chapter twenty one

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Ya estamos a diciembre, concretamente a 20. Os cuento un poco qué ha pasado en estos tres meses. Walker y yo seguimos siendo mejores amigos, estamos más unidos que nunca. Liam y Emma siguen enamorados como unos tortolitos, al igual que Luke y Leena. Madison... bueno, se podría decir que sigue siendo Madison, no hace bromas tan pesadas, pero tampoco me deja tranquila.

Estoy en mi habitación, en el sofá, ya que la semana pasada terminé todos mis exámenes de este semestre.
Leena se ha presentado voluntaria para ayudar con los preparativos del baile de Navidad, intentó que me apuntará, claro, pero después de mucho insistirla me dejó en paz.

Liam está con Emma en su casa merendando, los niños pequeños están con los padres en el centro comercial, Luke está en el instituto entrenando, ya que el penúltimo día de instituto tenemos el último partido del semestre. Soy la única que está en casa, porque Walker ha salido a la tienda de la esquina a por palomitas, ya que vamos a ver una película en su habitación.

Walker salió hace unos cinco minutos, lo que quiere decir que ya estará de vuelta hacia aquí, así que me levanto hacia la cocina a preparar la bebida: dos cocacolas. Cuando estoy sentándome en el sofá oigo a alguien dar golpecitos a la puerta. Intuyo que es Walker, así que me levanto hacia la entrada.

- Ya estabas tardando - digo.

- Yo no ando a 100 kilómetros por hora, princesa -

¿He dicho que me llama princesa? Salió por una broma que hicieron los padres en una cena, en la cual enseñaron una foto mía con el famoso disfraz de Rapunzel.

- Vale, Walkie Talkie - digo sonriendo por lo bajo.

Él rueda los ojos y se dirige conmigo hacia al salón.

- Bueno, ¿cuál vamos a ver? - pregunto, ya que no me había dicho qué película iba a ser la que íbamos a ver hoy.

- Una de miedo, Terrifier - dice lo más tranquilo del mundo.

- Y una mierda, me niego - me quejo.

- Qué pasa, ¿te da miedo? Ohh, te da miedo - me pica.

- No es que me dé miedo, es que justamente esa película es... Agh, da mucho asco - digo con cara de desesperación.

- Pues te aguantas, princesa - dice sonriendo de oreja a oreja.

- Pis ti agintas princisa - digo en tono de burla, a lo que él responde con una carcajada, la cual hace que el corazón se me acelere un poquito. - Venga, dale al play, cuando antes empecemos antes terminamos -

- A sus órdenes, princesa -

- Dios mío, no te cansas eh - ruedo los ojos.

- Nunca -

Me despierto y son las siete. Hoy es el penúltimo día de clase, en el cual Luke juega de capitán en el último partido del semestre. Al bajar me encuentro a Walker sentado en la mesa.

- Hola Walk -

- Ah, hola princesa -

- ¿Dónde está Lee? No estaba ni en la habitación ni en el baño -

- Se ha ido con Luke al colegio - yo espero más explicaciones, así que espero callada. Al ver que no tiene intención de darlas, le pregunto.

- ¿A qué? -

- Pues Luke tiene el partido, como ya sabes, y Leena está en el comité del baile. Entonces Leena tenía que estar allí antes o yo qué sé, no estaba prestando mucha atención cuando me lo dijo. En resumen tenían que estar allí antes -

- Qué asco el baile, ¿no? -

- ¿No te gustan? -

- No, no me llaman mucho la atención,  están muy idealizados -

- Por qué -

- Porque, imagínate que eres una chica súper popular, y eres muy guapa y todo eso. Todos los chicos están detrás de ti pidiéndote que vayas al baile, tú rechazas a todos esperando que el capitán del equipo de fútbol o de baloncesto te lo pida, cosa que hace. Pero claro, luego estamos las chicas que no estamos buenas para tirar cohetes, y que decimos que sí al primer chico que nos lo pide, porque tenemos miedo de que si le decimos que no, consiga a otra chica, y te quedes la noche del baile en tu casa comiendo helado de chocolate y viendo películas tristes -

Él se queda callado ante mi no preparado discurso.

- Te juro que voy a hacer que en nuestra graduación el director te haga dar a ti el discurso - dice después de aplaudir unos segundos. Yo ruedo los ojos y voy hacia el cajón, cojo cereales, un bol y leche.

Después de un rato, a las ocho menos diez, Liam sale de su habitación corriendo con los pantalones a medio poner y la camiseta arrugada. Va diciendo cosas como que no nos vayamos sin él, que tarda un minuto en prepararse. Nosotros esperamos en el porche. Como Liam no sale todavía, yo me empiezo a desesperar. Sólo un poquito.

- Walker, vamos a llegar tarde, este niño es tonto, te lo juro. Le voy a matar, si es que le voy a matar -

- Tranquilízate, anda - dice sin apartar la vista del móvil. - Vámonos en bici anda, que este va a salir ya, y nos mata por no ir con él -

- Va a llegar tarde, lo sabes, ¿no? -

- Por eso le vamos a dejar aquí su bici, vamos -

Después de eso me monto en mi bici y empezamos a pedalear a la máxima velocidad que nos permiten nuestros pies. Después de unas siete calles pedaleando a toda leche, llegamos al instituto a menos tres minutos. Entramos corriendo, hacia nuestra clase. Al llegar todavía no ha sonado el timbre, así que nos paramos en frente de la puerta abierta.

- Y... en mi opinión... tú... no eres una chica del montón - dice intentando recuperar el aliento.

- Qué mono por tu parte - digo irónicamente, aunque en realidad los dos sabemos que va en serio. Justo después de decir eso vemos a la profesora detrás nuestra.

- Buenos días, señorita Bennet - decimos a la vez.

- Llegáis justo a tiempo - dice la señora. - ¿Seríais tan amables de entrar y dejar la mochila, y hacerme un favor? -

- Por supuesto - dice Walker sin dejarme hablar a mí. Me coge la mochila y entra a clase, después de unos segundos vuelve a salir. - ¿Qué desea, señorita Bennet? - dice con cara de niño bueno.

- ¿Podríais ayudar a los chicos del comité del baile? -

- Verá es que... - empiezo a protestar.

- Lo haremos encantados. Muchas gracias por elegirnos, señorita Bennet - me interrumpe Walker, para luego arrastrarme contra mi voluntad, con la profesora de fondo dándonos las gracias.

- Te odio - digo al llegar al gimnasio.

- Sabes que no - me guiña un ojo, y va hacia Leena.

Habla con ella unos segundos, y me mira a mí. Acto seguido se me acerca.

- ¡Con que al final sí que te has presentado voluntaria! - habla emocionada.

- No, en realidad... -

- Va a ser muy divertido, ¡ya verás! - justo después de eso veo a Walker un poco detrás de Leena riéndose a carcajadas silenciosas.

- Eh, tú no te rías que también vas a ayudar - él deja de reír de inmediato. - Vale, como sois unos vagos de calidad, os vais a encargar de la comida. Lo único que tenéis que hacer es traer las bolsas que están en la sala de profesores, en el armario de la derecha de la mesa. Tampoco es tanto - dice antes de que nos quejemos. - Ah, y como hagáis algo, lo que sea, os váis a cagar - dice acercándose, muy seria, señalándonos con el dedo índice. - ¿Capizzi? - dice ahora sonriendo.

- Capizzi, capizzi - decimos mirándola como si fuera un monstruo que acaba de convertirse en una mariposa.




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From and foreverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora