Recuerdos perdidos.

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-Gracias – mi susurro se desvanece en el aire y el sonríe apartándose un poco de mí
-¿Entonces?
-¿Entonces qué?
-¿Eres de esas chicas que no saben nadar y tengo que enseñarles? – sonrió de lado y rodé los ojos antes su ego. Sonreí ampliamente y negué.
-Mm... sé nadar... bastante bien diría yo. Mi padre me enseñó cuando tenía ocho
-¡Vamos! ¡Le quitas toda la diversión! – levantó las manos al aire haciendo un mohín y suspiro
-Bueno, hace tiempo no nado – solté rápidamente – Si me sucede algo, tendré salvavidas – sus sonrisa se amplió y sus ojos se estrecharon
-O si, lo tendrás. ¿Por qué a los ocho? – se sentó en la silla de enfrente
-Mi familia solía ir todos los años de campamento durante el verano, mínimo una semana de descanso – paré y traté de no sonar nostálgica lo cual no se me dio- Siempre organizamos muchas actividades, desde carreras en el campo o simplemente azar malvaviscos en la fogata durante la noche. Pero siempre me negaba a nadar, porque pensaba que el agua me iba a tragar – reí y observé como él se mordió el labio para reprimir una carcajada – Así que mi padre me puso los flotadores y me cargó sobre el hombro ignorando mis gritos y pobres golpes y me tiró al agua. – sus ojos se abrieron de la impresión – bueno, no me tiró, así lo sentí yo. Pero me llevó con él en sus brazos a un área cómoda y estuvimos un rato en esa faena. Creo que desde entonces es mí lugar favorito es ese río – asintió y sacudió mi cabeza
-Son algo parecido a mi familia – dijo tranquilamente – Cuando nos reunimos todos es un alboroto pero a pesar de todos nos relajamos y hacemos muchas cosas en conjunto. Especialmente entre los hermanos.
-¿Quién diría? El señor Joe es hogareño
-Aunque no lo creas, es la verdad – exclamó intentando parecer ofendió - ¡En especial con mi sobrino! Me dejan de niñero. ¿Puedes creerlo?
-Un poco de práctica no hace daño – me encogí de hombros
-Eso pensaba – susurró y por un momento su rostro se tensó, pero en un parpadeo, volvió a parecer normal. - ¿Y de qué consta tu familia? – preguntó y mis hombros se tensaron. Nunca le he hablado de mi familia.... de mi nombre... de...
-Solo, mis padres y mi hermano menor
-¿Cuántos tiene?
-Siete – susurré
-¿Te gusta tener un hermano tan pequeño?
-Teniendo en cuenta de que solo tengo 20 años, no, no me molesta
-¿Estás siendo irónica o realista? Por que definitivamente no puedo definirte
-Realista. Me gusta mucho esta época, aunque me inclino más a el "Naturalismo" – rió ante mi cambio de conversación y se acostó en su silla
-Prefiero la época oscura – su comentario me sorprendió
-¿Por qué?
-El hecho de que todo tipo de arte fuera restringida es un horror. Sé qué puedo parecer un iletrado, pero me gustan mucho, en especial la música y el piano resaltando en ella. – Un brillo se encendió en sus ojos, como si estuviera hablando en vez de sus palabras. Un brillo felicidad y fascinación - Además el saber que la religión cristiana dominaba todo es deprimente.
-Hasta cierto punto – concordé y me eché en mi silla
-Está bien tener algo de régimen religioso, pero no era para tanto. Causo un gran daño, aunque luego marcó la época del Renacimiento con varios cambios, pero algunas cosas cambiaron para bien.
-¡Por Dios! – exclamé atrapada en sus pensamientos
-Pareceré un vago, pero no estudio leyes por nada
-Mmm – murmuré – Ya lo veo
-Además el estudio sobre Hitler fue un gran impactó en mi vida.
-La injustica y muerte de miles de inocentes.
-No se – se encogió de hombros, cruzó las manos detrás de su cabeza y cerró los ojos – En parte, es difícil de explicar.- explicó un poco tenso
-Entiendo
-Bueno, basta de plática y entremos a la piscina
-¿Ahora? – miré su rostro con su expresión de "Ajaa" – Entra tú primero, yo... debo.. – Tartamudeé - mm, entraré después de ti
-Está bien – se acercó a una silla y se quito sus zapatos y elevó su camisa por encima de sus brazos haciendo que me atragantara con el propio aire – Volviendo al tema ¿Sabes que mi cuñado Minho es nadador?
-Mm, lo recuerdo – dije sin apartar la vista de sus espalda. Era fuerte, pero se veía suave, sus omoplatos resaltaban de una manera peculiar y sus hombros relajados, haciendo que la línea de su espina dorsal se viera tan increíblemente atractiva.
-¿Disfrutando la vista? – preguntó dejándome saber que no había apartado al vista de su cuerpo y no tenía que tener un espejo para saber que mi cara se estaba poniendo roja
-No te estaba mirando – espeté
-Sí, claro – bufó
-Es enserio. ¿Qué tendría que ver? – traté de parecer seria, pero creo que no funcionó teniendo en cuenta la vista de su pecho descubierto ahora y sus ojos se encontraron con los míos en un instante, sin poder apartar la mirada de ninguna manera. -Yo solo....

- L. Joe

¿Un grito?

-L. Joe

¿Qué es eso?

-Oppa

¡Maldición!

La puerta de cristal que daba a la piscina se abrió y por ella entraron dos rubias pálidas. La primera tenía ojos azules y era muy flaca. Además, tenía una bolsa roja en su mano combinando el color de sus labios, mientras que la otra estaba de rosa. La segunda era de ojos verdes y ambas vestían shorts d mezclilla y el escote de sus camisa podría ser clasificado al menos con una X. Corrieron a los brazos de Byunghun quien ni se inmutó a mi presencia.

-¿Cómo? – logró preguntar sorprendido mientras cada una besaba su mejilla
-No había nadie en la entrada así que decidimos pasar y buscarte. Además ya sabemos dónde queda la mayoría de las partes de la casa.

En estos momentos quisé pegarme por haberle dejado la noche libre a los porteros. No... se lo merecían, se merecían el descanso. ¿Así que pasaron, así como así? En parte es por la apuesta, no la ha completado. ¿Cuántos días le faltan? Una semana. Pero, lo más que me incomoda es que a pesar de todo, la interrupción no pareció importarle. Fue como si lo que hablara se hubiera desvanecido o nunca hubiera ocurrido. Pasos sus brazos por la cintra de ambas chicas y ellas se sentaron junto a él – o sobre él – en la silla. La ojos verdes le sonrió batiendo sus pestañas y se acercó para darle un beso en los labios – del cual por cierto no se quejó – pero poco a poco algo en mi estomago se retorcía.

-¿Vinieron solas? – les preguntó Byung mientras la de ojos azules hacia algo con su celular y negaba con su cabeza.

-Viene el grupo de siempre – respondió de lo más normal. Solo que no lo era. Yo no estaba en ese grupo.

Y nunca lo estaría.

Observé como disimuladamente ellas me observaron y levantaron sus bien delineadas y coloreadas cejas. Y claramente no me sentí cómoda. Tenía un traje de baño debajo de esta camisa y mis pies descalzos y le sumamos mi cabello suelto. Suspiré aguantando las ganas de retorcerme frente a ellos al estar tan expuesta y cuando se enfrascaron en una conversación, comencé a caminar con cuidado para salir de allí.

-¿Todavía tiene tequila por ahí? – preguntó la voz chillona de una de ellas
-Sí, seguro

Con esas últimas palabras me adentré a la casa y subí a mi habitación. Furiosa conmigo mismo, por ser tan vulnerable y dejar a mi mente inconscientemente mirar a un lugar al cual no debe. Furiosa con Neira por haberme hecho vivir aquí y furiosa con Byunghyun por hacerme sentir tan poco.

Sí, seguro
Pero ya no más. Tomé una ducha caliente y me puse mi ropa de dormir para envolverme en las sabanas y tratar de ignorar esas palabras mientras mis ojos se apagaban. Aunque no pudiera verme, aunque estuviera oscuro, sabía que mis ojos no eran iguales ahora.

Sí, seguro

Eso fue lo último que me dijo cuando nos conocimos.


Y tan siquiera lo recuerda

Beating Fast (By: HwangT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora