17. El laberinto de los sentimientos.

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Amelia

La primavera se estaba sintiendo, la humedad que había junto al calor era insoportable, sumándole estar encerrada en una cabaña.

Estaba sentada en las escaleras de la entrada de la cabaña, un lugar que nunca había apreciado hasta ahora. La madera rugosa bajo mi espalda y el techo inclinado sobre mi parecían tener una belleza sencilla que nunca antes había notado.

Después de que Noah anunciará que de ahora en adelante el estaría al mando tal y como el lo había predecido los demás se enojaron, pero no es como si a él le importara, de igual manera el era quien mandaba ahora.

No sé cómo, pero se reconciliaron y ahora por idea de Sidney todos estábamos afuera jugando con globos de agua a causa del calor.

Era sencillo, Sidney, Melanie, Frank y Thiago eran un equipo, y el otro equipo consistía de Sarah, Lauren, James, Liam y  Noah.

Solo tenían que aventarse globos de agua unos a los otros y si te caía un globo de agua, perdías, así hasta que un equipo se quedará sin jugadores el otro conseguiría la victoria.

Me mantuve alejada del bullicio, sin ánimos para unirme a la diversión. Sarah se acercó a mí, su sonrisa radiante en contraste con mi estado de ánimo.

—¿No te vas a unir al juego? —preguntó, su voz llena de entusiasmo.—Negué con la cabeza, sin necesidad de explicar.—¿Por qué no? —insistió Sarah—. Estamos pasando un rato increíble.

—Tengo una cita con Noah más tarde —expliqué, ajustando mi cabello—. No quiero arruinar mi cabello mojándolo.

—Ah, entiendo —dijo Sarah, asintiendo. Se dió media vuelta para irse dejando de insistir.

Mi mirada estaba fija en Noah, no paraba de reírse, se estaba divirtiendo. El sonido de su risa me hacía estar en paz, al verlo ser feliz mi mundo se detenía para apreciarlo.

Inconscientemente una sonrisa se plantó en mi rostro, estaba tan concentrada viendolo que ni siquiera me di cuenta cuando Lauren llegó y se sentó a mi lado.

—¿Lo amas?— su pregunta me saco de mis pensamientos dejándome sorprendida sin saber que contestar, mi mente estaba en blanco sin poder formular una respuesta.

—No se que contestar—respondí confundida.

Era la verdad, no sabía la respuesta a su pregunta. El simple hecho de pensar en querer a Noah me aterraba, porque sabía que estaba mal, que quererlo no era correcto. Todo esto había empezado por un plan para ser libre en el que me prometí no dejar que surgieran sentimientos y ahora me asustaba sentir algo por el,  se supone que es una mala personay yo no tenía que amar a una mala persona.

—No, no lo haces, o por lo menos no lo suficiente— respondió con seriedad por mi—. Se lo que pasa por tu cabeza Amelia.

Lauren siempre había sido la persona a la que le contaba hasta lo que hacia mal, pero ahora ella estaba con Frank, y conocía como se comportaba en una relación, sabía que era capaz de contarle todo lo que habláramos y lo último que quería era eso..

—Tu ya no sabes Lauren— repliqué con frialdad tratando de ocultar la verdad.

—El hecho de que ya no seamos tan cercanas no quiere decir que me haya olvidado de tu manera de comportarte—aseguro, mirándome fijamente.

—Como lo acabas de decir, nos alejamos y esa decisión la tomaste tu—le recordé, mi voz ligeramente temblorosa—. En ese tiempo han pasado circunstancias que han cambiado mi perspectiva de varias cosas. No tienes derecho a venir y decir que me conoces, porque si lo hicieras hubieras sabido que pedirme alejarme de ti me mataría y aún así lo hiciste

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