Con un gesto sutil indicando que se retirara, Jackson volvió a su asiento en la mesa, reorganizando meticulosamente los expedientes. Mientras tanto, el nano-dron se acercó con elegancia a Argo, como si estuviera guiándolo hacia la salida de la sala. Argo, anticipándose, realizó una reverencia al estilo karateca hacia Jackson y Murray, expresando su gratitud por la invaluable oportunidad brindada. "Craaak" "felicidades" decía Murray lleno de alegría, mientras se movía en su lugar dando pequeños brincos como si estuviera aleteando. Por otro lado, Jackson, con su expresión seria, levantó la mirada y guiñó un ojo en señal de aprobación, mientras una impresionante nube de humo emanaba de su nariz con cada exhalación de su cigarro. Con una sonrisa radiante, Argo da media vuelta mientras su rostro irradia una felicidad encantadora. A su lado, el nano-dron, en el corto trayecto, le proporciona las indicaciones siguientes. Argo ya tiene claro su próximo paso: dirigirse al ascensor y esperar que el sintético lo envíe a las bodegas subterráneas. Allí, recogerá su indumentaria corporativa y sus uniformes escolares, como los de educación física y ciencias, entre otros. Sin perder ni un instante, Argo se lanza corriendo por el pasillo, inhalando el exquisito aire con determinación mientras visualiza mentalmente el uniforme de la academia sobre su cuerpo. Ajeno a los gritos de los otros niños que aún no han sido llamados a entrevista y a los recién llegados al pasillo, Argo responde con entusiasmo mientras casi alcanza el ascensor. Al borde de la euforia, grita y salta, girando en el aire con un puño alzado hacia el cielo: "¡Soy un alumno oficial! ¡Buena suerte a todos!", descendiendo lentamente en el aire, como si fuera coreografiado, el sintético ya ha ingresado las coordenadas, haciendo que Argo desaparezca justo antes de que sus pies toquen el suelo del ascensor, logrando un teletransporte con estilo.
En el décimo piso subterráneo, el amplio domo se extiende como un laberinto de bodegas, cada una destinada a un propósito específico. Las inmensas estanterías, que se alzan hacia el techo, están repletas hasta el límite con una asombrosa variedad de herramientas, utensilios, artículos electrónicos, insumos médicos, armas, semillas y un sinfín de otros objetos indispensables para la vida en la academia.
Desde las herramientas más simples hasta los dispositivos más sofisticados, todo está cuidadosamente organizado en este vasto espacio. Cada estante parece una historia en sí misma, con su carga de conocimiento y potencialidades. El aire está impregnado con el olor de la metalurgia, el plástico recién fabricado y el aroma fresco de las semillas. Es un espectáculo impresionante y cautivador, donde la utilidad y la innovación se entrelazan en un mar de posibilidades infinitas, enjambres de nano-drones, con sus zumbidos eléctricos que cortan el silencio, trabajan incansablemente distribuyendo y reponiendo los objetos con una precisión asombrosa. Su labor es un baile de tecnología y habilidad, una sinfonía de movimiento sincronizado que asegura que cada objeto esté en su lugar y listo para ser utilizado en el momento preciso. Argo se materializó en el décimo piso subterráneo, ignorando al sintético ubicado a su lado, avanzó lentamente, cautivado por la grandiosidad del lugar. Cada rincón irradia una impresionante sensación de magnificencia, con filas interminables de estantes gigantes y enjambres de nano-drones trabajando sin descanso. Con cada paso, su asombro se intensificaba, fascinado por la sinfonía de actividad tecnológica que lo rodeaba.
Sin apenas darse cuenta, Argo se encontró frente al mesón de distribución, donde varios sintéticos entregaban los suministros necesarios a los recién llegados. Aunque no había una fila de niños esperando, la eficiencia de los seis sintéticos a cargo de la inmensa bodega era impresionante. No solo atendían a los nuevos ingresados, sino que también a todo el personal y los nano-drones que trabajaban incansablemente en la academia. Era un ballet de servicio y coordinación, donde la tecnología y la eficacia se fusionaban para satisfacer cada demanda con prontitud y precisión. En el mesón, el sintético con una voz robótica femenina dice "¡Hola, Argo! Estoy aquí para ayudarte. Felicidades por tu ingreso a la academia. ¿Qué necesitas?"
Argo responde con confianza: "Hola, ARIA gracias. Vengo por mis cosas."
Después de un breve procesamiento de datos, ARIA responde con cortesía: "Por supuesto, aquí están tus pertenencias." Se inclina de manera elegante y extrae una caja de una de las gavetas del mesón. "Dentro encontrarás una nano-mochila con todas tus pertenencias. Te recomiendo que lo primero que hagas sea leer el reglamento de la academia."
Continúa explicando: "Ahora debes dirigirte nuevamente al ascensor, donde serás llevado a conocer tu recámara personal y tus compañeros de sala para los próximos cinco años. ¡Gracias!"
Argo, sorprendido, pregunta nervioso: "¿Cómo viviré con más gente en la misma habitación?"
El sintético, sin dejar de trabajar, le responde: "Sí, joven Argo, compartirás la habitación con exactamente tres compañeros más. ¡Buena suerte!" Emocionado, Argo parte corriendo, listo para comenzar esta nueva etapa de su vida en la academia, entra rápidamente al ascensor, sosteniendo la caja con sus pertenencias mientras espera que el sintético configure el destino hacia su nuevo hogar. Con un rápido movimiento, introduce las coordenadas, y en un destello de luz, Argo es teleportado a otro piso.
Cuando Argo reaparece, se encuentra con la grata sorpresa de que no solo lo espera un sintético, sino también un nano-dron que lo guiará hasta su recámara personal. Curioso, Argo pregunta a qué piso han llegado, y le informan que están en el piso dos, zona norte.
"¡Perfecto!" responde Argo con entusiasmo, mientras admira el inmenso y pulcro domo que lo rodea. Esta vez, se revela ante él un paisaje precioso: pasillos cilíndricos decorados con motivos abstractos en las paredes, iluminados por luces LED que crean una atmósfera cálida y acogedora. Por todas partes, niños y niñas con sus uniformes nuevos. Emocionados caminan con energía, explorando cada rincón del lugar.
A un lado, se alinean cientos de puertas, cada una prometiendo un espacio único y personalizado. Al otro lado, las paredes transparentes revelan los extensos jardines interiores, donde la luz natural se filtra suavemente, resaltando la exuberante vegetación y las coloridas flores donde unos cuantos nano-drones podadores revoloteaban. Los pórticos intercalados añaden un toque de elegancia, con su diseño futurista y suaves curvas que contrastan con la arquitectura angular del domo. Cada pórtico invita a explorar los rincones ocultos de este impresionante entorno. Argo se siente fascinado por la belleza y la serenidad que lo rodea, emocionado por descubrir lo que este nuevo hogar tiene reservado para él. Mientras caminan por el pasillo, de repente el nano-dron detiene su propulsión, gira elegantemente y abre automáticamente la puerta de la habitación número cinco. Con un suave zumbido, reanuda su movimiento y entra. Argo, lleno de felicidad y emoción, lo sigue de cerca, ansioso por descubrir lo que aguarda dentro. En la habitación, la luz natural se filtra desde el jardín personal a través de un gran ventanal corredera hasta la puerta de entrada, creando una atmósfera cálida y acogedora. En el espacio, se encuentran dos recámaras personales tipo camarotes, una sobre la otra en cada lado de la sala, proporcionando comodidad para un total de cuatro huéspedes. Los muros blancos reflejan la luz, ampliando visualmente el espacio, mientras que las luces LED integradas en el techo cambian su intensidad según la necesidad. En el centro de la habitación, una mesita central invita a reuniones y momentos de convivencia. Una puerta en un rincón conduce a un baño dividido en dos secciones, uno destinado a hombres y otro a mujeres, asegurando la privacidad y comodidad de los residentes. El nano-dron guiaba a Argo hacia su recámara personal, explicando detalladamente su funcionamiento a través del parlante integrado. Sin embargo, las palabras robóticas apenas resonaban en un Argo nervioso, cuya atención se desviaba hacia sus futuros compañeros, charlando animadamente en el jardín personal de la habitación. Dejando la caja en su recámara personal y con determinación Argo decide dirigirse a saludar a los niños, dejando al nano-dron para que termine las indicaciones por su cuenta. Con paso firme, se encamina hacia donde los demás están reunidos, listo para comenzar a hacer amigos y sumergirse en esta nueva aventura. De pie frente a ellos, que estaban sentados en una mesa de exterior, Argo saluda enérgicamente: "¡Hola chicos! ¡Un gusto conocerlos! Soy Argo, su nuevo compañero de habitación".
