Angelique
Iván y yo pasamos el resto de la tarde junto al río. Después de compartir ese beso, era imposible no sentir la intensa conexión magnética que nos atraía. Nos confesamos nuestro amor una vez más, pero esta vez se sintió diferente, tan genuino y grandioso. Decidí no pensar en el pasado y simplemente disfrutar este tiempo aquí con él, creando recuerdos que algún día recordaré. Me voy en unos días y quiero llevarme recuerdos felices donde realmente vivimos nuestro amor como en un cuento de hadas aunque nuestra historia estaba lejos de eso.
Nos acostamos en la manta mientras nos mirábamos, no dijimos nada, nuestras miradas hablaban por si solas. Entrelazamos nuestras manos, el tomó mi mano y la llevó a sus labios donde dejó el beso más suave.
-Te amo Angelique.
-Yo a ti Ivan.
Me levanté y me quité la ropa, solo dejé mis bragas.
-¿Qué estás haciendo Angelique?
-Quiero nadar en el río, ¿vienes o no?
Iván sonrió y se levantó y comenzó a quitarse la ropa, luego entrelazo nuestras manos y caminamos juntos hasta el río sumergiendonos por completo al mismo tiempo. Empezamos a nadar sin soltarnos las manos. Nos miramos bajo el agua y nadamos hasta la superficie, sonreímos el uno al otro. Mi corazón empezó a latir por él. Miré sus ojos luego baje mi vista a sus labios y esta vez tomé la iniciativa de besarlo primero. Lo abracé por su cuello mientras él agarraba mi cintura y luego sus manos fueron a mis mejillas donde lentamente comenzó a acariciarlas. Nos perdimos en el beso completamente, en estos momentos estamos en nuestro propio mundo.
Salimos del río y me cargó hasta el interior de la cabaña, envolvió una toalla en mi cuerpo y me secó muy cuidadosamente.
-Angélique te necesito...
-Yo..yo también mi amor.
El me acuesta suavemente en la cama. Se acuesta encima de mí pero tiene mucho cuidado de no lastimar mi pequeña barriguita.
Mientras me acuesto miro el gran traga luz en el techo. En ese momento ya estaba oscureciendo y se podía disfrutar de una vista perfecta del cielo nocturno.
Nos miramos y comenzamos a besarnos, nuestros besos están llenos de amor y pasión. Lo puedo sentir hasta en lo más profundo de mis huesos. No se parecía a ningún otro beso que compartimos antes. Esto es diferente, el está siendo muy dulce y tierno, tomándose su tiempo conmigo. Todas las otras veces fue solo sexo y esta vez puedo sentir el amor que expresa solo por la forma en que me mira, la forma en que me toca y me besa.
-Mi reina hermosa, te amo mucho, siento mucho haberte hecho pasar por tan mal rato perdon por todo mi cielo. Yo te necesito Angelique, eres mi mundo, eres mi todo.
-Te perdono Iván, ya es tiempo de perdonarte yo te amo mucho.
Ella me sonrió y comencé a besarla dejando suaves besos en su cuello bajando hasta sus pechos. Toqué suavemente su cuerpo tomándome mi tiempo, centímetro a centímetro, quiero que este momento sea especial.
Mis besos bajaron hasta su creciente vientre y besé suavemente la parte sagrada de su cuerpo donde se encuentra mi primer bebé.
Toqué suavemente sus piernas y luego me deshice de sus bragas. Ella me ayudó a quitarme los boxers, nos miramos, Angelique me acercó a ella y me dio un suave beso en los labios.
-Iván hazme tuya, te quiero, te necesito mi amor.
Abrí suavemente sus piernas y tomé mi pene, froté mi cabeza en su clítoris y luego entré en ella muy lentamente. No quiero lastimarla ni a ella ni al bebé. Comencé a entrar y salir de ella. Está tan apretada, su calidez que me rodea me está volviendo loco. Ha pasado tanto tiempo que la he tenido. Nadie como ella y eso es un hecho, mi Angelique es única en todos los sentidos posibles.
