Ágape: concepto griego que expresa la forma más pura del amor. Es un amor que tiene como prioridad el bienestar de los demás, es decir, supone aceptar al otro indistintamente de sus imperfecciones.
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Elara Ortiz no...
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El pitido final del árbitro se escucha en la televisión mientras los jugadores se saludan entre sí con la victoria del Barça por dos goles a nuestro favor por parte de Kounde y Lewandoski. Aunque la victoria es lo que menos me importa en estos momentos al ver a mi chico metiendose en el vestuario mientras porta la camiseta azul claro y se puede ver la herida a simple vista que tiene en la oreja derecha.
Cojo mi móvil y abro su conversación para poder hablar con él mandándole un mensaje conciso. "Estoy preocupada amor, llámame cuando puedas porfa"
—Joder, no me responde...—digo nerviosa mientras me levanto del sofá.
—Seguro que está bien Eli, ha sido atendido y ha querido volver a entrar.—me dice mi hermano para tranquilizarme. —Ahora estará yendo para el vestuario, no te agobies.
—Víctor, le han reventado la oreja, no me jodas.—le respondo seria.
Como habéis oído. A Pablo le han reventado la oreja en medio del partido en un choque con Rubén García. Cuando se ha tirado al suelo y he visto la sangre me he puesto súper nerviosa. Las asistencias médicas han entrado y le han tenido que poner grapas. Pensaba que iba a salir pero el muy cabezón ha querido volver a entrar y ha terminado el partido como el guerrero que es. Sé que seguramente esté bien pero no puedo evitar preocuparme al saber que tiene grapas en la oreja.
Ando por el salón entrando a whas de nuevo y puedo ver cómo los mensajes que le he mandado hace un rato se ponen en azul avisando que los está leyendo ya que está en línea. A los pocos minutos ya veo cómo me entra una llamada de él.
—Hola amor.—me saluda con ese acento andaluz que me vuelve loca.
—¿Como estás?—le pregunto preocupada. —Me has dado un susto de muerte, Pablo.
—Tranquila que estoy bien, me han puesto tres grapas y ya está.—me dice como si nada haciendo que suspire. —Ahora cuando lleguemos a Barcelona tengo que pasar por el hospital para que me hagan las curas.
—Madre mía...Bueno pues te voy a buscar y vamos juntos.
—Voy a llegar súper tarde, nena...—me avisa. —Se que te dije de dormir juntos hoy pero seguramente llegue sobre las dos y no quiero que me esperes despierta.
—Como si llegas a las cuatro, te voy a ir a buscar Pablo.—le digo segura haciendo que él suelte una risa. —Y nos pasamos por el médico antes de ir para casa, que solo quiero que estés bien.
