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La mañana estaba llena de anticipación. El ambiente en el paddock era eléctrico, con ingenieros corriendo de un lado a otro, ajustando los últimos detalles de los monoplazas. Diana observaba desde una esquina, su corazón latiendo más rápido de lo normal. No era la primera vez que veía a Ayrton prepararse para una carrera, pero esta era diferente. Se trataba de su primera gran carrera internacional, una oportunidad de mostrar al mundo el talento que ella ya sabía que poseía. Ayrton se acercó a ella con su habitual sonrisa confiada, pero ella podía ver el brillo en sus ojos, una mezcla de emoción y tensión.

— Estás nervioso — comentó Diana suavemente, entregándole una botella de agua.

— Un poco — admitió Ayrton, tomando un sorbo. — Pero sabes que esto es lo que quiero hacer. Estoy listo.

Antes de que pudiera alejarse para subir al coche, Diana lo detuvo, metiendo la mano en el bolsillo de su chaqueta. 

— Espera — dijo, sacando un pequeño colgante dorado en forma de estrella. — Quiero que lleves esto contigo. Era de mi abuela. Siempre dijo que traía suerte en los momentos importantes.

Ayrton la miró con ternura y tomó el amuleto, sorprendido por el gesto. 

— Diana, no necesitas darme nada más. Ya me das todo lo que necesito. — dijo, colocándolo alrededor de su cuello y guardándolo bajo su traje de carreras. — Pero lo llevaré, por ti.

El sonido de los motores arrancando les recordó que era hora de partir. Diana le dio un último abrazo, fuerte y lleno de sentimientos no expresados. — Ten cuidado, por favor. — susurró contra su pecho.

— Siempre — respondió él con una sonrisa, antes de colocarse el casco y caminar hacia su coche. Mientras ella observaba cómo el auto de Ayrton se alineaba en la parrilla, sintió que su corazón se aceleraba con cada segundo que pasaba. Durante la carrera, cada giro, cada curva, la mantenía al borde de su asiento. Pero cuando finalmente cruzó la línea de meta en primer lugar, con el puño en alto, el alivio y la alegría la inundaron. Sabía que no solo había ganado la carrera, sino que también se había marcado el inicio de una era. Ambos estaban en un viaje que apenas comenzaba.

One Shots - Ayrton Senna © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora