Vulnerabilidad.

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Cerré la puerta detrás de mí y me quite los zapatos en la alfombra principal. Caminé hacia la cocina y me encontré con la señora Park, la empleada de mediana edad de Byunghun. Más bien es mi "Nana" desde hace algún tiempo.

-¡Nana! – exclamé y levantó su cabeza sorniendo mientras cortaba algunos vegetales. Dejé caer mi molchila sobre la mesa y fui a donde ella para darle un abrazo.
-Mi niña llegó temprano – dijo sorprendia y reí
-Mm – tomé asiento frente a ella en una silla alta de la barra y comencé a pelar algunos algos que estaban en la mesa – El profesor de mi clase de por la tarde esta con su esposa que esta de parto en estos momentos y Neira parecer que se encuentra debajo de la tierra así que regresé. No tenía nada más que hacer.
-Ve y toma una ducha. Para cuando baje otra vez, el almuerzo estará listo – me tomó del brazo y me sacó de la cocina junto con mi molchila mientras me reía. Ella no cambiaba.
-Esta bien – corrí escaleras arriba y acomdé mi molchil a un lado del sofá.

Entré al armario para sacar una ropa comoda y cuando terminé la puerta no cerró. Mi vista calló en el baúl del suelo, miré la repisa y nuevamente al baúl, se debe de haber caído en algún momento. Suspiré dejando mi ropa a un lado y me arrodillé frente al baúl. Observé la madera antigua pero bien tratada a su alrededor. Pasé mis dedos alrededor de las amapolas talladas. Tenía doce años y me había obsesionado con ellas. Mis dedos llegaron a la pare más oscura. Su inscripción.

H. A. M.

Siempre que las veía me reía de cómo casualmente habían quedado. Siempre diciendole a mis padres que mis cosas eran como pequeños jamones debido a la abreviatura de mi baúl. Pero ahora no causa risa, absolutamente nada. Coloqué el baúl en la repisa nuevamente y me alejé del lo más posible. Tenía que dejar eso atrás, tal como en la inscripción. Cerré la puerta del armario con toda la fuerza posible y tomé la ropa para ir a darme una ducha.


Dos horas después me encontraba comiendo junto a nana y las otras dos chicas de servicio. Entre risas y mini historias terminamos de recoger todo.

-Mmm nana
-¿Si?
-¿Has visto a Byunghun?
-No – su ceño se frunció y suspiró – Salió temprano para no se donde y no ha vuelto.
-Ahhh – quizás.... Quizás no me quiera ver después de todo. Empujé toda fantasia a un lado y sonreí – Necesito tu ayuda Nana – dije llamando su atención. – Necesito ayuda, para hacer algo especial

Mi hermano.

-Claro. ¿Para qué ocasión?
-Un cumpleaños – respondí y me pusé a pensar... ¿Qué haría que el sonriera a penas al verme? –Un pastel especial estaría bien.
-Claro – respondió y se puso a buscar una libreta con recetas de distintos postres - ¿Te doy la receta o te enseño a hacerlo? – preguntó cuando se detuvo en una página y me mostró el diseño.
-No te preocupes, tengo experiencia en esto. Y ese – señalé al dibujo de tres amplias franjas de diferentes colores con una decoración hecha de crema de vainilla y fresas con chocolate – Es perfecto – terminé de decir sonriendo y me entregó la receta.

Luego me señaló donde estaba cada cosas y finalmente su tiempo terminó. Me quedé sentada en la mesa del comedor repasando los ingredientes y el proceso que debería hacer. No era tan dificil como parecía, solo llevaría tiempo.

- ¡Ahí estas! – gritó alguien y salté del asiento aterrizando en el suelo. Byunghun había regresado y ni cuenta me había dado.
-Auchh – dije al tocar mi pierna – Me saldrá un moretón – me quejé y me lavanté meintras el tomaba asiento. Regresé a mi silla y le quité los papeles que había tomado en sus manos.
-Mala tuya – contestó sencillamente
-¿No tienes nada mejor que hacer?
-No -contestó - ¿Por qué te fuiste ayer de la nada? ¿No sabes lo preocupado que estaba de que algo te hubiera pasado? – preguntó seriamente
-No – contesté – Se te veía entretenido – y la mueca en mi boca, mostró su total desconfrome
-Solo eran unos amigos
-Mm – me encogí de hombros – Total no soy nada tuyo, no tienes que darme explicaciones
-Pero estabamos juntos Hwang – espetó y un escalofrío recorrió mi cuerpo. "Estabamos juntos"
-Me sé cuidar sola – lo fulminé con la mirada
-Pero yo estaba preocupado – su voz gruesa comenzó a subir – Ni siquiera pudiste ir a donde mi y decirme que te ibas
-Yo...
-¿Qué? – preguntó exasperado
-No me agradaban esas personas – contesté despacio
-¿Por qué no me lo dijiste entonces? – preguntó suavizando el tono de voz
-No queria molestarte
-Me lo hubiera dicho desde que Clara y Sei Ra llegaron
-Como si hubiese sido diferente – rodee los ojos
-Pues sí – contestó y observé un rayo de descepción en sus ojos – No dijsite nada, así que pensé que todo estaba bien. Pero si hubiera dicho algo, las hubiera sacado. Estaba tan sorprendido que ni me di cuenta de que pasaba realmente.
-Mjm – contesté sin creerle
-Mira Hwang, se qué piensas que soy un bastardo despiadado sin corazón ni sentimiento que solo se aprovecha de las mujeres pero te equivocas – dijo secamente, en un tono muy frío y la culpa se instaló dentro de mí. Pero no quería que me viera vulnerable así que volví la vista a la receta nuevamente

Fresas
Chocolate
Harina
Huevos
Leche
Mantequilla

-¡Ey! Alguien esta enojada – dijo tratando de buscar conversación - ¿Por qué lees sin espejuelos? ¿Se te rompieron ratoncita?

¡Auch! Eso si dolió

-¡Dejame en paz! – grité irritada, tomé los paeles y salí de la cocina dejandolo con la boca abierta. Y juro que lo esuché murmurar un "No se como tratan a las chicas" Pero esa imposible ¿Cierto? ¿Siempre iba a ser así? Suspiré y me tiré en la cama. ¿Le gustará la sorpresa a mi hermanito? ¿A ellos les gustará verme denuevo? Probalemente sí, pero.... ¿Me hará bien a mí recordar? Abrí la enorme sabana y me arropé con ella, sin importar que fuera tarde. Cerré mis ojos y me tranquilicé, no debería pensar así. Silencio, tranquilidad.

-Lo siento – susurraron en mi oído y me tensé. Reconocería ese fuerte olor masculina en cualquier lado. Presioné cerrando mis ojos más todavía.
-Se que estas despierta Hwang. – bueno, tal vez no se iría como pensé. Rodé por la cama y me costé de lado. Silencio. 1, 2, 3, 4, 5, 6....
-¿Qué haces? – chillé abriendo los ojos cuando sus manos me atrajeron hacia atrás.

No se había ido. Se metió dentro de la sabana y se acostó detrás de mí, con sus brazos sobre mi cintura. Mi respiración comenzó a descontrolarse. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

-Hata que me perdones – murmuró contra mi pelo. ¡Mierda! Lo había dicho en voz alta.
-Ya, esta bien –murmuré – Te puedes ir – me removí un poco pero su amarré se apreto. ¡Doblemente mierda! ¿Ahora como salgo de aquí?
-No lo harás por un rato – respondió
-En verdad que debo dejar de pensar en voz alta – gemí un poco exasperada
-Yo no lo creo – rió e inevitablemente una risa brotó de mi. ¿Cómo podía ser tan dulcemente bipolar? Escondió su rostro en mi cuello y el pulso se disparó como un motro nuevo en busqueda de adrenalina. Mi cuerpo se tensó.
-¿Qué? – un jadeó escapó de mí cuando me apretujó
-Nada – contestó riendo
-Mm... ahora que estas calmado ¿Puedo preguntarte algo?
-¿Qué cosa?
-¿Puedo usar la cocina yo sola mañana? – di que sí, di que sí, di que sí
-Tranquila – rió – Claro que sí – Ouh... había pensado en voz alta otra vez. Un leve rubor cubrió mi rostro. Es como si pudiera leer mis pensamientos.
-Tierna – dijo al ver mi cara roja
-Aishh – me quejé
-Solo duermete – murmuró contra mi cuello y presionó sus labios contra él.

No, no, no Hwang, el no debe estar consciente de lo que hace. Mi cuerpo se relajó cuando escuché su respiración suavizarse y sin poderlo controlar me acomodé dentro de su agarre y decidí controlarme. Inhala y exhala, dentro de los brazos que siempre quisiste que te sostuvieran. ¿Era un sueño? Pero no, sonreí y cerré mis ojos nuevamente dejandome llevar por morfeo y la respiración acompasada de Byung.

Beating Fast (By: HwangT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora