Capítulo 26

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elara ortiz:

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Veinticuatro de diciembre. Nochebuena. Para la mayoría de la población un día reconocido como mundialmente feliz, donde pasas la noche con tu familia cenando comida realmente exquisita.

Yo por otra parte me encuentro más que agobiada ya que llevo toda la tarde chapando los primeros exámenes que tengo en enero y me he dado cuenta de que en media hora mi hermano y yo tenemos que estar arreglados en casa de mi padre para cenar. El tiempo se me ha pasado volando mientras me encerraba en los apuntes de Derecho Penal y no me he dado cuenta de la hora que era hasta que mi hermano se ha pasado por lo habitación hace quince minutos para echarme la bronca porque aún estaba en pijama y mi estado era devastador.

—¡Eli, ¿como vas?!—me pregunta Víctor desde el piso de abajo a grito tendido.

—Voy a entrar en la ducha, en quince minutos estoy abajo.—le respondo de la misma forma para que me escuche mientras cojo el conjunto que tengo pensado ponerme.

En mi familia siempre ha sido tradición arreglarse para cenar en Nochebuena a pesar de que las pasemos en casa y en familia. Esta anterior semana he ido con Pablo de compras una vez me han dado las vacaciones de Navidad ya que él necesitaba comprarse una camisa y yo un conjunto tanto para Nochebuena como para Fin de Año. Al final hoy decido estrenar lo que me he comprado, que es unos pantalones de traje negros básicos con un top plateado de lentejuelas estilo corsé y una americana negra, todo esto acompañados de unos tacones plateados monísimos y dignos de provocarte un esguince a la tercera de cambio.

Entro al baño y me desnudo antes de sacarme el moño despeinado que llevo en la cabeza y meterme en la ducha para que el agua caliente me relaje los músculos tensos por estar tantas horas seguidas sentada en el escritorio. El vapor me relaja la cabeza y me despeja bastante, por lo que cuando salgo menos de diez minutos después y me envuelvo en dos toallas no tardo demasiado en echarme todas mis cremas de la cara y del cuerpo para luego correr hacia el armario para vestirme.

Tiro la toalla que envuelve mi cuerpo al suelo y me pongo una ropa interior bonita, este es un tanga de enjaje blanco con sujetador sin tiras a juego. Me enfundo en los pantalones de traje antes de meterme el precioso top por la cabeza para apretármelo frente al espejo haciendo que mis pechos luzcan un tanto más grandes a causa de la presión. Corro de nuevo al baño aún descalza y con la toalla en la cabeza para desenredarme y secarme el pelo antes de hacerme unas ondas básicas con las planchas. Después de eso me maquillo rápidamente, haciéndome un bonito eyeliner marcado y un smoke eye en sombras grises y negras que me resalta los ojos, me echo un poco de base y corrector para quitar algún granito que me ha salido por el estrés y me pinto los labios con un gloss con ligero tono. Me echo mi colonia antes de correr a hacerme el bolso con lo esencial, metiendo mi cargador porque luego me voy a quedar a dormir en casa de Pablo, y poniéndome los tacones y la chaqueta antes de bajar las escaleras lo más rápido que puedo.

ÁGAPE ; pablo gavi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora