El eco de los motores se desvanecía en la distancia mientras las luces de Mónaco brillaban a lo lejos. Ayrton acababa de ganar su tercera victoria en el icónico Gran Premio, pero en lugar de quedarse para celebrar con el equipo y la multitud, había tomado la mano de Diana y se la había llevado a un lugar lejos del bullicio, en las colinas que dominaban la ciudad. La luna llena iluminaba su camino mientras subían una pequeña colina, y al llegar a la cima, se sentaron sobre la suave hierba.
— Sabes — comenzó Ayrton, mientras abría una botella de vino que había traído consigo, — cada vez que corro aquí, siento que es más que una simple carrera. Hay algo mágico en este lugar. La velocidad, las curvas, las luces... es como si el mundo desapareciera y solo existiera el momento.
Diana lo miraba mientras hablaba, viendo cómo la pasión por su carrera brillaba en sus ojos.
— Es tu lugar — respondió ella con una sonrisa. — Es como si Mónaco y tú estuvieran destinados a encontrarse.
Ayrton rio suavemente, sirviéndole una copa de vino antes de tomar la suya. — Quizás, pero también hay otro lugar en el que siempre quiero estar. — Giró la cabeza y la miró, sus ojos encontrándose en la tenue luz. — Contigo.
Diana sintió un calor en su pecho mientras le devolvía la mirada.
— Sabes que estoy contigo en cada carrera, en cada vuelta. No importa dónde estés — susurró, inclinándose hacia él. — Siempre te sigo.
Pasaron la noche hablando de sueños y planes, pero también de miedos y dudas. Ayrton, a pesar de su éxito, compartía con Diana su temor a perder el control, a que un día todo acabara demasiado pronto. — La pista es peligrosa, pero a veces siento que es lo único que me da vida — confesó.
Diana lo escuchaba en silencio, entendiendo mejor que nadie esa dualidad que Ayrton vivía. Sabía que su lugar estaba al lado de él, apoyándolo incluso cuando sus decisiones la llenaban de miedo. — Sea lo que sea, estaré ahí para ti — le dijo suavemente, apoyando su cabeza en su hombro.
Las estrellas brillaban sobre ellos mientras la brisa nocturna les envolvía, y en ese momento, en la cima del mundo, ambos se sentían infinitamente conectados, como si el tiempo se detuviera solo para ellos.
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One Shots - Ayrton Senna © ✔
AcakNo busco ofender, ni nada por el estilo, solo busco mantenerlo vivo a través de la lectura. ONE SHOTS DE AYRTON SENNA