Capitulo 👮‍♀️3

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-Dos semanas.

-¡Dos semanas! -exclamó Rayanne-. ¿Y nadie se ha molestado en contactar conmigo antes? Debería haberme enterado inmediatamente.
Estamos hablando de mi tía.
Él se volvió a encoger de hombros.

-Bueno, ¿vas a venir a Dallas Tx? -volvió a preguntarle

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-Bueno, ¿vas a venir a Dallas Tx? -volvió a preguntarle.

-Por supuesto que iré. Primero tendré que organizar un par de cosas, pero creo que podré llegar allí mañana por la noche. Mile volvió a sonreír.

-Entonces, supongo que te veré por allí.

Solamente si Rayanne Nattawin tenía muy mala suerte

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Solamente si Rayanne Nattawin tenía muy mala suerte. Durante los últimos
once años había ido a Dallas una docena de veces y nunca se había encontrado con Rios. Cada vez que lo veía volvía a revivir aquella noche horrible que intentaba olvidar para siempre.

Él avanzó un paso hacia el.

-¿Sabes qué? Ninguno de esos tipos parecen actores de televisión.

-¿No? Bueno, bienvenido a la realidad. Simplemente somos un puñado de policías trabajando.
Mile lo miró fijamente.

-Tú al menos has llenado mis expectativas. Estás estupendo.

El nunca hubiera imaginado que él diría aquello. Tampoco era algo que quisiese escuchar, sobre todo porque había algo en aquel tono de voz
que no le gustaba nada y porque acababa de mirarlo de arriba abajo, Rayanne Nattawin se negó a cruzarse de brazos. Sus mejillas empezaron a sonrojarse cuando, no le hacía falta mirarse para saberlo, notó que sus
pezones se marcaban prominentemente contra su blusa. Para Rayanne, aquella mirada tenía el mismo efecto que una caricia.

Mile se tocó el ala de su sombrero texano.

-Bueno, creo que es hora de irme -pero no se movió, en cambio se quedó quieto sonriéndole

-Bueno, creo que es hora de irme -pero no se movió, en cambio se quedó quieto sonriéndole

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- ¿Rayanne Nattawin o te llamo Nattawin Rayanne?

-¿Qué? -murmuró el temblando, ¿por qué tendría él aquel efecto sobre el?

-Debería haber acabado lo que empecé aquella noche en Whiskey creef.

¡Oh, no! Aquello no. Cualquier cosa menos hablar de aquel vergonzoso incidente. Buscó rápidamente algo que decir.

-Uh -dijo el finalmente-. Está bien.

Un momento, ¡está bien! Aquella no era la respuesta correcta. Tal y como le pasó aquella noche, años atrás, no pudo pensar en nada mejor.

-Nunca volví a pensar en aquella noche -mintió Rayanne Nattawin.

-Qué gracioso, yo pienso en ella constantemente -dijo él con un brillo pícaro en los ojos; entonces le apartó un mechón de pelo de la cara y Se lo pasó por detrás de la oreja-. Tendría que haberme portado mejor
contigo, Rayanne. Lo que significa que te debo una, puedes reclamármela cuando quieras.

El se apartó rápidamente y tragó saliva.

-Eres la persona más arrogante...

-Sí lo soy -dijo dándose media vuelta y saliendo de la comisaría.

-Sí lo soy -dijo dándose media vuelta y saliendo de la comisaría

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«Hablar es muy barato hasta que contratas a un psiquiatra». Evie E. Garrett.

Mile se acomodó en un banco, pero no pensó que fuese capaz de dormir mucho en un aeropuerto de Nueva York. Había demasiado ruido, demasiada gente para él y la única persona a la que quería realmente ver no
estaría muy contento de verlo allí.
Vislumbró a Rayan nattawin en el momento en que entró por la puerta de aquella sala. Llevaba una bolsa de cuero negro colgada de un brazo y a un rubio alto colgado del otro. Mile recordaba que Rayanne lo había llamado
«Malcolm»; probablemente sería su novio. Aquella palabra no le gustó nada.

Rayanne llevaba un pantalón sedoso que al andar iba acariciando su Cuerpo. El pelo, cayéndole sobre la cara. Era un cabello sedoso del color del castaño. Se podría decir que Rayanne Nattawin Garrett se había
convertido en un chico elegante muy elegante.
Una mujer que lo veía como un punto perdido en el espacio... y Rios no pensaba que aquel viaje a Dallas Tx mejoraría la situación, ni mucho menos.

-Aún no sé por qué tienes que hacer esto -dijo Malcolm a Rayanne mientras estaba facturando las maletas.

A mile no le gustaba el sonido de aquella voz, era como un gimoteo.

-Tu tía intenta manipularte -continuó diciendo Malcolm.

-Probablemente -le contestó Rayanne sin fuerzas.

Tomó la tarjeta de embarque que le dio la azafata y le dio las gracias.

Giró la cabeza mirando a su alrededor, pero no en dirección a Mile.

Él se hundió levemente en su asiento, no era una buena idea que el lo viese todavía. El podía cambiar de planes y, por muchas razones, él no quería que Rayanne hiciese eso.

-Entonces, ¿por qué la dejas salirse con la suya? -volvió a insistir Malcolm.

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Esposado Y atadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora