Campeonaaaas

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-Porque tiene que salir tan pronto el vuelo?- pregunté tirándome al asiento de autobús que nos llevaría de la ciudad deportiva al aeropuerto. Hacia cara de muerto viviente y es que era tan temprano que no había amanecido todavía.

-Buenos días por la mañana!- dijo Mapi enérgica mientras se abría paso por el autobús. Bruna se sentó a mi lado y Mapi ocupó el del otro lado del pasillo junto con Ingrid. -Jana cariño, alegra esa cara- me saludo con un abrazo y un beso

-Es que la ha dejado el novio- soltó Alexia que pasaba por allí por chincharme. Un suspiro salió por la boca de la zaragozana.

-No me digas que ya no hay nada con Marc- dijo súper afectada y girándose a ver a Ingrid para comprobar que se enteraba de la noticia.

-Para empezar, no es mi novio - dije ya cansada de que mis compañeras se refirieran a él y Alexia se rio siendo consciente.- y para continuar, no lo hemos dejado, anoche mismo estuve con él.

-Ah claro, por eso vienes tan cansada.- saltó ahora la aragonesa riendo

- Mapii- dije alargando la última i

- Me alegro de que todo siga bien - dijo bromas aparte y después se centró en la conversación que llevaba con la noruega.


Al llegar a Bilbao muchísimos aficionados vinieron a recibirnos, pero muchísimos. Por lo visto las calles se vistieron de blaugrana para la ocasión. Prometía partidazo y ya sólo quedaba decidir el ganador. Nos instalamos en el hotel aunque planeábamos pasar poco tiempo allí. El momento más tenso para todas fue cuando estábamos en el autobús de camino al estadio. No se si sería capaz de describir lo que se me pasa por la cabeza ahora mismo. Obviamente siento tensión, pero lo que más tengo son ganas de salir al campo y mucha adrenalina. Y creo que es un sentimiento que compartimos todas ahora mismo.

Cuando salimos a calentar, el San Mamés rugió en aplausos y nos hizo sentir como en casa. Como ya suponía, Jonatan me había dejado en el banquillo para el inicio del partido. Por eso tuve que vivir desde allí con algunas compañeras el momento de los himnos y demás. Una energía increíble se respiraba entre el equipo desde que habíamos pisado el estadio. El inicio del partido nos dejó a todas calladas y concentradas en el banco. De repente toda la atención estaba dirigida al balón y mis once compañeras que jugaban en el momento.

Nada mas empezar llego la primera tarjeta amarilla. Era para una jugadora del lion, el equipo contra el que nos enfrentábamos, tras haber hecho que Irene Paredes cayera al suelo. Con la mala suerte de que esta se había hecho bastante daño y de momento no se había levantado. Las asistencias médicas entraron al campo y la examinaron haciéndole señas a nuestro entrenador.

-Jana calienta que sales- se dirigió Jonatan a mi dejándome un poco perpleja por lo claro que lo había tenido.- Ya.- añadió y me levanté pitando a calentar junto con el preparador físico. Mientras tanto pude ver como sacaban a mi compañera del campo que prácticamente no podía ni sostenerse de pie.

Tan sólo en el minuto 6 de partido entre en su lugar. Cuando pisé el campo un escalofrío me recorrió de pies a cabeza y la energía me inundó, dejando atrás todas las dudas e inseguridades que había tenido los días anteriores.

Aitana metió un golazo. El primer gol del partido que nos daba ventaja frente al lion y lo celebramos como nunca.  Con ese punto en el marcador jugamos más confiadas.

Prácticamente al final del partido llegó el segundo gol gracias a Alexia. Este casi nos aseguraba la victoria debido a los pocos minutos de juego que quedaban. Y si la celebración anterior había sido increíble, no puedo describir como ha sido esta. 

El sentimiento que note al escuchar el silbato del final del partido es difícil de calificar, indescriptible. Una mezcla de satisfacción, alivio y felicidad pura recorrían mi cuerpo cuando saltaba con mis compañeras por el triunfo. En el momento de levantar la copa la euforia nos invadió a todas. ¡Hemos ganado una Champions joder! Los sueños no se hacen realidad todos los días.

En ese momento pensaba en mis padres, en mi hermano, que estaban allí presentes en las gradas. También pensé en Marc, lo que me generó una chispa de inquietud. Lo que estaba sintiendo por Marc últimamente también me resultaba difícil de describir.

Tras la celebración en el campo llegó la mejor parte, la fiesta de después. Aunque en la cena nos tuvimos que tragar un discurso de Laporta que había venido hasta Bilbao para la final y la parte formal de presentar el nuevo título al club. Eran incontables las fotos que me había sacado con el trofeo, que preciosidad de trofeo, ahora se lo pasaban los familiares que nos acompañaban entre ellos.

El momento discoteca me puso un poco nerviosa. Después de la situación que había vivido la última vez me daba un poco de respeto. Pero tal logro se merecía una buena celebración así que sintiéndome más segura acompañada por todas mis compañeras salimos a darlo todo por Bilbao.



A la mañana siguiente me desperté en el hotel. Estaba agotada, destrozada del fiestón de la noche anterior aunque había valido la pena y no me arrepiento de nada. La cabeza me daba vueltas y cuando me levanté al baño a tomarme algo me encontré con una Alexia en mis mismas condiciones aferrada a la taza del baño. Yo reí al ver que todavía llevaba el brazalete de capitana adornando su brazo. Se lo habíamos puesto la noche anterior.

En cuanto estuve establecida, o más bien revivida fui a mirar el móvil. Lo había abandonado desde ayer al final del partido hasta ahora como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Al ver la cantidad de mensajes que recibí volví a dejarlo en la mesa. No estaba en condiciones de contestar a todos. Lo que sí que hice fue pasearme por el pasillo para ver si había alguna más de mis compañeras 'viva'. Era ya la 1 del mediodía, iba siendo hora de despertar. Me encontré con Ona saliendo de su habitación con el ojo izquierdo un poco morado y la brecha del pómulo hinchada. Se lo habían hecho ayer en el partido con los tacos de una bota de nuestras contrincantes.

-Buenos días- dijo ella sorprendiéndose y causándose una risa a sí misma cuando se escuchó la poca voz que tenía.

- Que tal lo llevas?- pregunté uniéndome a su caminar.

-Pues tiene que venir el médico a ponerme puntos pero primero quiero comer algo, vienes?- asintiendo la seguí hasta abajo donde se encontraba el restaurante.

Por suerte el día de hoy nos lo habían dejado para recuperar. Podíamos dormir, había una piscina estupenda en el hotel y teníamos a los fisios a nuestra disposición. Mañana volaríamos a Barcelona de vuelta. Por la tarde fui a despedirme de mi familia que volvía hoy a casa después de pasar un rato juntos. También fui con Bruna a probar la piscina.

t'estimo || Marc Guiu x Jana Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora