From and forever

chapter four

Cuando Leena y yo nos separamos, vi que los padres todavía se estaban saludando y todo eso.

Leena fue a saludar a Luke y Liam. Tanner y Olivia se metieron en su conversación.

Al lado, Walker me estaba mirando fijamente. Al fin y al cabo no puedo ignorarle todo el rato porque voy a vivir prácticamente con él, ¿no?

Él vino hacia mí. Raro, pero real.

Nos quedamos frente a frente durante unos segundos sin decir nada.

- Hola -

Yo me quedé callada. No sabía qué decir.

- Hola -

Él se veía nervioso. Hice lo primero que se ocurrió. Darle un abrazo.

Él me abrazó también, incluso más fuerte. Al final, él no sabe cuántas veces he llorado por él, porque le echaba de menos o porque sabía que nunca me iba a mirar como yo le miraba a él.

- Te he echado de menos como no puedes imaginar Belly -

Cada palabra se escuchaba diferente a como cada persona la decía. Quiero decir, él hacía que las palabras sonaran de una manera distinta.

- Yo también Walker -

Cuando me separé, vi que una lágrima se le salía de los ojos. Sé que me ha podido echar de menos, ¿pero hasta para llorar? No sé, me refiero, nunca le he visto llorar. Sólo una vez

Le quité la lágrima de la mejilla porque no me gustaba verle así, aunque yo ya estaba llorando mares.

Él me volvió a abrazar. Este abrazo se sintió diferente. Como si me quisiera decir algo más a parte de que me echaba de menos.

Aunque no quisiera, me separé de él.

Fui a saludar a Tanner. Aunque no me gustaba admitirlo, el abrazo de Walker me hizo llorar, y mucho.

Tanner estaba feliz, ya que no nos conocía, era como hacer amigos nuevos para él.

Después fuimos a saludar a los Scobell.

No paraban de decirnos que habíamos crecido mucho, que estábamos preciosos...

Walker y sus hermanos estaban saludando a mis padres.

Cuando ya todos habíamos saludado a todo el mundo, entramos a la casa. Mis padres duermen en la habitación de invitados.

Y nosotros nos dividimos en chicos y chicas, es decir, Walker, Luke y Liam en la habitación de Walker, Tanner en su habitación con Olivia, y yo con Leena en la suya.

Cuando ya desempaqueté lo necesario para un par de días, pedí permiso para dar una vuelta por ahí.

Cogí mi bici.

Todos sabían que no iba a dar una vuelta. Sabían exactamente a dónde iba.

Estaba de camino hacia mi destino. Me lo sabía de memoria.

Cuando llegué a la casa, llamé al timbre.

Me abrió ella.

Había crecido mucho, pero seguía conservando el pelirrojo.

Nada más verme, se quedó paralizada.

Nadie la había dicho que volvía aquí.

Nos quedamos así, sin exagerar, un minuto.

- ¿Belly? -

Ahí lo supe. No sé había olvidado de mí.

- Emma -