"Hola Argo, mucho gusto. Yo soy Ipki, Ipki Parci", el samurai del freestyle. responde un niño con un tono melódico, mientras limpia un cassette de música del antiguo mundo y tararea unas rimas alegremente. Toma asiento, Argo. ¿De que parte de la nación vienes? "¡Hola ipki un gusto, soy de ciudad Aeris!" exclama Argo con entusiasmo y extrañes del estilo especial de ipki. Luego, mientras toma asiento, dirige su atención hacia la otra niña, quien está muy concentrada en el reglamento de la academia. "Y tú, ¿cómo te llamas?" pregunta con amabilidad, esperando conocer también a su nueva compañera. Cuando la niña levanta la mirada, se sorprende al ver que Argo es el mismo chico que le deseó suerte en el pasillo de examinación no hace mucho. Ambos se quedan super sorprendidos y avergonzados al mismo tiempo, creando un momento incómodo. Argo, con el rostro completamente sonrojado, trata de mantener la compostura y verse elegante, pero al intentar adoptar una pose gallarda, pierde el equilibrio y de espaldas cae de la silla estrepitosamente frente a la niña, quien comienza a reír tímidamente ante la situación.
Ipki, envuelto en carcajadas, rimaba lo acontecido al ritmo del hip hop que percutian sus dedos contra la mesa.
"Arriba, galán, no pasa nada," agrega Ipki con una sonrisa tranquilizadora a Argo, quien intentaba reincorporarse a la mesa con dignidad, sin atreverse a mirar a su nueva compañera por el momento. "Soy Erika," dice de pronto, con una voz suave. "Un gusto, Argo," añade tímidamente, corriéndose el rubio cabello que desprendía un delicado aroma a manzanilla. Argo, embelesado, comprobó lo hermosa que era, ya que la había visto de pasada anteriormente. Calcula que probablemente era un año mayor que él.
"Erika viene de Aeris, igual que tú, Argo," interviene Ipki con una sonrisa, acudiendo al rescate de un Argo claramente perdido en sus pensamientos. "¡Qué genial!" responde Argo, asintiendo con la cabeza y comprendiendo el oportuno rescate de Ipki. A pesar de los pocos minutos de interacción, Ipki ya era considerado un amigo por Argo; su intervención había sido más que meritoria para él. "¡Qué genial!", se repite a sí mismo, reprochándose por no haber dicho algo más interesante. Algo en Erika bloqueaba su naturaleza, normalmente tan expresiva y auténtica. Erika retoma su lectura, aunque sigue atenta a la conversación. Ipki pregunta a Argo sobre su edad, y resulta que tienen la misma. Sin embargo, Ipki revela que ya cumplió recientemente 15 años y les comentaba cómo había sido su llegada, el viaje vivido en el teleférico y las exigentes preguntas de la entrevista. Argo también comparte sus experiencias en la entrevista y el teleférico, destacando la diferencia en el paisaje entre el sector sur, de donde provenía Ipki hacia el domo, y el sector norte, por donde él había llegado. Lo curioso fue la reacción de Erika al escuchar a Argo mencionar su breve entrevista, notando las similitudes con la suya. Aliviada pero con muchas dudas aún sobre su breve entrevista, Erika no comprende del todo por qué el examinador apenas la miró detenidamente y luego timbró su expediente con la aprobación. Sin embargo, al escuchar a Argo mencionar que no cualquiera podía ver al cuervo, comienza a vislumbrar una posible conexión, ahora todo parece cobrar un nuevo significado: ambos pasaron la entrevista porque tenían la habilidad de ver al misterioso ave. "Pero ¿cómo es posible que un cuervo sea visible solo para algunos?" se preguntaba Ipki, mientras se rascaba las apretadas trenzas. "Y ¿cómo lograron justo ustedes, de entre cientos de niños y niñas, ser los únicos que pudieron ver al cuervo?" "Así parece, yo tampoco lo tengo claro" dice Argo, entre orgulloso y afortunado y agréga "los únicos dos del día. Puede que otros antes o después lo vean también. No creo que sea tan único creo yo". Concluía Argo restándole importancia. Mientras, miraba a sus nuevos amigos con anhelo de conocerlos más y notaba lo bien que lucían con el uniforme de la academia, Argo siente una emoción palpable en el aire. "Iré a ducharme," dice de pronto. "Necesito probarme mi uniforme, no puedo esperar más de la emoción." Erika mira de reojo a Argo con una sonrisa tímida, mientras Ipki asiente con entusiasmo. "¡Sí, dale hermano!" exclama, mientras ubica el cassette en su viejo personal estéreo del antiguo mundo y reflexionaba sobre el cuervo. Mientras el agua tibia de la ducha caía sobre su cuerpo, Argo reflexionaba con seriedad sobre cómo había logrado ver al cuervo. Reconocía que no poseía habilidades especiales, y su mente estaba plagada de incertidumbres. No había preguntado en el momento, dominado por los nervios y el deseo de ver su expediente aprobado. Decidió abordar el tema con Erika, confiando en que ella podría ofrecer alguna explicación.
Al poner un pie fuera de la ducha, esta se apagó automáticamente, sumiendo el ambiente en silencio. Con cuidado, Argo abrió la caja que había traído de su recámara personal y extrajo la ropa nueva. Los aromas frescos y limpios llenaron su alma de emoción e inspiración. Frente al gran espejo, se maravilló con el fantástico atuendo de la academia y cómo le quedaba, a su parecer a la perfección, sintiéndose preparado para lo que el futuro tenía reservado. Argo sale del baño con la caja en sus manos y cruza la habitación hacia su recámara personal, dejándola cuidadosamente en la cama antes de sacar el reglamento de la academia mientras se dirigía hacia sus nuevos amigos. A mitad de trayecto, recuerda que uno de los sintéticos mencionó que eran cuatro alumnos por habitación, lo que significa que aún falta un integrante por conocer. Dirigiéndose a Ipki, Argo pregunta si sabe algo al respecto. Ipki responde que lleva solo dos días en la habitación, y ellos son los segundos en llegar. "Entiendo," asiente Argo, aprovechando para preguntarle a Erika si sabe por qué ellos pudieron ver al cuervo. Ella responde que también desconoce la razón y sugiere que podrían preguntarle al propio líder, Jackson. Al ritmo de la música, Ipki asiente al escuchar la mención del líder Jackson. "El hombre humo, con su impresionante estampa que da cierto temor", interviene: Mientras escuchaba música, "es impresionante su estampa da como miedo. Aparte de que no habla, uuuh da escalofríos de cerca, yo lo saludé en la mañana en los pasillos, justo lo vi y corrí a saludarlo. Aunque no me devolvió el saludo y tampoco ví un cuervo con él pero sabía que era él; una vez lo vi en mi barrio. Seguramente en alguna misión secreta, mis amigos mayores lo identificaron, traje de la A.A. dreadlocks con estilo, cigarro humeante, si, sin duda era él". y de pronto recordando su triste realidad y con el puño apretado agréga "Mi barrio es pólvora pura, amigo. Un rostro desconocido es una presa para los zombies esos, ellos viven para la 'RockOn', son capaces de todo por una dosis inclusive entre ellos se traicionan, mueren lentamente por la inanición o por alguna riña callejera, es una pena". finalmente dice "Yo toda mi vida e andado en la calle buscando algunas residiums para ayudar en la casa y sobretodo conocimiento sobre el hip hop y la música del antiguo mundo, desde un sueño que tuve cuando era muy pequeño y siempre esquivé los vicios y malos hábitos. Gracias a Dios pude salir de la "colmena", aunque mi madre sigue ahi, pronto podré sacarla de ese basurero". "Lamento oír eso," interviene Argo, rompiendo el silencio. "Pero es verdad, no pronunció palabra alguna conmigo tampoco", agrega, tratando de cambiar el ambiente. "Debe ser mudo de nacimiento, o tal vez en alguna misión ultra peligrosa le cortaron la lengua", especula, mientras Ipki deja volar su imaginación con la idea. Mientras tanto, Erika va terminando de revisar el reglamento, concentrada en la lectura. "A todo esto," dice Argo, cambiando el tema, "¿quién te entrevistó a ti, Ipki?" Ipki lo mira con emoción y responde, infundiendo epicidad al momento. "El gran líder de los Ejecutores, el temible Viktor 'Cobra' Petrov", dice con solemnidad. "Debe ser, creo yo, la persona más fuerte después del General Alexander. Lleva una chaqueta larga de la doble A, un sombrero de militar, botas con punta de fierro con una serpiente cobra en la punta. Es alto, musculoso y su mirada da miedo, hermano, te lo juro. Yo estaba derritiéndome del susto, bro."
