EL INFORME REAL
El Salón de los Generales, básicamente era un espacio de varios niveles, que contaba con una oficina que administraba el lugar, una biblioteca de tipo militar, una mesa que podía cambiarse de tamaño y forma según la cantidad de asistentes. Algunas pequeñas salas o cubículos individuales hacia los lados del gran salón con mesas y asientos para sesionar de manera informal. En esta oportunidad había como veinte asistentes y la mesa se extendió en un círculo con todos sentados al rededor.
En el salón ya estaban los ministros y asesores reales reunidos. En cuenta estaban Feng Xing y Mu Qing, que, sin importar los presentes, el lugar y la situación, siempre estaban discutiendo. Desde que habían sido elegidos, como parte de la guardia personal del príncipe, esa animadversión de uno por el otro se puso de manifiesto. Era una simple competencia territorial, peleando por estar cada uno más cerca de su alteza real.
En el caso de Mu Qing tener más protagonismo, hacerse notar, que vieran su valía destacar en una sola palabra. Mientras que por parte de Feng Xing su intención era puramente proteger al Príncipe. Su devoción y lealtad por la pequeña alteza nació desde el mismo instante en que Xie Lian vino al mundo.
Sin embargo, Mu Qing, sentía recelo de todo alrededor de Xie Lian. Su obsesión muchas veces pareció algo enfermiza. Hasta el grado de provocar que Feng Xing quisiera golpearlo. Feng Xing era el mayor, tenía un rango más alto y era el líder de la guardia del Príncipe. Siempre por debajo de la guardia del emperador que era comandada por el Magnifico General Pei Ming.
El emperador entró seguido de Xie Lian, y Mu Qing de inmediato corrió a colocarse a su lado. Feng Xing no se movió de donde estaba, pero en un momento le hizo señas a su compañero, amenazándolo que lo iba golpear al salir. Todos los presentes, testigos de este mudo enfrentamiento, no podían más que sonreír disimuladamente.
Xie Lian quedó a la derecha del emperador y a la izquierda el General Pei Ming. Feng Xing caminó, se acercó al Príncipe, sentándose hacia su derecha, le seguía Mu Qing. Este último no estuvo de acuerdo, pero era su posición, el segundo en el orden en el palacio del Príncipe Heredero. No tenía opción ni motivo para reclamar. Solo hizo pucheros, poniendo los ojos en blanco, más de diez veces, como protesta silenciosa que nadie contestó.
Lo que se iba a tratar era un asunto serio. El informe del viaje realizado por Xie Lian alrededor del reino. Específicamente en el último año de viaje. El Emperador inició la reunión diciendo
- Señores iniciamos esta reunión y por esta vez saltaremos los protocolos de saludo para ahorrar tiempo. El motivo, todos ya la conocen. Conocer las condiciones generales del reino según el informe que nos trae su alteza, el Príncipe, en conjunto con sus asesores acompañantes. Específicamente el último año de viaje. Para luego establecer un plan de contingencia de emergencia, por un posible ataque al reino. No hay que decir que los escribanos están listos y tomando nota. Aclarado esto cedo la palabra a Su Alteza Real El Príncipe Xie Lian. - Dejando a su hijo a cargo tomó asiento.
Xie Lian, estaba aún impactado por las noticias que acababa de recibir. Su estado anímico no se traslucía a través de la máscara, pero se hizo evidente en el tono de su voz tembloroso y apagado.
- Su alteza Imperial, señores ministros y demás asistentes oficiales, me limitaré a esclarecer el incidente ocurrido hace un año en la Bahía Yong Hann, como punto de partida para establecer nuestra posición actual. Ya que precisamente es de un año a la fecha que debemos presentar el informe. – dijo con voz algo quebrada.
Feng Xing y Mu Qing, que siempre estaban al tanto de las rutinas del Príncipe, por medio de la guardia de seguridad que les informaba todo, se hicieron miradas, al notar que algo no andaba bien.
ESTÁS LEYENDO
UNA ESPOSA PARA EL PRÍNCIPE
RomanceÉrase una vez, en un vasto imperio, nació el Príncipe Xie Lian, tan amado por los dioses que, fue dotado con una gran belleza, múltiples dones y un corazón bondadoso. A sus trece años es enviado, como emisario de paz, a un viaje por todo el imperio...