¿Valle Azul? ¿Qué es lo que olvidé? ¿Acaso tengo un pasado del que no soy consciente? ¿Qué significa todo esto? ¿Qué es lo que realmente estoy buscando? ¡¿Qué?! Sí, estoy asustada, y cómo no estarlo. Siento que hay sombras de recuerdos perdidos que...
Alessia giró a mirar justo cuando Edilian se acercaba al autobús escolar con su habitual sonrisa sarcástica y aire de rebeldía. Su presencia imponente contrastaba con la atmósfera académica del lugar.
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— Hey Damisela...¡Alessia! —exclamó Edilian, dejando escapar una risa seca —Parece que hoy es tu día de suerte. Tendrás el honor de tenerme como tu guía exclusivo—
Beatriz, que se había vuelto al escuchar el nombre de Alessia, se sorprendió al verla hablando con Edilian. Su rostro reflejaba una mezcla de asombro y celos, pero rápidamente adoptó una expresión de falsa amabilidad.
—Hola, Edilian, soy Beatriz, amiga de Alessia...—dijo Beatriz con una sonrisa forzada, acercándose para interponerse entre él y Alessia— ¡Qué casualidad encontrarte aquí! ¿Trabajas como guía ahora?—
Edilian arqueó una ceja, claramente divertido por el intento de Beatriz de llamar su atención.
—¿Acaso me ves con el uniforme de los empleados del Museo? Beatriz.....—respondió con desdén— Estoy aquí porque quiero y ya —Luego, giró su atención de nuevo hacia Alessia, ignorando deliberadamente a Beatriz.
Los demás amigos de Alessia, Leandro, Kevin y Andrés, se acercaron, claramente sorprendidos de que Alessia conociera a Edilian, especialmente con la familiaridad que él mostraba hacia ella.
—¿En serio conoces a Edilian Muller? —preguntó Andrés, levantando una ceja en incredulidad
—No sabía que tenías amigos tan interesantes, Alessia —comentó Kevin, mirando de reojo a Edilian con una mezcla de respeto y desconfianza.
Leandro, por primera vez decidió quedarse callado.
Edilian, impaciente y con la intención clara de llevarse a Alessia, replicó con un tono cortante:
—Escuchen, este lugar es aburrido para ustedes —dijo, su voz goteando sarcasmo— Ya conocen todas las leyendas de memoria. No necesitan un guía —miró a Alessia — Pero Alessia aquí necesita un tour privado. No quiero que sufra la misma suerte de aburrirse como ustedes—
Beatriz, con un aire de indignación apenas disimulado, interrumpió:
—¡Eso no es justo, para nosotros! —protestó, tratando de sonar ofendida— Todos queremos escuchar las historias. No solo Alessia—pero había una clara nota de celos en su voz.
Edilian, disfrutando visiblemente de la molestia de Beatriz, sonrió con crueldad.
—La vida no es justa Beatriz —dijo, con un rastro desprecio — Pero no eres tú a quien quiero llevar por un tour hoy —luego, se dirigió a Alessia— Vamos, Alessia. No tenemos todo el día—
Alessia, aunque incómoda por la atención, se debatía entre la lealtad a sus amigos y la curiosidad por saber más de las leyendas de Valle Azul. Antes de que pudiera tomar una decisión, Dorian apareció, dejando atrás a su grupo de amigos vampiros.
