Capítulo 27/ Sentimientos

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El Señor Muller estaba listo para abandonar la mansión cuando un sirviente se acercó con una expresión perturbada. "Señor, mire esto", dijo, señalando la entrada principal. Muller frunció el ceño al ver la mitad de un conejo blanco con las patitas teñidas de rojo, reposando grotescamente en el suelo de mármol.

Rosali, al notar la expresión de su esposo desde la ventana del salón, salió con premura. Al llegar a la escena, el olor a sangre fresca se hizo más intenso, y su rostro se tornó pálido.

— Cariño —dijo Rosali con voz temblorosa— ¿qué es esto? No puede ser... ¿qué está pasando?—

El Señor Muller, con la mandíbula apretada, miró el macabro hallazgo y soltó un suspiro de frustración.

— Es obra de Antonio, sin duda. Nunca creí que llegaríamos a esto. Esto es una declaración de guerra —dijo con voz fría— Si voy ahora, solo empeorará. Mañana, si Alessia no aparece, esto no se quedará así—

Con un gesto autoritario, Muller tomó la mano de Rosali y ambos regresando a la mansión

Mientras tanto, en la mansión Brown, el aroma penetrante de la sangre fresca alertó a Bruno. Despertó de su letargo, alzó la vista hacia la ventana y vio la mitad del conejo blanco con las patitas rojas en el jardín. La visión le hizo fruncir el ceño y su mente se inundó de ira.

— Malditos Van Dusk —murmuró Bruno mientras descendía por la pared con agilidad vampirica— ¿Qué pretenden con esto? Esto es una provocación, y no la toleraré—

Mientras tanto en la mansión Van Dusk, el despacho de Antonio estaba envuelto en una atmósfera tensa. Andrés Van Dusk entró con pasos apresurados, su rostro mostrando preocupación.

— Padre, ¿qué ocurre? —preguntó Andrés, intentando mantener la calma.

Antonio, con una mirada helada y un aura de autoridad implacable, se volvió lentamente hacia su hijo.

— Parece que olvidaste notificarme sobre algo importante —dijo Antonio, acercándose con pasos firmes— Dime, Andres, ¿qué he hecho para que pierdas el respeto por esta familia?—

Andrés tragó saliva, sabiendo exactamente a qué se refería su padre.

— Padre, no entiendo a qué te refieres —dijo Andres, consciente de la gravedad de la situación.

— Parece que tu lealtad con esta familia se ha quebrado —dijo Antonio con frialdad— ¿Acaso buscas un castigo?—

Andrés trató de defenderse, su voz temblando ligeramente.

— No es eso, padre. Últimamente están ocurriendo muchas cosas extrañas, y estoy intentando encontrar respuestas —dijo Andres

Antonio se acercó a la chimenea y tomó su bastón con un gesto deliberado. Sin previo aviso, le dio un golpe a Andres, que cayó al suelo, escupiendo sangre. Liam y Jhon Van Dusk, al escuchar el estruendo, se apresuraron entrar a la sala, trataron de ayudar a levantar a su hermano Andres

— ¡Déjenlo! —ordenó Antonio con una voz dura— Ahí es donde debes estar, un traidor como él—

Liam, con el rostro pálido por la angustia, trató de razonar con su padre

— Padre, por favor, cálmate. Quizás fue un error o tal vez Andres solo estaba buscando más pistas sobre los cadáveres. Quizás iba a informarte mañana —dijo Liam

Jhon, igualmente preocupado, intentó apoyar a Liam en su intento de calmar a su padre Antonio

— Incluso padre, siempre nos aseguramos de tener todas las pruebas contra los crímenes de los vampiros a la perfección. Andres es muy cuidadoso con todo esto—

El legado de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora