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Diana nunca había soportado la arrogancia de Ayrton Senna. Desde el primer día de clases, se había hecho evidente que él era el chico popular que siempre lograba salirse con la suya, y su actitud competitiva la sacaba de quicio. Para colmo, ambos tenían que sentarse juntos en la clase de física, una asignatura en la que Ayrton brillaba sin esfuerzo, lo que la hacía sentir aún más frustrada.

Un día, durante una actividad en grupo, las cosas se tensaron aún más. El profesor los asignó como compañeros de un proyecto, lo que significaba pasar semanas trabajando codo a codo. Diana no podía imaginar nada peor. La primera reunión fue un desastre, con Ayrton criticando cada sugerencia suya, y ella respondiendo con sarcasmo en cada oportunidad.

— Si crees que puedes hacer todo mejor, hazlo tú solo — espetó Diana, cruzándose de brazos.

Ayrton la miró, desafiante. — No, lo que creo es que te tomas todo demasiado en serio. Relájate un poco.

Esa chispa constante entre ellos, que al principio era pura rivalidad, comenzó a transformarse. Durante las largas tardes de trabajo, Diana notó que Ayrton, aunque confiado, no era tan perfecto como aparentaba. Por su parte, Ayrton descubrió que, detrás de la dureza de Diana, había una chica inteligente y apasionada.

Una noche, después de una discusión particularmente intensa, ambos se quedaron en silencio. Diana soltó un suspiro y, para sorpresa de Ayrton, comenzó a reírse. — Somos ridículos — dijo ella, sonriendo por primera vez desde que comenzaron el proyecto.

Ayrton, desconcertado, no pudo evitar sonreír también. — Quizás, pero me gusta verte así. — Esa fue la primera vez que ambos se miraron de forma diferente, sin la barrera de la rivalidad. A partir de ese momento, algo cambió entre ellos, una conexión que ninguno esperaba.

One Shots - Ayrton Senna © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora