-¿Estás segura de esto Hwang? – preguntó Neira cuando se sentó en mi cama
Había pasado todo el día dándole vueltas al asunto. Asustada, emocionada y luego asustada nuevamente. ¿Por qué rayos acepté ayudarle? Quizás es algo malo, o quizás... solo quizás... Ya había dado mi palabra y no soy alguien que la incumple.
-Estoy segura – aunque su voz no fue creíble ni para sus oídos – Debo hacerlo
-¡No! No debes – me aseguro Neira y me apuntó con el dedo – Sé lo que tratas de hacer
-¿Qué cosas?
-Hwang...
-Enserio, no entiendo a que te refieres
-¡Hwang!- dijo con su tono desesperante – Quieres hacer esto por él, porque te sientes diferente ahora. Pero que no se te olvide que un día hace años te dejó plantada, es un mujeriego y quizás solo te este utilizando. No puedes volver a eso Hwang.
-Ya sé, Ya sé ¡Demonios! – suspiré – Es cierto, en parte... por la otra.. quiero empujar mis límites, quiero... quiero volver a eso.
-O al menos intentarlo – asentí y su expresión se suavizó. Se levantó de la cama y me dio un abrazo de esos a los que no te puedes negar. – Solo intento protegerte – susurró cuando se apartó y sus ojos estaban cristalizados
-Lo sé – reí levemente – Y sé que Byungun puede parecer malo, pero no es todo lo que hay en él. Además hace mucho tiempo no hablo de nada de eso.
-Todo lo enterraste en tu baúl – no fue una pregunta, más bien una afirmación, pero aún así asentí - ¿Tienes en mente que será más difícil de lo que parece? – volví a asentir y ella suspiró – Hagas lo que hagas, voy a apoyarte – sonrió y me volvió a abrazar. No era que estábamos de chillones, en serio necesitaría todo el apoyo necesario.
-Bueno, basta de estas cosas – di una sonrisa tensa y ella entendió lo que estaba sintiendo
-¿Vas a hacer el pastel para tu hermano? – preguntó con la emoción presente en sus ojos
-Si – sonreí sin necesidad de fingir - ¿Me ayudas?
-Claro que sí – me cogió de la mano y fuimos a la cocina del segundo piso. Y vaya que era...
-Costosa – Neira dio un silbido ante semejante cocina, muy costosa, se notaba nada más de ver los enseres y además de eso se notaba que no había sido en un buen tiempo. Sin embargo estaba conservada perfectamente. ¿Acaso la señora Park hacia limpieza de vez en cuando?
-No se queden ahí – dijo una voz detrás de nosotras y giramos para ver a Byunghyun sonriendo junto a Chunji de igual modo - ¿No van a hornear? – preguntó alzando una ceja y me sonrojé desviando la mirada
-Si – contestó animada Neira -¿Quieren ayudar? – los chicos se miraron entre sí y voltearon su atención a nosotras con una mirada... no eso no puede ser.
-Claro – contestaron a tono riéndose
-Más vale que quede bien – les advertí entrecerrando los ojos – Mi hermanito va a tener ese pastel en unas horas sin ningún error
-Si señora – Byunghun hizo un saludo militar y Chunji e pegó en la cabeza haciendo que explotáramos en risa.
Durante las siguientes horas nos la pasamos en la cocina horneando, bromeando y riendo. Fue como estar en familia sin nada que esconder, sin preocupaciones solo disfrutando del momento. Especialmente cuanto mis dedos rozaban con los de Byunghun o nuestras miradas se encontraban.... Era como si chispas salieran de nosotros y mis mejillas se tornaban rosadas. Y juró por Dios que con sus carcajadas se había dado cuentas. Cuatro horas después teníamos nuestra creación frente a nuestros ojos.
-Bonito – dijo Chunji
-Clásico – dijo Neira
-Diferente – dijo Byunghun
-¡Es una reliquia! – exclamé yo
-Digamos la verdad – dijo Chunji
-Quizás sea mejor – agregó Neira
-Es único – dijo Byunghun
-¡Es un desastre! – exclamé riéndome y los otros explotaron en risas
-Tanto tiempo para esto – dijo Neira entre risas – Terminamos con un pastel clásico con fresas naturales
-No salió como esperábamos – dijo Chunji despacio – pero no esta tan mal
-Es para un niño y a él solo le importará la intención. Ellos solo quieren algo de atención en su día, no algo costoso o extravagante si no algo especial – Chunji terminó de hablar y me miró, le sonreí y utilizó sus brazos para colocarme debajo del abrazándome por detrás. Mi cuerpo se congeló y el solo soltó una risa.
-Quedo bien – dije con lo que me quedaba de aire
-Tu hermano lo amará, créeme – asentí – Nunca me has dicho como se llama tu hermano Hwang
-Ahh... se llama Hwang Jung Kook
-Parecer ser un niño fuerte – dijo pensativo
-¿Por qué lo dices?
-No es fácil tener a su hermana lejos del durante esta edad – sus palabras resonaron en mi mente y era verdad. ¿Qué clase de hermana soy? Pero necesitaba alejarme por un tiempo. Pero él no tiene la culpa...
-¡NO! – dijo con voz autoritaria y me estremecí, levanté mi rostro y sus labios formaban una línea tensa
-¿Qué? – pregunté con cuidado, bajó sus rostro y sus ojos se oscurecieron
-No lo dije para hacerte sentir mal, lo dije solo porque en parte es cierto. Pero no pienses que eres una mala hermana, tuviste tus razones para alejarte. Y si no te importa tu hermano no habría hecho nada de esto – lágrimas picaban mis ojos cuando terminó de hablar y un sollozó se escapó de mi boca
-Es... difícil... yo no debería... pero
-Shh – me abrazó y dejé que otro sollozo escapara. Uno tras otro, mientras me aferraba a su camisa
-Dios... solo lo veo una vez al año. Y lo extraño tanto – recuerdo de Jungkook corriendo a mi alrededor, riendo y jugando se aglomeraban en mi mente – Lo necesito tanto Byung
-Tranquila pequeña chasis – pasó una mano sobre mi cabello y traté de dejar de derramas lágrimas, me alejé y fruncí el ceño.
-¿Chasis? – pregunté sin entender
-La estructura que soporta la carrocería....
-Si sé que es eso – lo interrumpí - ¿Pero por que yo?
-Eres fuerte, aunque no lo creas, eres la que une y soporta la familia. Los proteges y eres muy importante – me sonrojé y el sonrió
-Ahora, Chunji ¿Qué haremos mañana?
Silencio
-¿Chunji? – giramos la vista, pero no estaban por ningún lado de la cocina
-¿Se fueron? – pregunté sorprendida
-Al parecer
-Y no nos dimos cuenta
-Bueno, en los minutos pasado tenía en mis brazos a una chasis llorona – mi mano impactó su hombro
-¡Auchh! – se sobó la parte afectada y me sacó la lengua. – Respecto a tu hermano – su porte fue serio esta vez – Puedes traerlo unos días a la casa.
¿Qué?
-¿Puedo? – asintió y sentí como todo dentro de mí explotaba con adrenalina y sin pensarlo dos veces brinqué sobre él abrazándolo mientras reía
-¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! – comencé a darle besos por toda a cara hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo abrí mis ojos enormemente y me congelé – Oh Dios... lo siento, lo siento, -me removí avergonzada y el dio dos pasos hacia al frente y me depositó encima de la barra sin soltarme. Sus ojos se oscurecieron y porte fue firme
-Hwang.. – susurró - ¿Sabes que hay consecuencia para todos nuestros actos?
-Aja – logré contestar sonrojada
-Me alegra que lo sepas
Bajó su cabeza y en respirar sus labios cayeron sobre los míos. Al principio fue suave y tierno pero luego comenzó a elevarse el pulso de mi respiración. Su lengua delineó mis labios y como respuesta abrí los míos dejando que su lengua se encontraba con la mía. Sus manos se movían pro mi espalda mientras mis manos estaban detrás de su cuello. Sus labios tenían un sabor a vainilla y cada vez sus movimientos eran más rápidos. Mis piernas se cerraron sobre su espalda y lo escuché soltar un gruñido por lo bajo. Era dulce, fuerte, exigente y ardiente. Me gustaba como me besaba, como si necesitará de mí, como si estuviera esperando esto tanto o más que yo, como si fuera a succionar cada partícula de mi cuerpo. Hasta que nos separamos por falta de aire.
-Demonios – suspiró y pegó su frente a la mía mientras tratábamos de calmar nuestras respiraciones
-Esto.... – logré susurrar adormecida de tantas emociones, sentía mis mejillas arder. Pero cuando iba a seguir hablando volvió a besarme de la misma manera.
-Creo que el pastel puede esperar unos minutos – su voz suave se asomó en mis oídos
-¡Oh sí!, Creo que sí – murmuré en sus labios
Y no necesitó nada más tomó mi boca como si fuera un duce manjar del paraíso. O al menos hay me sentía yo. Solo que no entendía, porque cuando él se me acerca no me alejo. ¿Por qué no me molesta que me toque? ¿Por qué me gusta que me bese tanto? Sus besos no me molestaban, me gustaban. Y mucho.
-Debo irme – le susurré separándome del, dio un gruñido y me miró a los ojos
-Está bien –desistió, me tomó la mano y me sonrió - ¿Vas a trae a tu hermano?
-Si – sonreí de vuelta – Estoy segura de que le agradarás
-Mmm... entonces ¿Te llevo? – me preguntó y me congelé. ¿A mi casa? – Si no quieres, está bien yo te espero aquí.
-No, no... no es eso – traté de explicar – Me encantaría – lo abracé con miedo a que se alejara pero solo se movió para volverme el abrazo.
-Entones vamos
-¡Ahhhh! - me tomó de las rodillas y tuve que aguantarme de su cuello gritando del susto - ¡Bájame Byung!
-No señorita – comenzó a caminar en dirección a los cuartos
-Me voy a caer – dije asustada
-Entonces, estate quieta – me congelé y dejé que me cargara. Cuando llegamos a mi cuarto me depositó en la cama y se rió – Ves, esta viva
-Tonto – le di un golpe en el brazo y se echó a reír
-Iré a buscar las llaves. – me dijo - Prepárate –asentí y mientras comencé a buscar mi bolsa y acomodar mis cosas personales. Me coloqué unos zapatos cerrados y salí del cuarto. Caminé a la cocina y empaqueté el pastel.
-¿Estás lista? – me preguntó llegando mientras hacía sonar sus llaves. Un BMW, las reconocí de lejos. Interesante. Asentí – Déjame ayudarte con eso – cogió la caja del pastel y bajó las escalera frente a mí con cuidado. El ambiente era raro.
Como si hubiera pasado de todo, pero por algo quedó en ese momento.
Lo miré mientras nos dirigíamos al auto y no pude dejar de pensar y preguntarme ¿Cuál es el verdadero Lee? L. Joe, el arrogante y mujeriego famoso por las carreras o este chico atento y protector. Si no es el primero.... ¿Entonces por qué finge? Bueno, ni aunque yo fuera santa de toda devoción.
-¿Te quedará ahí parada? – me preguntó desde la puerta del auto, negué con mi cabeza alejando cualquier pensamiento en estos momentos. Rodee el auto y subí al asiento del pasajero. Le di las direcciones de mi casa.... O la casa de mis padres y entonces nos pusimos en marcha. En silencio, un silencio tenso. Quería preguntarle tantas cosas, pero no me atrevía. Dirigí mi mirada a la ventana y comencé a pensar en ¿Por qué me beso? O peor todavía, ¿Por qué yo le correspondí? Cerré mis ojos y sentí una fuerza en mi mano. Bajé mi rostro y encontré mis mano entrelazada entre la de Byunghun. El pulso se me aceleró y me sonrojé, aún así no podía apartar la mirada. Se sentía tan bien... pero ¿Por qué lo hacía?
Las acciones muestras más que las palabras. Eso había dicho mi madre cuando era adolescente. Una persona quizás no tenga el valor suficiente para decirte lo que siente, pero si lo puede tener para demostrártelo.
