Capitulo 23

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Angelique
Hoy es el día en que me dan de alta del hospital. Para mi mala suerte Iván no me ha dejado sola para nada anda bien encimoso. Muy apenas puedo ir al baño sola nomas esta de chicle aqui conmigo. Él acaricia mi vientre y le habla mucho al bebé, lo cual es muy tierno de su parte, pero aún así no estoy contenta con él, lo tolero por el bien del bebé, pero eso es todo. Odio tener que ir a vivir con él. Intenté convencerlo de lo contrario, pero él se niega. Incluso le dije que yo misma podía contratar a alguien para que me cuidara en mi apartamento, pero él se niega, lo cual es molesto, pero será mejor que no crea que nuestra situación es diferente por que no lo es. Todo es igual y me aprovecharé de él y haré que me consienta en lo que se me de la gana, tiene que enfadarse de mí en algún momento. Actuaré como una mocosa mimada, si este wey me debe mucho. 

—¿Estás lista para ir a casa?

—Todavía tengo que cambiarme de ropa, ve y busca una enfermera para que pueda ayudarme.

—Naaa hombre para que si yo puedo ayudarte no es como si no hubiera visto tu cuerpo antes, no olvides que te hice una bendición.

—Ashhh que no Ivan, dije que fueras a buscar una enfermera ahora mismo.

—Uuuu que la chingada que no, todas están muy ocupadas salvando vidas. Yo te ayudaré y eso es todo. Envié a Nini a comprarte algo cómodo. Te consiguió un vestido para que te resulte más fácil ponértelo ya que tu pierna esta fracturada.

—Mmmm pues ya que.

Empiezo a ayudar a Angelique a quitarse la bata del hospital, ella cubre sus senos inmediatamente y yo pongo el vestido con cuidado de no golpearle la benda en la cabeza. Deslizo su vestido, la punta de mis dedos rosando su suave y delicada piel, quiero hacerle tantas cosas, quiero explorar su cuerpo con mis manos por dios que mujer. Deslizo su vestido hacia abajo y no me quedo con la tentacion, acaricio sus piernas e inmediatamente siento una sensación de ardor en mi mano, esta cabrona me dio un manazo.

—Ey ey que te pasa idiota a mi no me vas a andar manociondo. Mantén tus sucias manos quietas, mugre pervertido.

—Utaaaa madre ya pues perdon pero la tentacion me gano. Vámonos a casa, la camioneta ya está, solo nos están esperando, tendremos que salir por la parte de atrás ya que se corrió la voz de que estás aquí.

—Mmm esta bien.

Ayudo a Angelique a subir a la silla de ruedas, y agarrar todas sus pertenencias y empujar la silla hacia la salida trasera donde ya me espera El Gavilán.
La ayudo a levantarse y entrar a la camioneta ella se sienta lo más lejos posible de mí y mira por la ventana. Veo que comienza a acariciar su creciente barriga lo que me hace sonreir.

—¿Necesitas algo antes de que nos vayamos a casa?

—Sí, necesito toda mi ropa, mi computadora portátil y todas las cosas que tengo en mi apartamento. Además tengo mucha, mucha hambre.

—No te preocupes por la ropa. Haré que alguien te compre nueva y tu computadora enviaré a Piyi para que la vaya a buscar a tu departamento.
¿Qué te apetece comer?

—Mmm bueno espero que puedas mantener mis gustos caros porque tengo un estilo muy, muy singular y elegante, no soy como tus buchonas baratas que tienen cientos de cirugías. No me visto como las putitas que acostumbras y sabes de alguna manera todavía mantengo la atención de muchos, incluidos perros como tú.

—Irala ya vas a comenzar.

—Si y algun problema?

—No, ya mejor dime que quieres de comer?

—Mmmm no sé, se me antoja un huevo con panqueques para desayunar y también quiero un jugo de naranja recién exprimido, ¿puedes conseguirlo o es mucho pedir?

—Lo que quiera mi princesa.

—Primero que nada no soy tuya y segundo soy una reina, captas idiota?

—Se mira mas hermosa de lo que ya es con esa trompita que hace cuando esta enojada. Verte así me da ganas de besar esos labios jugosos tuyos mi amor.

—Te reto a que lo hagas cabron, verás qué pasa si haces una tontería como esa. Te mandaré al dentista si haces algo así Archivaldo, te rompere los dientes no soy igual que antes no te equivoques conmigo.

—A la madre me das miedo Angelique, ya tranquila.

—Pues eso espero.

—Ya chiquita, podemos comer en el rancho. Haré que Doña Lupe te cocine lo que quieras. Además, mi mamá está allí y quiere conocerte y bueno, el resto de mi familia también está allí, todos están felices con la noticia del bebé, no lo pueden creer pero están emocionados.

—¿Reunión familiar o qué?

—Algo asi, pero ya les dije que vas a descansar la mayor parte del tiempo, solo quieren conocerte.

—Hablando de eso, quiero la habitación más grande de tu casa para mí sola.

—Sí, por supuesto, tendrás la habitación más grande, que es la mía. Ambos estaremos muy cómodos allí con nuestro bebé.

—Ni se te ocurra Ivan, ni se te ocurra. Tu no dormiras conmigo, dormiras con los perros roñosos ya se son de tu misma especies.

Ivan arquea una ceja y sonríe y niega c9n la caveza. Yo le pongo los ojos en blanco y me giro hacia el otro lado. Tiempo después llegamos a su rancho y ya estaban aquí muchos autos y hombres armados no me sorprendió ya que era un narco. La camioneta se detuvo, él se bajó y vino a mi lado para ayudarme a bajar. Odiaba necesitar su ayuda para hacer las cosas más simples necesitaba establecer límites lo más rápido posible. No sólo porque acepté venir aquí cree que esta es otra oportunidad para él, porque no lo es. Me estoy haciendo la difícil y no me importa él se merezca cada desprecio que venga de mí.

Llevo a Angelique en mis brazos, ella se siente incómoda, inmediatamente me ordena que la baje. Ella agarra las muletas que Nini sostiene y comienza a caminar hacia la entrada del rancho donde mi madre y hermanos la esperan. No puedo evitar mirar su cuerpo perfecto y esas piernas que una vez me comi. No sé cómo voy a hacerle, pero necesito tenerla de nuevo. No puedo actuar como si no tuviera a la mujer que quiero viviendo conmigo. Voy a ser lo más dulce posible con ella, algo tan fuera de lo común para mí, pero aquí estoy Iván Archivaldo Guzmán rogandole a una mujer, y no a cualquier mujer es a mi Angelique la madre de mi bebe, y la mujer que amo.






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La Hija Del PresidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora