№55 ¡¡¡EL UNIVERSO ME ODIA!!!

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Pasó una hora.

El área alrededor del lago había sido reducida a una tierra estéril.

Los cadáveres de los Osos Pardos Resplandecientes estaban por doquier.

La mayoría habían sido reducidos a nada, pero algunos todavía tenían sus pelajes razonablemente intactos.

En este momento, estábamos despellejando a tantos de ellos como podíamos.

Teníamos que llevar de regreso las colas de los Osos Pardos Resplandecientes para probar que habíamos completado el trabajo, y sus pieles para venderlas.

Naturalmente, su pelaje alcanzaba un muy buen precio.

Era una práctica común dentro de los aventureros llevarse consigo tanto como les fuera posible.

Nos habíamos dividido en grupos de dos para encargarnos de la parte desagradable.

Yo había terminado junto a Timothy.

Él había estado en silencio por un buen rato.

Tenía la sensación de que él no estaba seguro de qué decirme.

Aunque no era solo Timothy, todos los demás estaban en silencio.

Aun así, no era la peor clase de silencio en el mundo.

No sentía la necesidad de romperlo.

Después de la demostración de poder estúpidamente cliché que hice todos parecen mirarme con otros ojos.

Unos ojos que no se si me gustan.

Sobre todo Sara, que parece querer evitar que nuestras miradas se crucen bajo cualquier concepto.

Para la hora en que habíamos despellejado a los Osos Pardos, recolectado sus colas y pieles, comenzado a quemar sus cuerpos una pila, el cielo estaba comenzando a
iluminarse.

El aire se llenó del aroma a carne quemada.

Era un aroma que había terminado asociando al final de un trabajo de cacería exitoso.

Mientras observaba el fuego, Suzanne vino a pararse a mi lado.

“Supongo que te debemos una, ¿eh? Si no fuera por ti, todos estaríamos muertos, tenía la sensación de que había más en ti de lo que podían ver mis ojos, pero de seguro no esperaba una actuación como esa”

“Si, si así es ¡Ahora alabenme como a un dios! Nah, mentira, me sentiría algo avergonzado si de verdad lo hicieran, solo digamos que era mi trabajo”

“C-claro, tienes razon”

“Por cierto ¿Cómo está tu mano? Es la primera vez que regenero una extremidad de ese tamaño, antes había regenerado mi propio dedo pero nada así y de ese tamaño” le dije.

“Esta bien gracias a ti”

Suzanne se rascó su mejilla con una mirada de incomodidad en su rostro.

“… Cuando quieras, niño. ¿Estás listo para regresar?”

“Si claro”

No me molesta que me digan niño, eso soy después de todo.

Suzanne me miró a la cara, sonrió, y después se dio la vuelta para caminar de regreso hacia nuestra pila de pieles.

El próximo paso era hacer nuestro regreso triunfal a Rosenburg, cargando tantas de ellas como pudiéramos.

Los monstruos habían sido eliminados, pero eso no significaba que nuestro trabajo había terminado.

No terminaba hasta que llevabas de vuelta la prueba y vendías tu botín.

Mushoku, kono subarashī sekai ni tensei shimashitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora