 4

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Ivan

Me despierto temprano en la mañana me preparo para mi día. Mientras salgo de mi habitación miro la puerta al lado de mi habitación donde está mi muñequita italiana y una sonrisa se forma en mi cara, yo puedo esperar en probarla. Bajo las escaleras voy al comedor y solicito que me sirvan el desayuno en 30 minutos. 

—Doña Lety digale a Alessia que baje a desayunar. 

—Si, señor.

Ni siquiera dormí anoche. Tenía mucho miedo del ogro que apareció en mi habitación. Estaba sumida en mis pensamientos pensando que mi vida no vale nada en este momento, cuando se abrió la puerta y era la misma señora mayor que me trajo comida anoche. 

—Señorita El patron quiere que baje y desayune con él. Vaya a ducharse y use la ropa que le proporcionaron, apúrese que el es muy impaciente.

—No tengo hambre.

—Señorita, toma esto como un consejo, es mejor que siga las instrucciones, si no, el patron se enojará mucho con usted.

La señora mayor se va y yo voy a ducharme, no planeo bajar pero me ducharé. Todavía tengo el mismo vestido de ayer donde me subastaron. Cuando terminé de ducharme, me puse la ropa que había estado en la cama desde ayer y me senté en el sofá simplemente contemplando mi vida en el último mes, lo horrible que se había vuelto, son eventos tan desafortunados. 

Estaba leyendo el periódico y el desayuno ya estaba servido pero ella no estaba por ningún lado. Pinche morrita ya comenzo con sus pinches berrinches pero aqui se chinga porque aqui mando yo.

—Lety donde chingados esta Alessia?

—Señor la señorita Alessia dijo que no tiene hambre.  

—JAJAJA valla y digale a esa mocosa que mejor baje antes de que yo mismo la traiga  arrastrando de las greñas.

—Si señor.

Escucho que la puerta se abre de nuevo y es la misma mujer mayor. 

—Señorita tiene que venir conmigo por favor, yo sé lo que le estoy diciendo es peor si no sigue las órdenes del patron.

—Esta bien.

Bajo las escaleras y la señora me lleva a donde hay una enorme mesa de comedor al final de este, esta el hombre que me ha robado la libertad.   

—Bravo, finalmente decides bajar, no me hagas esperar otra vez, me escuchas!!!! Mi desayuno se enfrió, ahora siéntate y traga.

—No tengo hambre.

—No te pregunté si tenías hambre o no. Vaz a tragar y punto!!!

—Esta comida no me gusta.

—JAJAJA ahora resulta que la niña se pone sus moños pues me vale madre si no te gusta te lo vas a comer y ya.

Empiezo a jugar con mi comida pero siento su mirada penetrante sobre mí.  

Miro a el hombre a mi izquierda, él me mira fijamente con su mirada oscura que tanto me intimida. 

—Deja de jugar con tu maldita comida, por el amor de Dios. 

—Por favor déjame ir, Estoy segura de que eres un buen hombre, ¿verdad? 

—Soy el diablo en persona, y no puedo hacer eso, me costaste mucho dinero y la única forma de obtener tu libertad es que me pagues hasta el último centavo que me debes, princesa. Deberías estar agradecida de que te compré yo, y terminaste con este hombre guapo, y no con un viejo feo y gordo. 

—Vai all'inferno(Vete a la chingada)

Sin pensar en las consecuencias tomo mi plato de comida y lo tiro al otro lado de la habitación haciendo que la comida se desparrame por el suelo.  

—Sei un fottuto bastardo, ti odio, ti odio così tanto!!!!!

(Eres un puto bastardo, te odio, te odio tanto!!!!!)

—Que chingados me dijiste pendeja??!!! 

Empujé mi silla hacia atrás lo más rápido que pude y agarré un puño lleno de su pelo y golpeé su cara contra la mesa, lo que la hace llorar de dolor. Luego me puse en su cara y comencé a gritarle.

—No vuelvas a faltarme el respeto. No tolero esta actitud estúpida que tienes conmigo ahora mismo. Te calmas o te calmo me estas escuchando pendeja!!!!

La agarro por el cabello y la jalo hacia donde tiró toda su comida y la empujo con fuerza hacia el suelo.

—Límpialo todo, querías hacer un desastre, ahora limpialo. Crees que tienes derecho a desperdiciar comida déjate recordarte quién compró a quién, eres simplemente un capricho para mí que quería darme no te pases de verga. Orale a limpiar que no tengo todo el puto dia para tus berrinches pendejos.  

Ella comienza a llorar y comienza a agarrar la comida con la mano.

—No...no..no limpiarás con tu boca, asi como andas de respondona come la comida del piso como una perra. Eso te enseñará una lección para agradecer lo que se te da.  

Ella me mira incrédula y llora aún más fuerte y luego intenta hablar conmigo.

—Porrr...favor...yo...yo..

—Tu nada!!! limpia que odio el desorden!!!!

La miro fijamente mientras ella comienza a comer la comida del piso y una sonrisa se forma en mi cara. 

Después de un rato la agarro del brazo con fuerza, la levanto y la llevo arriba a su habitación, la tiro con tanta fuerza y rabia que cae al suelo y llora de dolor. Ella me mira con esos ojos inocentes, donde caen decenas de lágrimas cuanto más me mira. 

—Espero que hayas aprendido la lección y de ahora en adelante respetes a tu dueño solo por las pendejadas que acabas de hacer estas castigada. De este pinche cuarto no sales hasta que se me inchen los huevos pendeja!!!!

Cierro la puerta de golpe y le pongo seguro desde afuera dejándola sollozando sin control.

A Los Ojos Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora