Cap.10 Pt.02

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Propo comenzó su entrenamiento especial para Erika con meticulosidad y precisión.
"Niñita, ponte las zapatillas de lucha", ordenó, señalando hacia el kit básico de MMA. "Está todo sellado al vacío, por eso no se aprecian. ¡Ahí están!", apuntó con una de sus alas. "Sácalas y verás cómo vuelven a su tamaño original".
Con confianza, Erika obedeció mientras Propo se alejaba volando. "No te preocupes, son inteligentes", gritó antes de desaparecer. "Vengo inmediatamente. Espera, niñita..."
Mientras volaba a gran velocidad fuera del jardín japonés, Erika continuó sin preocuparse, colocándose las bonitas zapatillas. Eran unas zapatillas de lucha olímpica modernas, diseñadas con una combinación de materiales innovadores y elegantes. Su exterior negro presentaba un patrón intrincado de líneas amarillas aerodinámicas, resaltando su diseño contemporáneo y profesional. La suela también de color amarillo, equipada con tecnología de amortiguación de última generación, proporcionaba un agarre óptimo en cualquier superficie, mientras que el sistema de ajuste automático se adaptaba perfectamente al pie de Erika, brindándole comodidad y sujeción.
Con entusiasmo palpable, Erika se deleitaba probando sus nuevas zapatillas, disfrutando de la suavidad y ligereza de cada paso mientras brincaba por el suelo del jardín con gracia y determinación. Cada salto era una exhibición de la firmeza con la que se aferraban al suelo, otorgándole una sensación de seguridad y estabilidad incomparables.
Mientras tanto, emergiendo entre los serenos árboles de cerezo, se avistaba a Propo, regresando con esfuerzo por el pintoresco sendero del jardín. Arrastraba consigo dos neumáticos de camión, levantando una nube de polvo a su paso, uno agarrado por cada pata. Su regreso era un espectáculo imponente de fuerza y tenacidad, cada aleteo de sus alas testimonio de su formidable potencia de agarre y su innegable habilidad para surcar los cielos con gracia y determinación.
Propo ubicó los dos enormes neumáticos uno encima del otro, creando una plataforma improvisada. "Craaak, niñita, sube a los neumáticos y párate ahí", ordenó.
"Sí, maestro Propo", respondió Erika, trepando con agilidad y determinación.
"Craaak, flexiona las rodillas y equilibra tu peso. Usa tu centro de gravedad", continuó Propo, sobrevolando alrededor de Erika con mirada crítica. "Ubícate más hacia la orilla del neumático, niña. Eso, al borde", añadió, observando cada movimiento con atención.
"Craaak, ahora vas a dejarte caer y, en el momento de aterrizar, utilizarás ese impulso para girar sobre ti y levantarte rápidamente, como una vuelta de carnero. ¿Entendido, niñita?" Propo explicó con precisión, su voz resonando con autoridad.
"Sí, maestro", respondió Erika, concentrada y decidida a mantener un equilibrio estable. Sus ojos reflejaban la determinación de no fallar, mientras se preparaba para ejecutar la maniobra bajo la atenta mirada de Propo.
"Escúchame bien, craaak," comenzó Propo con firmeza. "Este ejercicio será parte de tu rutina diaria, y cada vez aumentaremos la cantidad de neumáticos. Será tu principal ejercicio, una y otra vez. ¿Entendido?" "Sí, maestro Propo," respondió Erika con determinación.
"Ahora comienza, craaak," ordenó Propo.
Erika se dejó caer y, con sorprendente habilidad y gracia, realizó el ejercicio perfectamente en su primer intento. Asombrada por su propio desempeño, exclamó: "¡A la primera!"
Propo, sin detenerse, siguió revoloteando alrededor de Erika. "Vamos, ahora de un salto. Debes llegar arriba, craaak. Posiciónate cerca y adopta la postura de lucha olímpica, como estabas recién. Eso, muy bien, a eso me refería," dijo Propo, luchando por explicar la postura correcta. Erika, siempre vivaz, adoptó la postura adecuada con sus rodillas flexionadas y su centro de gravedad amplio y firme.
"Exacto, craaak," dijo Propo, satisfecho. "Muy bien. Esa será tu postura de combate hasta el día del evento. ¿Entendido?"
"¡Sí, maestro!" gritó Erika con entusiasmo.
"¡Ahora salta! Craaak," motivó Propo con entusiasmo.
Erika se preparó y luego se impulsó, llegando fácilmente a la cima de los neumáticos.
"Craaak, ahora gírate y tírate inmediatamente y con técnica. ¡Y luego. Repite todo! Craaak, dale, dale, vamos ahora, craaak," continuó Propo, animándola.
Erika, sin perder un segundo, se mentalizó en su rutina y se lanzó de nuevo, repitiendo la actividad veinte veces sin parar. Mientras tanto, Propo revoloteaba a su alrededor, ofreciendo indicaciones y asegurándose de que cada repetición fuera perfecta...

Agente ARGO    (Versión Original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora