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Emma

Me levanto con un gran dolor en la cabeza.

Está todo blanco...

¿Dónde estoy?

¿Que paso?

¿Cómo llegué aquí?

Me quito la sabana blanca que tengo encima dispuesta a irme, cuando entran a la habitación.

Es un señor no se ve tan mayor, es muy hermoso... Pero (...) ¿Que hace un señor tan hermoso en mi habitación?

—Emma... Mi amor despertaste... ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?

¿Mi amor? Y ¿este quien es que me llama así?

—Bien supongo.. ¿Quien es usted?

Mattia

—Bien supongo.. ¿Quien es usted?

Cuando oigo esas tres últimas palabras mi mundo se termina de caer.

Y ahora estoy apunto de ¿Llorar?

Si, llorar... Pero estábes me permito que mis lágrimas bajen.. cada vez siento más dolor en mi corazón, ver si mirada confundida al verme, no hay amor,no hay deseo... Cuando me ve su mirada está vacía, Pero no tanto como el vacío que cargo ahora mismo en mi pecho.

—señor ¿Cómo se llama?

—Matt...—me aclaro la garganta—Mattia Rossi.

En eso una enfermera entra a la habitación con unos papeles en mano.

—muy buenos días señor y señora Rossi, les tengo una gran noticia, la señora ya se encuentra en un buen estado de salud, se puede ir, solo usted señor Rossi debe firmar la orden de salida en la recepción y la señora se puede ir. Con su permiso.

Asiento y ella sale.

—¿Señora Rossi? ¿Soy tu mamá, tú hermana o algo así?

Eso dolió más.

—No, ni aunque quieras no eres nada de eso... Nunca te vería de esa manera tampoco.

Eso último lo digo más para mí que para ella.

—¿Ok? ¿Me ayudas a levantarme por favor?

—si, con gusto.

La ayudo a levantarse y salgo de la habitación para que se cambie.

Veo al doctor que atendió a Emma y me acerco a él.

—Doctor.

El se da la vuelta y me mira a los ojos, su rostro pierde un poco el color.

Todos tienen esa reacción, excepto Em y Ale.

— Dígame señor Rossi ¿En qué le puedo servir?

— Mi mujer no me recuerda¿La razón?

— oh, gracias a los golpes es normal que pierda la memoria temporal mente, no se preocupe no es grave.

—¿Cómo por cuánto tiempo?

— tal vez unos días o semanas... Quizás meses, pero la señora también necesita reposo.

Yo asiento con mi cabeza y me doy la vuelta, Emma va saliendo de la habitación con un vestido rosa pálido.

Se que no es el momento, Pero no puedo evitar que mi amigo se despierte un poco.

Trato de disimular y camino hacia ella.

—vamonos, voy a firmar.

Le coloco mi mano en su espalda baja y caminamos juntos.

Firmo y salimos ya las camionetas están listas.

—¿A dónde vamos?

— A casa... A nuestra casa.

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⏰ Última actualización: Jun 12 ⏰

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