Capítulo 23

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KyungSoo

Nueve años después de la boda

JongIn llegó a casa al atardecer. Había reservado mesa en nuestro restaurante favorito por nuestro noveno aniversario, un pequeño local que servía comida rústica francesa. Jeongyeon había accedido a cuidar de Minji y de Jihye, aunque, teniendo en cuenta que tenían nueve y casi doce años respectivamente, aquello iba a ser más bien una fiesta de pijamas. Ya era necesario vigilarlos las veinticuatro horas del día, aunque nunca se traían nada bueno entre manos.

Acabábamos de terminar un delicioso paté de hígado con pan brioche caliente y dos copas de Viognier, mi vino blanco favorito, cuando hice acopio de todo mi valor.

—¿Sigues sin querer más hijos?

Mi intención había sido preguntarlo con voz queda y calmada, pero, en vez de eso, lo había soltado de sopetón.

JongIn bajó la copa despacio y enarcó las cejas.

—¿Estás...?

Le dediqué una miradita y luego alcé mi copa, prácticamente vacía.

—¿En serio? ¿De verdad crees que me bebería dos copas de vino si estuviera embarazado?

Se rio entre dientes.

—Ni se me había ocurrido.

—Alfas... —murmuré, pero no pude evitar sonreír—. Bueno, entonces..., ¿qué me dices?

Estaba extrañamente nervioso por aquello. JongIn y yo hablábamos de casi todo, a excepción de los detalles del trabajo que él consideraba demasiado brutales para mí... y del secreto sobre Minji y Jihye que yo seguía llevando en lo más hondo de mi corazón.

JongIn posó una mano sobre la mía.

—¿Quieres otro hijo?

Otro hijo. No un hijo, ni mi propio hijo. Habíamos recorrido un largo camino, y ahora ya no cabía duda de que Minji y Jihye eran hijas mías también.

—Siento que nuestra familia aún no está completa. Quiero volver a tener un bebé al que acurrucar.

—También lloran, vomitan y cagan, y, cuando ya no lo hacen, te montan los peores berrinches. ¿De verdad quieres volver a pasar por eso?

Sonreí.

—Sí.

JongIn negó con la cabeza, como si yo estuviera loco, pero por la expresión amable de sus ojos supe que lo había convencido.

—¿Entonces?

—Si quieres otro bebé, lo tendrás.

—Pero ¿y tú? No quiero que me des un bebé solo por hacerme un favor.

JongIn se inclinó sobre la mesa.

—Créeme, darte un bebé no me supondrá ningún esfuerzo. —Le golpeé suavemente el antebrazo y él siguió en voz todavía más baja—. Me encantaría tener un bebé contigo.

—Podríamos empezar a intentarlo hoy —susurré antes de subir el tacón por la pernera de su pantalón con una sonrisa.

Estaba irresistible con aquel traje ajustado.

Una de sus comisuras se elevó.

—¿Seguro que quieres perderte el canard à l'orange y el crêpe Suzette?

Oír a JongIn hablar francés, aunque solo fuera para elogiar un plato de pato en salsa de naranja y unas tortitas, fue casi demasiado para el poco autocontrol que me quedaba.

Tentación | KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora