La lluvia caía torrencialmente en la madrugada, haciendo que la noche se volviera cada vez más fría y peligrosa. Algunas farolas halógenas funcionaban intermitentemente en los tenebrosos callejones más recónditos de la ciudad. Alex corría desesperado, buscando a su amada entre los oscuros y sucios callejones, donde vagabundos hurgaban en los basureros y ratas carroñeras se movían en manadas. Sabía que no podía estar lejos; sentía que estaba cerca y que necesitaba ayuda urgente. Sus latidos se aceleraban, llevándolo casi al borde del infarto. Canela nunca llegaba después que él al apartamento. Preguntó en los alrededores donde solían encontrarse, pero nadie tenía información. Todo indicaba que algo había intervenido en su trayecto desde la chatarrería hasta el apartamento. Nano-drones realizaban una búsqueda meticulosa, escaneando todo a su paso con precisión. Estaban perfectamente informados sobre a quién buscaban. El joven les había proporcionado todos los datos necesarios para que pudieran localizar a Canela en la base de datos y proceder a encontrarla sin demora. Mientras tanto, Alex corría desesperadamente y angustiado bajo las luces de neón y halógenas, cuyos reflejos se dibujaban en las baldosas de cemento, mientras la lluvia arreciaba. A lo lejos, al doblar en otro pequeño callejón oscuro y silencioso, identificó primeramente el sonido de sirenas, luego la luz roja de uno de los nano-drones en modo ofensivo, indicando que había encontrado algo.
El escaneo revelaba que era, efectivamente ella, y seguía con vida, aunque apenas reconocible en su rostro desfigurado. Su dentadura estaba prácticamente destruida y sus ojos apenas eran visibles entre la hinchazón y los múltiples ematomas. Con puñaladas no profundas, pero muchas y quemaduras superficiales, todas repartidas por su cuerpo.Multiples huesos y costillas rotas, su ropa rasgada apenas cubría su agonía, mientras luchaba por respirar a duras penas por la sangre coagulandose en sus desfiguradas fosas nasales y resistir el dolor de cada exhalación. Sus manos presionaban desesperadamente su vientre, cómo si intentara contener el dolor y desgarrar el poco de tela que le quedaba puesta. El desgarrador llanto de Canela conmovía cada célula de Alex, quien corría desesperado para cobijarla. Ambos se abrazaban fuertemente, tendidos en el suelo bajo la torrencial lluvia. Con voz calmada y respiración entre cortada, Alex repetía: "Aquí estoy, mi amor, tranquila." Sin fuerzas para hablar, ella solo emitía gemidos de agradecimiento y llanto desesperado al percatarse de que era Alex. Abrazándose mutuamente con fuerza bajo la torrencial lluvia, más luces y sirenas se acercaban al lugar. Detrás, una nano-máquina en modo de urgencia y emitiendo destellos intermitentes blancos, abrió sus compuertas traseras, preparada para recibir a la paciente. Simultáneamente, desplegó una plataforma para facilitar su ingreso. Alex tomó la decisión de levantar a su mujer y transportarla entre sus brazos, ingresando juntos a la nano-máquina con destino al hospital. Mientras tanto, un nano-dron se mantuvo con ellos, proporcionando monitoreo y primeros auxilios a Canela. Dentro de la nano-máquina, el nano-dron en modo urgencia mostraba en su pantalla central una carita enferma con un termómetro en la boca, todo en neón color blanco y desplegaba una manguera de oxígeno con una mascarilla en el extremo, mientras otras mangueras se acoplaron al cuerpo agonizante de Canela, realizando exámenes y suministrando medicamentos y desinfectantes básicos según fuera necesario.
La nano-máquina, también funcionaba como una ambulancia, con sus sirenas a todo volumen, se desplazaba por los aires a media altura con destreza y velocidad, entre un mar de luces neón que parpadeaban en los edificios circundantes. El vapor se elevaba desde las calles mojadas, mientras el sonido de las bocinas y los altavoces llenaban el aire. La lluvia torrencial golpeaba el exterior de la nano-máquina, creando un ambiente de urgencia y tensión mientras avanzaba entre los enjambres de nano-drones, los cuales se abrían paso para permitir su avance. Durante el crucial trayecto, Alex mantuvo un silencio reflexivo; consciente de la gravedad de la situación, prefirió evitar añadir más angustia a Canela en ese momento, reservando cualquier conversación para más adelante. Mientras la máquina avanzaba hacia el hospital, Alex luchaba internamente por asimilar el impactante suceso. ¿Cómo podía alguien cometer semejante atrocidad contra su mujer? Sentimientos de rabia e impotencia lo invadían, pero se mantuvo sereno por el bienestar de Canela. Con diligencia, la nano-máquina llegó al hospital y se dirigió directamente a la entrada del segundo piso de urgencias, donde el personal médico recibió exitosamente a Canela. Alex permaneció allí durante todo el tiempo necesario, dispuesto a esperar la recuperación de Canela y a hablar con los médicos para obtener información detallada sobre su estado y el tratamiento necesario.
De repente, un agente sintético se presentó para tomar declaración de los eventos a Alex, garantizando que cada detalle quedará debidamente registrado en la base de datos global ARIA. Tras un procesamiento de datos increíblemente rápido y efectivo, el sintético actuó con urgencia tras tomar la declaración, ya que los datos revelaron de inmediato que se trataba de un familiar directo de un alumno de la academia. Según el protocolo establecido, estos casos adquieren prioridad, lo que garantiza una respuesta diligente y efectiva. La noticia se propagó velozmente entre los cuarteles de los ejecutores, donde las conversaciones giraban en torno a un ICCR directo, lo que indicaba una urgencia inminente. Las especulaciones sobre quién sería designado para la misión estaban en pleno apogeo.
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Agente ARGO (Versión Original)
Science FictionEn un mundo arrasado por la guerra, Argo se entrena para convertirse en un agente de élite, la última línea de defensa de la humanidad. Con el futuro de su gente en juego y sombras acechando en cada esquina, deberá superar pruebas letales y enemigos...