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Diana Mendes siempre había vivido su vida al límite. Rebelde y desafiando las expectativas de su familia rica y conservadora, encontraba satisfacción en el caos y la emoción. Su hermano mayor, Shawn, el hijo perfecto, siempre había tratado de protegerla, incluso cuando sus padres no podían entenderla. Y era Shawn quien tenía un amigo, Ayrton Senna, un hombre cuya sola presencia irradiaba peligro y atracción.

Ayrton Senna era el mejor amigo de Shawn desde la infancia. Había crecido en el lado opuesto de la ciudad, en un ambiente mucho más duro. Ahora, era un exitoso empresario y dueño de un club nocturno de élite, un lugar donde el lujo y el peligro se mezclaban. Ayrton había aprendido a manejarse en el mundo de los negocios y la calle con igual destreza. Para Diana, él siempre había sido una figura de misterio y atracción, pero también de irritación, porque a menudo la veía como una niña caprichosa.

Una noche, después de una serie de escapadas peligrosas y decisiones cuestionables, Shawn decidió que ya no podía más. Llamó a Ayrton, pidiéndole que cuidara de su hermana, al menos por un tiempo. Ayrton aceptó, aunque a regañadientes, más por lealtad a su amigo que por ganas de lidiar con Diana.

Esa misma noche, Diana decidió ir al club de Ayrton, sin saber que él estaba ahora a cargo de vigilarla. Llegó con un grupo de amigos, buscando perderse en la música y el alcohol. Pero Ayrton, desde su oficina en el segundo piso, la vio llegar. Bajó las escaleras con una mezcla de irritación y preocupación.

-¿Qué haces aquí, Diana? -preguntó, su tono severo, apenas audible sobre la música.

-Disfrutando de mi vida, algo que túy mi hermano parecen no entender -replicó ella, sus ojos chispeando con desafío.

-Tu hermano está preocupado por ti, y con razón. Este no es un lugar para que juegues -dijo Ayrton, anarrándola del brazo y llevándola a una sala más privada.

Diana tiró de su brazo, liberándose de su agarre. ¡No eres mi niñero, Ayrton! No necesito que me cuides.

Ayrton la miró fijamente, sus ojos oscuros llenos de frustración.

Esto no se trata de controlarte, Diana. Se trata de mantenerte a salvo.

El ambiente se volvió más tenso, y la proximidad entre ellos hizo que ambos sintieran la atracción que siempre habían ignorado. Diana, con su respiración acelerada, se acercó más a Ayrton, su pecho subiendo y bajando rápidamente.

-¿A salvo de qué? ¿De ti? -murmuró, su voz cargada de un desafío seductor.

Ayrton no pudo evitar sonreír, una sonrisa que no alcanzó sus ojos. - Tal vez.

Sin pensarlo más, Diana lo besó, con una mezcla de desafío y deseo. Ayrton respondió con la misma intensidad, envolviendo su brazo alrededor de su cintura, atrayéndola más cerca. El beso se volvió más profundo, más urgente, mientras se movían por la habitación, chocando con muebles y derribando papeles en su camino.

Finalmente, Ayrton la levantó, sentándola en el borde de una mesa. Sus manos recorrieron su cuerpo, explorando cada curva mientras ella gemía contra sus labios. Diana lo agarró del cuello, atrayéndolo más cerca, mientras sus piernas se envolvían alrededor de su cintura.

-Siempre he sabido que había algo más entre nosotros -murmuró Diana, entre besos apasionados.

-Y siempre lo he ignorado, porque eres la hermana de Shawn - respondió Ayrton, su voz ronca y cargada de deseo.

Esa noche, en la privacidad de la sala, dejaron de lado todas las barreras. Lo que comenzó como un enfrentamiento de voluntades se convirtió en una exploración de una pasión que había estado latente durante años. Sus cuerpos se movieron al unísono, cada toque y cada beso llevando su deseo a nuevas alturas.

Cuando la noche finalmente dio paso al amanecer, ambos sabían que nada volvería a ser igual. Lo que había empezado como una simple tarea para Ayrton se había transformado en una conexión profunday ardiente. Diana, con su espíritu indomable, había encontrado a alguien que no solo podía igualar su fuego, sino que también podia avivarlo.

Shawn, aunque sorprendido por la noticia de su relación, no pudo negar la felicidad que veía en los ojos de ambos. Diana y Ayrton, unidos por un amor nacido del conflicto y la pasión, enfrentaron el futuro juntos, sabiendo que, a pesar de las diferencias y los desafíos, Su amor era una fuerza imparable.

One Shots - Ayrton Senna © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora