Ágape: concepto griego que expresa la forma más pura del amor. Es un amor que tiene como prioridad el bienestar de los demás, es decir, supone aceptar al otro indistintamente de sus imperfecciones.
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Elara Ortiz no...
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Los días siguientes a la lesión de Pablo fueron subrrealistas y un completo agobio.
Me había pasado la semana faltando varios días a la universidad e intentando consolarlo en sus momentos de bajón. Había días que se rompía en varios cachitos llorando desconsoladamente porque su temporada había terminado y otros en los que me sorprendía por lo fuerte que era. Esta última semana había estado llena de altibajos para los dos pero lo íbamos llevando de la mejor manera posible. Por lo menos conmigo estaba bien, pero eso no quitaba sus cambios de humor de vez en cuando y su frustración desmesurada al no poder hacer ciertas cosas que antes si podía. Había estado casi toda la semana en su casa con él, necesitaba apoyo y distraerse lo máximo posible así que no dude en estar todo el tiempo que pudiese a su lado intentando darle cariño y que no se comiese la cabeza más.
Hoy martes veintiocho de noviembre lo operaban porfin y todos no podíamos estar más nerviosos pero intentando mantener la calma por él.
Salgo de la universidad cerca de las once y pico. Hoy he tenido que venir a la primera clase si o si ya que tenía que hablar con unos compañeros sobre un trabajo grupal que tenemos que entregar la próxima semana. Me voy a saltar la segunda hora pero ahora mismo me da igual, operan a Pablo cerca de la hora de comer y no pienso perdérmelo. Además de que he quedado con Belén para ir con ella al hospital ya que mi suegro se ha tenido que ir unos días a Sevilla por trabajo.
Me meto en el coche y conduzco hasta la casa de mi novio, no sin antes pasar por el Starbucks para pillarme algo dulce de comer y un frappuccino ya que no he desayunado esta mañana. Me lo bebo mientras conduzco y al llegar a casa de los Páez Gavira aparco mi coche dentro tras haber llamado al portalón y que Auro me abra.
—Hola hola...—saludo entrando por la puerta mientras le doy un beso en la mejilla a mi cuñada que me está esperando en la puerta. —¿Qué tal todo por aquí?
—Hola amore, pensaba que ibas a llegar a las doce y pico, que me lo dijo así Pablo.—me dice Auro mientras me da dos besos y mira la bolsa del Starbucks. —¿Qué cosas ricas traes ahí, cuñadita?—me pregunta con sonrisa gatuna.
—Son para tu hermano, a ver si se anima.—le digo guiñándole un ojo mientras vamos hacia la cocina. —Y he ido solo a primera hora, por eso he salido antes.
—¿Como que solo has ido a una hora?—escucho la voz de mi querido novio desde la cocina.
Me asomo entrando en la cocina acompañada de Auro y lo puedo ver sentado en una silla con la pierna derecha estirada. Belén está en la otra parte de la cocina metiendo los platos del desayuno en el lavavajillas.
