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♬ Billie Eilish - when the party's over


—Hola.

—Señor Dam, yo-

Un beso fue dejado en sus blandos labios, interrumpiendo su decir.

—Buenos días —saludo Aidam.

Rain se sintió temblar.

—Ya es muy tarde —apenas y pudo murmurar.

Las manos de Aidam fueron hacia la capota del buzo que traía puesto tirando de ella con cuidado.

—¡¡No!! —Se quejó Rain, pero ya había sido muy tarde, su cabello estaba revuelto por todos lados, y las raíces negras parecían cada hora querer tomar más posesión de sus mechones azulados—. Necesito teñirlo... —terminó diciendo avergonzado, dándose por vencido.

—No sabía que lo teñías.

Rain rio, decidiendo tomar distancia ante el recuerdo amargo de la noche anterior, con pasos rápidos, corrió hacia la nevera para sacar una botella de agua, y con cierta ironía dijo:

—Claro, nací con el cabello azul, señor Dam.

—Esa boca... —mascullo Aidam ante el tono de voz del contrario—. Lloro gemas, Rain, aquí el que tu cabello fuese azul desde nacimiento sería algo normal.

—Es cierto, lo acepto —respondió decidiendo que nadie podía verse tan sensual, hablando y no tener repercusiones—, por ello, se acercó a Aidam con calma mientras bebía de la botella, tragando grueso antes de decir—: Al igual necesito tinte, iré a la plaza por trabajo.

—No.

— ¿Qué?

—Puedes..., podemos ir después a comprarlo, me gusta como se ve así.

Las manos de Aidam acariciaron con suavidad los mechones desteñidos, Rain suspirando de alivio. Se sentía bien, estar de esa manera con Dam era increíblemente preciado.

— ¿Quién era el señor? —pregunto pasados unos minutos después de que Aidam no hubiese tenido mayor contención en besar continuamente sus labios.

—Ayuda. Es alguien que nos prestara su ayuda.

Algo dentro de Rain se revolvió, sus manos apretaron los hombros de Aidam y con la garganta seca pregunto:

— ¿Por qué necesitaríamos ayuda, señor Dam?

La respuesta jamás llegó, y nuevamente, la lejanía impuesta por Ling Aidam se hizo visible.

Un beso fue dejado en la frente que tenía varios mechones azules de por medio, el sonido de la puerta cerrándose se escuchó, y Rain se sintió tan solo como nunca antes.

Tal parecía que el hombre que lloraba gemas estaba desarrollando una extraña fijación por dejarle en completa merced de la soledad y melancolía, la cual invadía toda habitación de la mansión Ling.

El Hombre Que Lloraba Gemas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora