Explicaciones y una apuesta

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Llegué a la casa y fui a la cocina. Dejé las cosas en la mesa y me puse a cocinar. Hasta que salió una señora de la nada.
-Señorita, dejé eso, yo haré la comida, solo dígame que quiere - me dijo dándome una sonrisa
-No se preocupe, se cocinar - le dije devolviéndole la sonrisa
-Señorita, no quiero que el señor me regañe - me dijo ¿Asustada? - Yo trabajo aquí al igual que tres muchachas más y para eso estamos
- No se preocupe yo estoy demás aquí, así que yo haré mis cosas - dije - Solo haga las del joven, aunque ¿Porqué no las vi el día de ayer?
-Oh, señorita es que nostras llegamos a las 8 de la mañana y nos retiramos a las 3 de la tarde - me explicó
-Primero que nada, no me diga señorita, dígame Hwang- sonreí - Y ¿Por qué trabajan a esa hora?
-Señorita es que sinceramente, ninguna de nosotras necesitamos este trabajo, pero debido a que el joven L. Joe no tiene a nadie pues decidimos ayudarlo aunque sea unas cuantas horas - ahh pensé para mis adentros. Pero porque se asustó hace poco. Soy curiosa lo sé.
-¿El las trata bien? - pregunté muy curiosa. Pero después de todo sabia la respuesta
-Si hacemos nuestro trabajo bien si - dijo nerviosa - Pero si no, pues ya sabe... Hwang... El tiene un poco de temperamento - completó para darse vuelta y quitarme los vegetales que está cortando hace poco.
-Ahh, no se preocupé yo cocinaré - dije sacándola poco a poco de la cocina - Solo haga como siempre, encárguese del joven yo haré mis cosas. Pero gracias.
-Ay señorita Hwang, usted si es diferente a todas esas arpías de una sola noche que trae el joven - dijo acariciando mi rostro como si fuera mi madre. Me sentí bien y protegida. -Ya quisiera que el joven se fijara el alguien como usted- dijo haciéndome sonrojar. Pues no es que fuera feo, al contrario era como todas dicen deseable, pero su temperamento era demasiado insoportable. Luego de esa pequeña charla volví a la cocina. Luego de comer fui a mi cuarto y me puse a estudiar. Pero comencé a pensar; Byung nunca me ha enseñado o alardeado ninguno de sus autos frente a mí. ¿Por qué? ¡Claro! Su seguridad, no se los mostraría a la invisible de la universidad, cuatro ojos, que no sabe de autos. Sin más que pensar me quede dormida. Tenía que pensaren muchas cosas. Pero sobre todo en como reaccionaré cuando vea perder a Byung Hun el viernes.

Ya era jueves en la noche completando mi tercer día en esta mansión. Sin embargo siempre me la he pasado en mi cuarto solo salgo para comer y ya. Salí de ducharme y me coloqué mi pijama de color rosa. Ate mi cabello con una moño negro y me dispuse a leer "Cien años de soledad" de García Marqués. Ya la había leído pero me era tan interesante que decidí leerla por segunda vez. Hasta que el tenía que entrar a mi cuarto.
-¿Estás bien? No has salido de tu cuarto en estos días - dijo sentándose al lado mío en el sofá
-No tengo porque, estoy ocupada y la próxima vez toca la puerta antes de entrar - dije cruzando los pies en el sillón.
- ¿Por qué debería tocar? ¿Por si te encuentro desnuda? – dijo en un tono de voz meloso recibiendo un golpe en el hombro de mi parte. - Pero cambiando de tema, ¿No que ibas a aprovechar la casa? - dijo irónicamente
-Y lo estoy haciendo, jamás te dije que parte necesitaba - le contesté sin despegar la vista de mi libro. Obvio pensaba que como las otras mujerzuelas que ha traído en estos días voy a querer pasar el tiempo en la piscina o algo así. Compartir su cuarto con él o andar de frescas por toda la casa. Está muy equivocado. Un momento ¿Qué me importa lo que hagan esas zorras con él? Nada, nada.
-Ahh...Yo - trató de hablar
-No importa, puedes irte, quiero dormir - lo miré
-Claro - se levantó del sofá y camino hacia la puerta - Oh por cierto, mañana iremos a "Doble Mundo". Tengo una competencia muy importante.
-Lo sé y perderás, no te preocupes allí estaré - le dije sonriendo
-Mujer... soy el mejor. Nadie me ganará y menos alguien de otra universidad. - dijo alabándose. Es que ¿Es tonto o se hace?
-Lee Byung Hun, perderás, ahórrate la humillación y no corras - le dije. Claro estaba tratando de provocarlo. Sabía que se enojaría y me encantaba el poder de mis palabras. Exactamente volvió al sillón y me agarró por el brazo haciendo que lo mirara.
-¿Apostamos? - dijo enojado. Su cara estaba roja. Claro no había nadie lo retaba y para mí ya es la segundo vez que lo hago.
-Claro. Si tú ganas ¿Qué quieres? - le pregunté
-Una noche contigo - bufé. Jamás me acostaría con él. No al menos así porque sí.
-Acepto. Pero si tu pierdes, estarás en abstinencia por 2 semanas - terminé sonriente. Me estaba metiendo con el orgullo de Byung hasta lo más profundo. Primero su casa, luego sus carreras y ahora sus zorras.
-¿Estás loca? - gritó
-¿Qué?- pregunté inocentemente - Si estás seguro de que ganarás, eso no debería ser nada - le aclaré
-Cierto - suspiró
-Una cosa más, no traigas a ninguna zorra a esta casa por ese tiempo y si tienes sexo fuera de aquí lo sabré. - le dije mientras cerraba el libro y me acercaba sigilosamente hasta el.
-¿Celosa? - negué con mi rostro. Se acercó más a mí colocándose de rodillas en el sofá. – Solo falta cerrar el trato – No entendí si no hasta que sentí sus labios sobre los míos. De una forma eufórica y urgida. Sabía que no debía hacer esto, pero por más que traté de alejarlo más se aferraba a mí. Apretaba mi cintura cada vez más, mordió mi labio, abriendo mi boca por consecuencia. Se aprovechó para colar su lengua en mi boca. Y comenzar a explorar cada aérea. Me besaba apasionadamente, como si nunca antes lo hubiera hecho con nadie, mientras mis manos se aferraban a su cuello. Hasta que nos separamos por la falta de aire. - Bien... Un gusto hacer negocios, ya estoy pensando en cómo pasaré la noche contigo – dijo un poco agitado. Yo bufé. Se levantó del sofá con aire de dios pero lo detuve. Tenía una gran curiosidad.
-¿Qué auto usarás mañana? - pregunté curiosa. Mientras analizaba su expresión facial. No lo había pensado estaba claro. Pero sé que sacaría su mejor arma en honor a su orgullo.
- Utilizaré el Subaru Impreza RB5, así que prepárate mentalmente, porque de lo físico me encargaré yo. - Salió del cuarto y "Prepárate mentalmente para perder Byung Hun". De este auto se fabricaron 444 unidades en honor al regreso de Richard Burns al equipo japonés. En color gris, la primera unidad fue para el propio Burns. Mismos autos diferentes conductores. - Perderás Byung, perderás - dije mientras me acostaba en mi cama para abrazar finalmente a Morfeo.

Beating Fast (By: HwangT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora