Capítulo 21

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JongIn

KyungSoo organizó la primera fiesta de cumpleaños de Minji en enero, preparó una tarta y lo decoró todo con globos. Mi familia llegó sobre la hora del té.

Minji ya había dado sus primeros pasos y seguía a KyungSoo como un cachorrillo. Era demasiado pequeña para recordar a su madre. Para ella solo existía KyungSoo.

SeHun, su omega y sus dos hijos también estaban invitados. En un momento de tranquilidad, este se acercó a mí.

—Ha conseguido que Jihye vuelva a hablar.

Asentí y seguí a KyungSoo con la mirada. Enderezó el girasol en el pelo de Minji. El vestido de mi hija también era de girasoles. Estaba adorable, así que yo había dejado de protestar.

—Sí. Es muy buena con las niñas.

—Y contigo —comentó SeHun con una sonrisilla sugerente.

Entrecerré los ojos.

—Venga ya, JongIn. Es como si te hubieses caído en la fuente de la juventud..., hasta estás menos gruñón que en el pasado. Me alegro por ti.

No dije nada.

—Tu padre ha hablado conmigo. —Por el cambio en su voz, supe que no iba a gustarme lo que estaba a punto de decir.

—¿Qué quería?

—Me pidió que tuviera una conversación contigo con respecto a lo de tener un hijo con KyungSoo. Cree que deberías estar preparado para cualquier eventualidad.

—¿Eventualidades como que Jihye no sea hija mía? —pregunté, brusco.

SeHun se encogió de hombros.

—Es una opción, y una bastante probable, además.

—No necesito otro hijo, ni tampoco que tú o mi familia se metan en mis asuntos.

Levantó los brazos.

—No era mi intención entrometerme. Por eso te lo he contado. Pero tu padre no va a dar su brazo a torcer. Está preocupado.

—Si aceptara que Jihye y Minji son hijas mías, podría dejar de preocuparse.

—Pues díselo tú.

Me dirigí hacia mis padres, quienes estaban hablando con Jeongyeon, que, a su vez, arrullaba a su hijo recién nacido en brazos. Se la veía agotada.

—Déjalo ya, padre.

Sabía perfectamente a qué me refería, y no necesitaba que le diera más explicaciones.

—Solo intento pensar en tu futuro.

Señalé a Jihye, que tenía a Minji agarrada de la mano porque esta todavía se mostraba algo inestable sobre su propio pie.

—Ahí está mi futuro. Fin de la historia.

Mi madre me tocó el antebrazo.

—Nosotros los queremos, pero...

—Sin peros.

Intercambiaron una mirada y luego asintieron de mala gana.

Jeongyeon me dedicó una sonrisa orgullosa.

Esperaba que el asunto se hubiera zanjado de una vez por todas. Cuanto más indagara mi padre, más probable sería que los rumores llegaran a oídos de los demás.




Tentación | KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora