From and forever

chapter thirteen

- ¿Puedo pasar? - al no oírle decir nada me autoinvité. - Hola Walker -

- Hola -

- Me he fijado últimamente que desde hace como un mes estás como.... no sé, ¿raro? -

- Estoy bien - dijo fingiendo una sonrisa.

- Walker... Puedes contármelo, y lo sabes. Sabes que no se lo voy a decir a nadie -

- Tú ya sabes qué me pasa, Belly - ahí se confirmaron mis temores que llevaba arrastrando desde que dejé de hablarle.

- Es porque te he dejado de -

- No lo digas. Sabes perfectamente que es por eso -

- Walker... Yo -

- No te molestes Belly, ya da igual -

- No, no da igual -

- Sabes que es lo que pasa cuando se trata de tí -

- Pues no, no lo sé -

- Belly por favor - medio bromeaba.

- No te entiendo -

- Sí me entiendes -

- Es que, no sé siempre hemos sido amigos, pero, nunca te había visto así por algo relacionado conmigo. ¿He hecho algo sin darme cuenta o...? -

- Tú ya te has dado cuenta - dijo para irse de su cuarto. - Adiós Belly -

Esta conversación me ha dejado un sabor amargo. No sé, no me lo esperaba así. Fui abajo a continuar la conversación, pero Walker no estaba allí.

- ¿Habéis visto a Walker? -

- Por aquí no ha pasado, estaba en su habitación -

- Vale, gracias -

- ¿Por? -

- Curiosidad -

- Ah - contestó finalmente Liam.

Salí al porche. - ¿¡Walker!? - pero nada.

- ¡Wa...! Ah, hola papá -

- ¿Qué te pasa con Walker hija? -

- ¿A mí? Nada, que va -

Él alzó una ceja. - No me lo creo, así que ya me lo estás contando -

- Que no pasa nada papá, te lo digo en serio -

- Yo no quiero que me lo digas en serio, quiero que me digas la verdad - habló serio esta vez, cosa que me incita a contarle por lo que me pregunta.

- Walker y yo... Las cosas están raras, papá. Yo, sólo quiero volver a ser su amiga, y reír con él hasta que me duela el estómago, hablar con él hasta que se me seque la boca, jugar con él hasta que no tenga más fuerzas ni para dar un sólo paso más... Papá, echo de menos todo eso, y no va a volver por mi culpa - hablé yo esta vez, con un nudo en la garganta.

- ¿Y no se te ha ocurrido que a Walker le puede pasar lo mismo? -

- No le pasa lo mismo papá, te lo aseguro -

- Tú qué, ¿ahora le lees la mente? -

- Bueno, no es que haga nada para pensar lo contrario -

- Mira hija, si he aprendido algo con toda la mierda de la adolescencia, es que hablar y solucionar las cosas es bueno, aunque te cueste y eso dañe tu orgullo - hizo una pausa. - Yo ya hablé con Walker de tí y de él, y yo que tú hablaría con él, y me ahorraría todo este rodeo realmente innecesario que os estáis montando -