Al volver a su ciudad natal... no esperaba encontrar el amor
El agente y Detective de la policía de Nueva York Rayanne Nattawin Garrett iba a tener que enfrentarse a algunos momentos embarazosos al llegar a Fort h worth, Texas, a
sacar a su tía E...
Mile estaba con una mano tapándose los ojos y con la otra señalando el tocador al otro lado del dormitorio. Rayanne Nattawin se giró para ver a qué se refería y entonces lo supo. El estaba totalmente cubierto por delante, pero su espalda desnuda y su cinturita se reflejaba en el espejo del tocador.
El le quiso echar una mirada de fuego, pero cuando volvió a girarse, él ya no estaba. Solamente pudo escuchar el ruido de su risa alejándose por el pasillo.
Se quedó allí sentado, pensando. Mile era padre y por lo que había visto un padre bueno y cariñoso. Pero si mile era padre, tenía que haber una madre, lo que significaba que estaba... ¿casado? ¡Mile Casado! ..
Se levantó rápidamente de la cama y se dispuso a vestirse. Solamente esperaba que Freda estuviese de humor para charlar y si no fuese así, ya se las ingeniaría para sonsacárselo todo.
¡Mile Mckoy casado! ...
Mile escuchó un portazo y un momento después vio cómo Rayanne se acercaba, cruzando el jardín, hasta él. Bueno, solamente lo vio de cintura para abajo puesto que él estaba tumbado bajo el viejo Sedan de Evie el pantalón de Rayanne era corto desde aquel ángulo, tenía una visión muy buena de sus estilizadas piernas, tan buena que hubiese deseado que el pantalon fuera más corto.
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-¿Freda? -empezó a decir Rayanne.
-Se ha ido al supermercado -le contestó mile.
Él miró el reloj para comprobar cuánto tiempo iba a tardar en preguntar por Mattie.
Rayanne se agachó y frunció el ceño. Lo hubiera fruncido mucho más si hubiera sabido que, en aquel momento, él podía ver su ropa interior.
-Te estás exhibiendo otra vez.
Ella se puso de rodillas y se asomó por debajo del coche.
-¿Qué estás haciendo debajo del coche de la tía Evie? Rios supuso que no podía admitir que estaba teniendo fantasías sexuales sobre su ropa, con lo cual decidió darle otra respuesta.
-Estoy arreglando un escape de aceite.
-¡Ah! -dijo el dando un sorbo a la taza de café que tenía entre las manos.
Mile podía olerlo, y también podía olerla Rayanne Nattawin Era una mezcla de olores femeninos al ser Doncel...
-Supongo que harás este tipo de cosas a menudo -añadió Rayanne Nattawin.
-Algunas veces -«aunque nunca son tan interesantes como ahora», pensó él.
Mile salió de debajo del coche y se puso de pie. Sacó un trapo de un bolsillo y se lo pasó por la frente.
-Mattie parece una niña muy buena -comentó Rayanne.
Él miró su reloj, habían pasado un minuto y dieciséis segundos.
-Deja que te ahorre tiempo. Su madre es Patricia Quinn.
Los ojos de Rayanne se abrieron hasta alcanzar el tamaño de dos platos.
-¿Te has casado con la hija de Bennie?
-Yo no he dicho que me haya casado con ella -dijo Rios concentrando su atención en el trapo que tenía en las manos-. Murió hace un año aproximadamente.
-¿Murió? Pero Mattie me ha dicho que estaba de viaje.
-Eso es lo que Bennie le dijo. Mattie sabe la verdad, pero de vez en cuando le gusta pretender que Patricia va a volver.
-¡Vaya! -fue lo único que Rayanne pudo decir. Estuvieron unos segundos en silencio-. ¿Cómo fue que Bennie no te obligó a casarte con Patricia? -preguntó finalmente.
-Ni Bennie ni yo supimos nunca de la existencia de Mattie. Hace unos siete años Patricia fue a Denver a verme, por entonces yo trabajaba allí en los rodeos. --Nos emborrachamos -mile se encogió de hombros-, y nos acostamos. Nunca volví a pensar sobre ello hasta que el año pasado me llamó para preguntarme si yo me podía encargar de Mattie...
Mile cometió el error de mirar a Rayanne. Estaba de pie, muy cerca de él, demasiado cerca, y se mostraba muy interesado en lo que él estaba diciendo.
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-Entonces, ¿qué ha pasado? -preguntó Rayanne Nattawin.
-Hasta que Bennie y yo podamos acordar algún tipo de arreglo para establecer la custodia permanente, Evie y Freda me ayudan de vez en cuando. Yo, en agradecimiento, les arreglo el coche.
-Ya veo -las palabras de Rayanne eran tan suaves que mile volvió a mirarlo.
Se fijó en la curva de sus labios, en sus pequeños pecho de doncel un cuerpo y una cintura... ¡Dios! Era increíblemente sexy.
-Tienes los ojos más bonitos de todo Forth Worth Texas, lo sabes, ¿verdad, Rayanne Nattawin? ....El parpadeó.
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-Parece el estribillo de una canción mala de música country -contestó el.
De pronto, mile tuvo la necesidad de tocarlo, y no solamente de tocarlo, sino de quitarle la ropa. No creía que fuera a tener el valor suficiente como para hacerlo a plena luz del día y frente a la casa de su tía, pero el granero estaba muy cerca...
-Espera un momento -dijo él.
Antes de que el supiese lo que él estaba tramando.
Mile le quitó la Taza de café de las manos y la puso sobre el coche...
