TREINTA

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Sus ojos se abrieron lentamente mientras sentía una gran incomodidad en su espalda, a pesar de estar recostada sobre el saco de dormir

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Sus ojos se abrieron lentamente mientras sentía una gran incomodidad en su espalda, a pesar de estar recostada sobre el saco de dormir. Se giró un poco en su lugar, observando el cabello despeinado de Konon y a la chica dormir plácidamente, del otro lado, Ni-ki estaba dormido en la misma posición que su hermana, a excepción de que el chico mantenía uno de sus brazos rodeando la cintura de Hari. Lo apartó con cuidado, mientras se sacaba las mantas de encima y se levantaba de ahí. Abrió el cierre de la tienda de campaña y finalmente salió de ahí, respirando el aire fresco de la mañana.

—¡Buenos días Hari! —un Sunoo demasiado animado la saludó con una sonrisa, mientras se despeinaba el cabello y tomaba asiento sobre un tronco frente a la fogata que los chicos habían encendido la noche anterior, la cual claramente se encontraba apagada.

—Buenos días —saludo con una sonrisa corta, encaminándose a sentarse a su lado—... No te ofendas, pero no se porque les gusta hacer esto. Es demasiado incómodo dormir en el suelo y definitivamente una parvada de mosquitos me atacó anoche... —hizo una mueca de desagrado, rascándose las piernas con un poco de desespero.

—¿De qué hablas, mujer? ¡Esto es lo mejor del verano! Acampar en el bosque y nadar en el río de las afueras... Los chicos y yo lo hacemos cada año.

Claro, eso podía saberlo con certeza. Ni-ki se había encargado de repetirlo al menos un millón de veces tratando de persuadirla a acompañarlos, y al no estar completamente convencida de querer pasar un fin de semana a la intemperie con esos cuatro, había arrastrado a Konon con ella. Pero la única diferencia era que la chica disfrutaba "reconectar" con la naturaleza, cosa que Jake había dicho un par de segundos antes de meterse un par de hongos a la boca.

—¡SHIM JAEYOON! ¡PONTE ALGO DE ROPA, POR FAVOR! —gritó Jungwon con histeria, mientras salía de su tienda con apuro. Hari no pudo evitar soltar una carcajada al ver a Jungwon con el rostro enrojecido y los ojos muy abiertos, tratando de no mirar directamente a su amigo— Dime que no estuviste desnudo toda la noche, Jake... —soltó en un tono de súplica, cerrando los ojos fuertemente.

—Pues claro —respondió con obviedad, saliendo ya vestido—, ¡ay vamos! Estaba haciendo demasiado calor... Y a decir verdad los hongos me dejaron un poco descolocado —dijo por último, sonriendo de oreja a oreja. Sunoo también se rió y le dio una palmada en la espalda a Jungwon.

—Aún así... —murmuró Jungwon, frotándose las sienes—. Algunos de nosotros preferimos un poco de decoro.

Hari sonrió, disfrutando del bullicio matutino que llenaba el ambiente. A pesar de las incomodidades, había algo encantador en la caótica armonía de los chicos. Ni-ki salió de la tienda, todavía medio dormido. Se estiró y bostezó, rascándose la cabeza.

𝐎𝐔𝐑 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑 | Nishimura Riki ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora