One Shots - Ayrton Senna © ✔

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En una prestigiosa universidad de California, las noches de viernes eran sinónimo de fútbol y emoción. El equipo de los Eagles, conocido por su destreza y determinación, tenía a Ayrton Senna como su estrella indiscutible. Alto, atlético y carismático, Ayrton era el ídolo del campus, acostumbrado a ser el centro de atención y a recibir elogios constantes.

Por otro lado, Diana Mendes, la capitana del equipo de porristas, era igualmente admirada. Con su belleza deslumbrante y habilidades acrobáticas, lideraba al equipo con la misma confianza y determinación que Ayrton mostraba en el campo. Sin embargo, su relación estaba marcada por una competitividad feroz y un egocentrismo que hacía que cada encuentro fuera una batalla de voluntades.

Durante el último juego de la temporada, el estadio estaba lleno de energía y emoción. Los Eagles se enfrentaban a su rival más feroz, y las porristas, con Diana al frente, animaban con entusiasmo desde la línea de banda. Los ojos de Ayrton se cruzaron con los de Diana varias veces, cada mirada cargada de desafío y una tensión apenas contenida.

Después de un juego reñido y una victoria ajustada para los Eagles, la celebración estalló en el campus. La fiesta posterior al juego era el evento más esperado, y tanto Ayrton como Diana sabían que su presencia sería inevitable.

En la fiesta, la música retumbaba y las luces brillaban, creando un ambiente de celebración y euforia. Ayrton, rodeado de admiradores, sonreía con la confianza de quien sabe que es el rey del lugar. Diana, con su grupo de amigas, irradiaba la misma seguridad y magnetismo.

Finalmente, sus caminos se cruzaron en la pista de baile. Diana, con un vestido rojo que acentuaba su figura, se acercó con una sonrisa desafiante. —Felicidades por el juego, Senna. Aunque debo decir que esperaba algo más impresionante de tu parte.

Ayrton se giró hacia ella, su sonrisa tan arrogante como encantadora. —Gracias, Mendes. Y debo decir que esperaba una animación más inspiradora. ¿Estás segura de que diste tu mejor esfuerzo?

Diana se acercó más, sus ojos brillando con el desafío. —Siempre doy mi mejor esfuerzo. ¿Puedes decir lo mismo?

Ayrton se inclinó hacia ella, su voz baja y llena de provocación. —Tal vez deberíamos comparar notas en un terreno más... igualado.

Diana levantó una ceja, intrigada y tentada por su propuesta. —¿Y qué tienes en mente?

—Ven conmigo —respondió él, tomando su mano y guiándola fuera del bullicio de la fiesta.

Salieron al jardín trasero, donde la noche tranquila y las estrellas proporcionaban un contraste con la energía dentro de la casa. Ayrton la llevó a una zona más apartada, donde la música y las luces se desvanecían, dejando solo la tensión palpable entre ellos.

—Entonces, Mendes, ¿qué es lo que realmente piensas de mí? —preguntó Ayrton, sus ojos oscuros fijos en los de ella.

—Creo que eres tan arrogante como talentoso —respondió Diana sin dudar. —Y tú, Senna, ¿qué piensas de mí?

—Creo que eres increíblemente hermosa y terriblemente mandona —dijo él, acercándose más, su voz convirtiéndose en un susurro.

Diana sintió un escalofrío recorrer su columna, la atracción entre ellos imposible de ignorar. —Y aun así, aquí estamos, incapaces de mantenernos alejados el uno del otro.

—Tal vez porque, por primera vez, hemos encontrado a alguien que puede igualarnos —murmuró Ayrton, inclinando la cabeza hacia ella.

El beso fue inevitable, una colisión de egos y deseos que los dejó sin aliento. Sus manos se buscaron instintivamente, aferrándose con urgencia. Diana respondió con la misma intensidad, dejando que el fuego que había crecido entre ellos finalmente se liberara.

En esa noche estrellada, dos almas igualmente dominantes encontraron en el otro su par. Y mientras el mundo seguía girando a su alrededor, Diana y Ayrton descubrieron que en medio de su rivalidad, había un espacio para una conexión profunda y apasionada que ninguno de los dos había anticipado.