Argo, imaginando el aspecto temible de Viktor, dijo: Al parecer, todos los líderes son verdaderos monstruos en cuanto a poder. ¿Existirán enemigos capaces de hacerles frente?
Ipki interrumpió: Tengo entendido que existen criaturas mutadas clasificadas por nivel de amenaza. Sin embargo, sé que aún no se han descubierto todas. La verdad, no sé si alguien ha podido siquiera acercarse al vórtice de radiación, al núcleo de la tormenta gigante. Tú sabes a lo que me refiero, hermano.
Argo seriamente respondió:
Es verdad ipki ahora que lo pienso deben existir criaturas mucho peores ahí, peores que las que nos atacaron a mi y a mi amigo una vez. Estábamos en la cancha del puerto, Alex nos enseñaba y de pronto aparecieron volando unas criaturas grotescas, como zancudos gigantes, cada uno de mi tamaño, envueltos en radiación y extremadamente agresivos. Succionaban la sangre de una persona en segundos. Un enjambre de zancudos gigantes se unían como una gran sombra, dejando los cuerpos sin vida, reducidos a pellejo y ropa. Fueron imágenes muy dolorosas. Perdí la conciencia cuando me vi rodeado por el enjambre, viendo por última imagen a Alex corriendo hacia mí para rescatarme. Después desperté en el hospital, ileso. Alex dijo que fue un milagro. Él tampoco recordaba con exactitud, pero una luz lo cegó y fulminó al enjambre en un abrir y cerrar de ojos. Dice que fue un ángel o tal vez el general Alexander intervino magistralmente. Lo importante es que sobrevivimos al terrible ataque sorpresivo. Recuerdo claramente los nano-drones en modo agresivo, con sus caritas enojadas reflejadas en sus pantallas, disparando a los zancudos. Pero eran demasiados, era todo tan caótico maldición, no pude hacer nada yo solo tenía 6 años...¿que podía hacer?..yo..intenté correr pero me temblaban las piernas, me bloqueé por completo.
Luego añadió con convicción y pasión:
Por eso también debo volverme fuerte. Quiero tener la fuerza necesaria para erradicar de este mundo a todas esas malditas monstruosidades. Mientras hablaba, miraba su impresionante nano-mochila y, de reojo, repasaba el reglamento.
Erika se emocionaba al ver la convicción en la forma de expresarse y mirada decidida de su nuevo compañero, aunque no lo demostraba. Siempre mantenía una actitud seria. Al parecer, ya había leído el reglamento completo y escuchaba con atención la conversación.
"Erika, ¿quieres contarnos de dónde vienes tú?" preguntó Argo, notando que parecía más accesible. Ella respondió negando con la cabeza.
"Está bien, no hay problema" respondió Argo, algo avergonzado.
Erika lo interrumpió diciendo:
"No me gusta hablar de mí" mientras se levantaba y se dirigía a su recámara personal.
"Todas las bonitas son raras, hermano" dijo Ipki en tono bajo y jocoso, mientras aumentaba el volumen de su estéreo personal y se desconectaba de la conversación.
Argo reía cuando derepente exclama con entusiasmo "Ya sé Exploremos los alrededores".
Al llegar a su recámara, Erika se dio media vuelta con un gesto decidido y dijo: "Sí, vamos".
Ipki se sumó con entusiasmo: "¡Excelente idea, hermano! Podemos explorar juntos. Aunque aún no conozco todo, en dos días he tenido la oportunidad de descubrir algunas partes."
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Agente ARGO (Versión Original)
Science FictionEn un mundo arrasado por la guerra, Argo se entrena para convertirse en un agente de élite, la última línea de defensa de la humanidad. Con el futuro de su gente en juego y sombras acechando en cada esquina, deberá superar pruebas letales y enemigos...