¿Sientes algo por mí Byung?
-¿Es aquí Chas? – me preguntó Byungun sacándome de mis pensamientos. Miré a través del cristal y efectivamente habíamos llegado. Una casa blanca de dos pisos y con un patio enorme. Lo suficiente para las fiestas que organizaba mi madre hace unos años. Y que quizás lo hagas, solo que no nunca me doy cuenta. – Te esperaré aquí Chas – ese apodo todavía me hace reír de tan solo escucharlo. Me relacionó con un auto. Su supiera...
-Gracias – dio un apretón en mi mano y luego la liberó. Salí del auto con el pastel en la mano y caminé a paso firme hasta la puerta. Toqué y esperé a que abrieran. Segundos después un pelinegro abrió la puerta.
-¡ARI! – dijo gritando Jungkook y me abrazó, aunque tan solo llegaba a mi cintura.
-¡Feliz Cumpleaños precioso! – le pasé la caja a mamá, quien estaba parada en la puerta
-Hola mamá – dije sonriendo
-Hola Ariana, pasa – cerró la puerta y me hizo pasar a la sala en donde estaba mi papá.
-¡Papá! – exclamé sonriendo y corrí a darle un abrazo
-Te extrañamos princesa – me dio un beso en la frente y luego me concentré en mi hermanito, durante los próximos minutos.
-Viniste como siempre – me dijo sonriendo
-Sabes que no faltaría al cumpleaños de mi único hermanito – le apreté los cachetes y me sacó la lengua para luego fruncir el ceño
-¿Por qué dices que soy tu único hermanito si...?
-Ariana – dijo mi madre interrumpiéndolo pero la ignoré
-Porque eres el hermanito más inteligente que conozco. ¿Te gustó el pastel? – pregunté sentándolo en mi falda
-Si Ari, estaba muy rico – sonreí y las palabras de Byung retumbaron en mi mente, el no quiere algo perfecto. Si no algo especial. - ¿Sabes? – pregunté – Te tengo una sorpresa
-¿Una sorpresa? – preguntó abriendo los ojos - ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
-¿Me extrañas cierto? – asintió frenéticamente con su cabeza mientras reía. ¡Dios, cuanto extrañaba escucharlo! – Entonces te irás unos días conmigo ¿Quieres?
-Sí, sí, sí, sí, si – corrió a la cocina donde se encontraban mis padres y jaló la falda de mi mama
-Mamá, Papá ¿Puedo irme con Ari unos días? - mi mamá se sorprendió y me miró, asentí y luego dirigió vista a mi padre quien asintió sonriendo
-Claro que sí – Jungkook abrazó a mis papás y subió corriendo al segundo piso a buscar sus cosas.
-¿No es molestia que se vaya contigo ahora que estás viviendo con ese chico? – preguntó mi madre pero negué y no me sorprendió que supieran donde vivo. Después de todo, hacen todo lo necesario para mantenerme rastreada.
-El fue quien me propuso que me llevara a Kook unos días – mi padre se reclinó en la mesa y alzó una ceja
-¿Eres algo de ese chico? – me preguntó seriamente y recordé el beso haciendo que me sonrojara, pero...
-No, no somos nada – antes de que mi padre dijera otra cosa Kook apareció con una pequeña maleta
-¿Nos vamos? – preguntó emocionado
-Sí – le dije sonriendo – Adiós – me despedí de mis padres con una leve sonrisa – Les avisaré cuando tengan que buscarlo
-Claro – dijeron, tomé la mano de Kook quien mostró sus ojos brillantes y su sonrisa
-¿Listo? – le pregunté
-Afirmativo – hizo un saludo militar y mente vagó hacia Byung otra vez, de seguro se llevarán bien.
Ahora solo tenía que salir y rezar a que no aparecería en estos momentos.
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Beating Fast (By: HwangT)
Fanfiction_______ Beating Fast____ La estudiante “Hwang” ante los ojos de sus compañeros universitarios es alguien sin importancia. Una chica más de las buenas, no bebe, no fuma, no tiene sexo y es una extranjera. A pesar de que lleva muchos años viviendo en...