Capítulo 20 / No es un cuento de hadas

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Después del caótico y desafortunado incidente con Edilian, Dorian, Cedric y sus hermanos, la calle volvió a su bulliciosa normalidad. Aquella gitana que vendia sus amuletos dirigió su mirada hacia Alessia y misteriosamente se retiró del bullicio de las perosnas. Mientras que Alessia y Andrés continuaron su paseo por Valle Azul, disfrutando de la mañana soleada. Mientras caminaban, Alessia notó una carpa de colores vibrantes al final de la calle, con un letrero que decía: "Lectura de la Fortuna: Descubre tu Destino".

—¡Mira, Andrés! Una gitana que lee la fortuna —exclamó Alessia emocionada— ¡Vamos, siempre he querido probar una de estas!—

—No sé, Alessia —respondió Andrés, frunciendo el ceño—No creo en esas cosas, solo son trucos para sacarte el dinero—

—Vamos, será divertido —insistió Alessia, ya caminando hacia la carpa sin esperar una respuesta.

Dentro de la carpa, el ambiente estaba cargado de un misticismo palpable. La suave luz de las velas iluminaba la figura de Layla, una gitana de mirada profunda y sonrisa enigmática. Sus ojos parecían brillar con un conocimiento oculto, y su vestimenta exótica añadía un aire de misterio a su presencia.

—Bienvenidos, mis queridos —dijo Layla con una voz suave y melodiosa—¿Quién desea conocer su destino en esta mañana tan especial?—

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—Bienvenidos, mis queridos —dijo Layla con una voz suave y melodiosa—¿Quién desea conocer su destino en esta mañana tan especial?—

—Yo, por favor —respondió Alessia, sentándose frente a Layla con entusiasmo —Me llamo Alessia—

—Alessia... un nombre hermoso para un alma curiosa —dijo Layla, tomando la mano de Alessia y mirándola con intensidad—Veo que tu corazón está lleno de preguntas y que anhelas descubrir secretos que otros ocultan. Pero te advierto, niña, nada es lo que parece en este lugar—

—¿A qué te refieres? —preguntó Alessia, intrigada y algo confundida.

—Valle Azul es un lugar lleno de sombras y engaños —continuó Layla, moviendo sus manos sobre una bola de cristal— Aquí, las verdades se esconden bajo velos de mentiras, y aquellos que parecen amigos podrían ser enemigos. No confíes en lo que ves ni en aquellos que parecen tener buenas intenciones—

Andrés, observando desde un lado, no pudo evitar soltar una risa incrédula.

—Esto es ridículo, Alessia. No le hagas caso a estas charlatanerías—

Layla giró su mirada penetrante hacia Andrés, sus ojos se estrecharon y su expresión se volvió severa.

—Y tú, joven escéptico —dijo con un tono sombrío— La incredulidad puede ser tu perdición. Te advierto que el amor será tu ruina. Morirás por amor, no lo podrás evitar—

—¡Ja! Claro, claro —dijo Andrés, cruzándose de brazos— Me lo tomaré como una broma, señora—

Layla volvió su atención a Alessia, ignorando la actitud de Andrés.

El legado de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora