El sintético dice "Por favor, sígame, lo llevaré a la sala de evaluación." El guía sintético condujo a Argo hacia el ascensor teletransportador más cercano, ingresando junto a él. Con un gesto ágil, indicó en la pantalla táctil el destino deseado y añadió con precisión: "Por favor, permanezca en su lugar, joven Argo". Luego, se despidió con una sonrisa y un gesto de la mano antes de salir rápidamente para atender a más postulantes en el mesón. Mientras tanto, Argo se desvaneció mágicamente en el interior del ascensor teletransportador. "Joven Argo" saludó amablemente el sintético que lo recibió en el otro ascensor está vez con una voz robótica masculina, Argo dejando escapar un "guau" mientras observaba las partículas de sus manos materializándose. Experimentó una sensación increíble y se maravilló ante la rapidez del proceso. "Hola, ¿eres Aria también?" "¿En qué piso estamos?" agregó aturdido y sorprendido por el efecto en su cuerpo al ser primera vez teletransportandose . "Si joven Argo soy Aria, y estamos en el piso 3", respondió el sintético con una sonrisa tranquilizadora. "Por favor, tome asiento hasta que sea llamado por los altavoces o por un asistente nano-dron. Gracias", concluyó el sintético, indicándole amablemente que aguardara tranquilamente su turno. Fue entonces cuando Argo notó el inmenso pasillo que se extendía a su lado. A lo largo de este, vio numerosas mini butacas ocupadas por niños y niñas y otros un poco más jóvenes también,todos impacientes y esperando con ansias su turno. Al otro lado, varias puertas con números de sala marcados y un distintivo logo circular con las siglas "A.A." captaron su atención. Cada puerta estaba equipada con un sensor de identificación para permitir el acceso. Sin embargo, lo que más le sorprendió fue la vista del lado de las butacas. Más allá, a través del muro se vislumbraba una plazoleta preciosa adornada con fuentes de agua cristalina y bancas acogedoras, invitando a los visitantes a descansar o sumergirse en la lectura de un buen libro, tal vez adquirido de la biblioteca cercana. Residentes de la academia disfrutaban de caminatas por los senderos serpenteantes, algunos paseando alegremente a sus mascotas entre los árboles frondosos. La escena estaba iluminada por farolas futuristas, que añadían un toque de encanto a este oasis de tranquilidad en medio del bullicio del pasillo. De repente, Argo sintió una urgencia en su vejiga, provocada por los nervios y el almuerzo que acababa de ingerir. Se puso de pie rápidamente y se encaminó hacia la puerta con el logo neón azulado de los baños, que se encontraba a mitad del pasillo. Mientras caminaba a paso veloz, Argo respiraba el agradable aroma del domo y escuchaba las conversaciones animadas de los otros niños que comentaban su viaje. Muchos de ellos habían llegado por diferentes teleféricos y líneas, algunos habían disfrutado de paisajes desérticos, mientras que otros habían experimentado la belleza de entornos acuáticos y montañosos.
Otros comentaban el tiempo que llevaban esperando, lo cual solo aumentaba su nerviosismo. La idea de esperar durante horas también lo inquietaba, sumando tensión a su situación. Dentro del baño, la vista se expandía hacia un espacio amplio y luminoso, impregnado de una sensación de limpieza extrema. Cada rincón relucía en un blanco brillante, mientras los azulejos reflejaban la luz de manera impecable. A medida que Argo avanzaba, se encontraba con diez cabinas personales, cada una de ellas mantenida en un estado impecable de higiene.
Argo supuso que desde el baño podría escuchar los altavoces en caso de ser llamado, así que se tomó su tiempo allí dentro. Después de un rato, salió y regresó a su asiento, donde esperó pacientemente su turno. Después de una hora observando cómo los niños y niñas entraban y salían de las puertas, cada uno con expresiones y reacciones únicas tras su experiencia, Argo se sentía cada vez más tenso. Algunos salían llorando desconsoladamente, mientras que otros salían celebrando con alegría. Había también aquellos que salían sin mostrar ninguna reacción aparente, lo que dejaba a los demás con la ilusión y la expectativa en suspenso. Al observar que algunos niños y niñas salían del proceso en cuestión de minutos, mientras que otros permanecían mucho más tiempo, Argo se sentía confundido y desconcertado. Imaginaba que se trataba de una entrevista tipo examen de conocimientos o algo similar, pero las rápidas salidas de algunos no encajaban con esa suposición. La variabilidad en los tiempos de espera aumentaba aún más su intriga.
De repente, llamaron a la niña que estaba sentada junto a él, pasando totalmente desapercibida para Argo hasta ese momento. Solo cuando se puso de pie, él la observó, notando su timidez mientras caminaba hacia la puerta. Lo que más le llamó la atención a Argo fueron sus cabellos rubios y su tez blanca, ya que de espaldas solo se podía ver una capucha larga y oscura, que añadía un aire de misterio a su figura. Con un grito enérgico, Argo deseó suerte a la niña, sintiéndose más vivo que nunca entre el bullicio de los otros niños. Su voz resonó, haciendo sonrojar a la desconocida, quien continuó su paso tímido hasta atravesar la puerta automática sin demostrar reacción ante el apoyo de Argo. Sin embargo, en su interior, la sorpresa y el agradecimiento inundaron su ser, creando un momento inesperado pero profundamente reconfortante para ella. Argo sintió algo familiar en el gesto, como si fuera un impulso instintivo que brotaba de lo más profundo de su ser. Se sorprendió de haber apoyado a la desconocida sin una meditación previa, simplemente sintió que era lo correcto en ese momento. Mientras reflexionaba sobre el porqué de ese impulso, notó la casi inmediata salida de la niña de la sala, tal vez habían transcurrido apenas 10 minutos.
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Agente ARGO (Versión Original)
Science FictionEn un mundo arrasado por la guerra, Argo se entrena para convertirse en un agente de élite, la última línea de defensa de la humanidad. Con el futuro de su gente en juego y sombras acechando en cada esquina, deberá superar pruebas letales y enemigos...