*Aquí les traigo otro cap por dejar sus comentarios en el anterior, se lo ganaron*
|FIESTA SINÓNIMO DE PROBLEMAS|
Si ves una flor marchita no quiere decir que esté muriéndose, sino que puede estar pasando por un período de transición. Son un recordatorio de que incluso en los momentos más difíciles, hay esperanza y renovación. Así como las flores renacen en primavera, nosotros también podemos encontrar la fuerza para florecer.
—¿Estás segura que quieres ir para la fiesta?
—Si, Chiara. Te dije que sí.
—No quiero pensar que vas a ir obligada.
—Para nada, quiero ir. Quiero olvidar y despejar mi mente, aunque sea un rato.
Estaba tirada en su cama comiendo una galleta de chocolate mientras que Chiara sacaba de su armario vestidos para probarse, ninguno le gustaban. En mi opinión, todos le quedaban bien. Se le ajustaban a su curvas y realzaban su belleza natural. Chiara es de esas chicas que roba las miradas de cualquiera, independientemente si sea chico o chica.
—Creo que me llevaré el negro, ¿tú qué opinas?
—Todos te quedan bien, pero depende de tu comodidad.
—El negro será —concluye. Abre una gaveta y saca todo tipo de maquillajes, se sienta en su escritorio y empieza a buscar una tonalidad de acuerdo al color de nuestra piel hasta conseguir el ideal—. Sabes, Azrael se portó muy lindo.
—Estoy segura que su cerebro fue abducido por los alienígenas.
—¿Por qué te cuesta tanto aceptarlo? No siempre se tienen que tratar como perros y gatos. Viven en la misma casa, tienen que aprender a vivir en armonía.
—Lo dudo mucho.
—Jae, cambiando de tema, ¿por qué tuviste esa reacción cuando viste al nuevo director?
Me tenso.
—Si no quieres decírmelo, está bien. Puedes contar conmigo para lo que sea.
Mi mente vuelve a esa sala donde él hablaba. No puedo evitar sentir un nudo en el estómago al recordar su mirada fría y penetrante, no ha cambiado. No quiero preocupar a Chiara con mis preocupaciones, prefiero no decirle nada por el momento. Puede que Niccoló no me recuerde, han pasado doce años desde que fui adoptada por los Marchetti.
—Te quiero.
—Yo igual —sonríe—. Eres como esa hermana que mis padres no me dieron.
—Ya te pusiste sentimental.
—Soy buena actriz, merezco un Óscar.
—Quisieras ser actriz.
—Soñar no cuesta nada mi Jae.
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Sonrisa rota de cristal
Novela JuvenilDespués de la pérdida de sus padres, Jaelyn es adoptada por una familia de millonarios. Es ahí donde conocerá a Azrael, ese encantador chico de sonrisa angelical. Lleva el nombre del ángel de la muerte y Jaelyn descubrirá porque él lleva ese nombre...